El Presidente de las Comunidades Hebraicas Italianas, el Sr. D. Amos Luzzatto, se permitió aseverar el pasado Junio que Pío XII “jamás hizo un acto público de oposición contra los exterminios en masa” y luego añadió que “Pío XII no dijo ni una sola palabra sobre el asalto al gueto” por parte de los alemanes. Aclaro que por “gueto” Luzzatto quiere decir el barrio judío de Roma, que hacía muchos lustros había dejado de tener estatuto de gueto, así que ya se le ve el plumero a Luzzatto y el sesgo que emplea.
Von Weizsäcker, a la sazón Embajador de Alemania en el Vaticano, fue convocado inmediatamente tras el asalto al “gueto” por el Cardenal Maglione, Secretario de Estado, quien exigió que se cesase en toda acción contra los judíos “en nombre de la humanidad y de la caridad cristiana”. Al día siguiente Von Weizsäcker informó a Von Ribbentrop que “la reacción del Vaticano contra la redada en el barrio judío había sido muy dura”.
El Embajador plenipotenciario británico, Osborne, escribe en carta oficial dirigida al Gobierno de Su Graciosa Majestad y fechada el 31 de Octubre de 1943 que “la reacción del Papa a la deportación de los judíos había sido enérgica” y añade a continuación que “la intervención vaticana había logrado que se dejara libre a la mayoría de los detenidos”.
Pío XII, cuyos servicios de inteligencia sabían de los perversos planes nazis, ya había enviado a dos religiosos alemanes a tratar de neutralizar la persecución contra los judíos. Esto sirvió para abortar la redada a las dos horas después de comenzada y reubicar 4000 judíos en conventos y en el propio Vaticano.
Amos Luzzatto miente como un bellaco infame. Esta es la verdad. Se demuestra, una vez más, que Pío XII fue un gran defensor de los judíos perseguidos.
Rafael Castela Santos
terça-feira, julho 31, 2007
sábado, julho 28, 2007
La invalidez de las excomuniones a Monseñor Lefebvre
Por correo electrónico me solicita un lector que escriba alguna entrada explicando la situación de la excomunión de Monseñor Lefebvre tras el Motu Proprio.
En primer lugar tengo que responder que la invalidez de tales “excomuniones” es previa a la promulgación del Motu Propio. Sería pretencioso por mi parte el pretender ir más allá de estudios serios, algunos de ellos en línea. Sirvan, por ejemplo, estos enlaces sobre un estudio teológico de las consagraciones episcopales de Monseñor Lefebvre y este otro estudio canónico sobre susodicha “excomunión” y la inexistencia de Cisma. Ambos son estudios en castellano, muy meditados, con multitud de argumentos y bien razonados que demuestran la invalidez de dichas excomuniones y a ambos remito a nuestro amable lector. Otro estudio externo que merece la pena citar es la Tesis Doctoral del Padre Gerald Murray (un Sacerdote que ni es tradicionalista ni miembro de la Hermandad de San Pío X), defendida en una Universidad vaticana, y que mereció la más alta distinción académica.
En segundo lugar el Motu Proprio es una prueba a posteriori de que tal excomunión no es válida en tanto en cuanto hay –y digo esto para nuestros más recalcitrantes, y hasta furibundos, lectores anti-Hermandad San Pío X- dos hechos: uno que se reconoce explícitamente por el Motu Proprio que la Misa de siempre no ha estado prohibida nunca. Sin embargo dicho reconocimiento ha sido necesario por cuanto de facto, a menudo a manos de los Obispos, sí que estaba prohibido. Si Monseñor Lefebvre, digamos equivocadamente o no (eso poco importa para la cuestión de si las excomuniones son inválidas), creyó subjetivamente estar en un estado de necesidad por cuanto la continuidad de la Liturgia tradicional estaba en peligro por la situación de facto y por ello ordenó Obispos, entonces ciertamente no puede ser excomulgado, como el propio Código de Derecho Canónico contempla.
En tercer lugar hay datos indirectos, también previos al Motu Proprio, que corroboran la posición de ni cismática ni de excomulgados. Por ejemplo Roma no interviene en materia de los Sacerdotes ortodoxos, puesto que son cismáticos. No es ese el caso de los Sacerdotes de la Hermandad, cuyos asuntos canónicos individuales son juzgados por Roma, por ejemplo en el caso de sanciones canónicas, reducción al estado laical, etc.
Finalmente el problema de la Liturgia modernista no pivota alrededor del Motu Proprio, sino que es un problema en sí mismo.
Rafael Castela Santos
En primer lugar tengo que responder que la invalidez de tales “excomuniones” es previa a la promulgación del Motu Propio. Sería pretencioso por mi parte el pretender ir más allá de estudios serios, algunos de ellos en línea. Sirvan, por ejemplo, estos enlaces sobre un estudio teológico de las consagraciones episcopales de Monseñor Lefebvre y este otro estudio canónico sobre susodicha “excomunión” y la inexistencia de Cisma. Ambos son estudios en castellano, muy meditados, con multitud de argumentos y bien razonados que demuestran la invalidez de dichas excomuniones y a ambos remito a nuestro amable lector. Otro estudio externo que merece la pena citar es la Tesis Doctoral del Padre Gerald Murray (un Sacerdote que ni es tradicionalista ni miembro de la Hermandad de San Pío X), defendida en una Universidad vaticana, y que mereció la más alta distinción académica.
En segundo lugar el Motu Proprio es una prueba a posteriori de que tal excomunión no es válida en tanto en cuanto hay –y digo esto para nuestros más recalcitrantes, y hasta furibundos, lectores anti-Hermandad San Pío X- dos hechos: uno que se reconoce explícitamente por el Motu Proprio que la Misa de siempre no ha estado prohibida nunca. Sin embargo dicho reconocimiento ha sido necesario por cuanto de facto, a menudo a manos de los Obispos, sí que estaba prohibido. Si Monseñor Lefebvre, digamos equivocadamente o no (eso poco importa para la cuestión de si las excomuniones son inválidas), creyó subjetivamente estar en un estado de necesidad por cuanto la continuidad de la Liturgia tradicional estaba en peligro por la situación de facto y por ello ordenó Obispos, entonces ciertamente no puede ser excomulgado, como el propio Código de Derecho Canónico contempla.
En tercer lugar hay datos indirectos, también previos al Motu Proprio, que corroboran la posición de ni cismática ni de excomulgados. Por ejemplo Roma no interviene en materia de los Sacerdotes ortodoxos, puesto que son cismáticos. No es ese el caso de los Sacerdotes de la Hermandad, cuyos asuntos canónicos individuales son juzgados por Roma, por ejemplo en el caso de sanciones canónicas, reducción al estado laical, etc.
Finalmente el problema de la Liturgia modernista no pivota alrededor del Motu Proprio, sino que es un problema en sí mismo.
Rafael Castela Santos
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sábado, julho 28, 2007
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sexta-feira, julho 27, 2007
Respuesta debida a Gazeta da Restauração
Querido GdR:
Muchas gracias por tu carta abierta.
Para que nuestros lectores no pierdan el hilo reproduzco al final de esta carta mi comentario inicial y enlazo aquí tu carta abierta.
Coincido contigo en que “la fe sin obras es vana”, como bien nos recuerda San Pablo. Y las Obras de Misericordia son muchas, todas necesarias. Unos se sienten inclinados a unas, otros nos sentimos inclinados a otras. El Espíritu Santo nos predispone y nos empuja hacia alguna forma particular de Caridad hacia el prójimo.
En el ámbito que nos ocupa la virtud política por excelencia es la Prudencia, pero Prudencia cuyo fin último es el Bien Común. Sigo en esto a Aristóteles. Más aún, traigo a colación el deber que tenemos todos hacia la Patria, como nos señala Santo Tomás de Aquino, que es parte sustancial del 4º Mandamiento e incluso más preeminente que el amor a los propios progenitores. Hablemos pues de política en relación a nuestra Santa Religión y los deberes que ésta impone.
Si me permites re-enunciaré mi leit-motiv: el católico (el verdadero católico, que acepta la Tradición) no puede participar en muchos de los asuntos del mundo tan corrompido que nos toca vivir en estos tiempos. Parte de ese sistema corrupto y corruptor (ergo destinado a la destrucción cuando venga el Castigo) es el actual sistema político o, si lo prefieres, sistema político-económico. Estamos en el mundo, pero no somos de él, como enunció Nuestro Señor Jesucristo. De las dos premisas anteriores se infiere que: a) no ha lugar a participar en algo que es intrínsecamente malo y b) no podemos evadirnos de cumplir en el lugar que Dios nos ha asignado de la labor hacia el prójimo, que incluye enseñar al que no sabe, corregir al que yerra y amar la Patria.
En términos prácticos, repito, los partidos políticos mayoritarios (sean de derechas o izquierdas) son –salvo excepciones rarísimas y notabilísimas, como el Frente Nacional francés, y aún así el católico tiene algunos motivos de objeción hacia él- parte de un sistema corrupto que básicamente perpetua un orden anti-cristiano. Por ejemplo, el Partido Popular en España (autodenominado de “centro-derecha”) apoya el aborto, sanciona de facto las uniones de homosexuales, promueve la globalización e inmigración masiva y con ello la injusticia social y la opresión del más débil. Fíjate, querido amigo, que he escogido precisamente no ya cualquier tipo de pecado, sino aquellos cuatro pecados que por su particular malignidad claman venganza al Cielo. De lo que la izquierda parlamentaria en España hace prefiero ya ni contarte. Mucho me temo que no te será nada difícil encontrar ejemplos parejos en tu Patria portuguesa.
Empero, en lo que al orden cristiano afecta, izquierdas y derechas parlamentarias prácticamente en todo el mundo son esencialmente idénticas: son esencialmente amorales.
Digo amorales (y no inmorales) porque esto nos lleva a un amigo común, O Corcunda, quien lleva cientos de posts reclamando un referente moral externo –Cristo en este caso- que oriente y dé luz a la actividad política. Dictum que por supuesto comparto. Todo amoral acaba, también en la inmoralidad, pero puede haber inmorales que no son amorales. La amoralidad es un grado cualitativamente superior de mal y, aceptemos, que los tiempos que vivimos son esencialmente amorales. El espectro parlamentario legisla y gobierna sin Cristo, es decir, contra Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, Redentor y Rey nuestro.
Dado ese status quo al cristiano sólo le es lícito abstenerse, como se abstenían los cristianos de participar en el Imperio Romano (salvo en el Ejército, ya que éste no interfería directamente con sus creencias). Insisto que la no participación en las estructuras del Estado, que incluye a estos partidos políticos parlamentarios, no nos evita la obligación de participar activamente en otros terrenos: el social, el familiar, el cultural, etc. O, incluso, aunque yo crea que su efectividad puede ser poco más que testimonial, en asociaciones políticas extraparlamentarias, como –por ejemplo- puede ser el caso de la Comunión Tradicionalista en España.
Sí afirmo que intentar revertir los partidos políticos mayoritarios hacia principios cristianos es tarea imposible. Y justifico esto en función del Misterio de Iniquidad que nos invade. Esto, y no otra cosa, es lo que afirmé.
Finalmente, y sin ánimo polémico alguno, en el comentario a tu post, el que generó este intercambio nuestro, yo decía que:
“Empero la resistencia se puede hacer, y mucha, a pequeño nivel: en nuestras familias, en nuestros círculos de amigos, desde nuestro puesto de trabajo. La tarea que tenemos encomendada es salvar el fuego sagrado de la antorcha de la Tradición para que sean otros los que puedan pegar fuego y purificar a este mundo tan necesitado de Cristo como olvidado de El.”
Para acabar afirmando el deber de la lucha, lo cual ratifica mi adhesión al principio de que “la fe sin obras es vana”. De ahí que rechace de pleno un fideísmo tan estéril como errado que proponga abandonar todo en manos de Dios sin hacer nada por nuestra parte. El que yo, como tú, afirme la preeminencia de las virtudes pasivas (la contemplación en especial) sobre las virtudes activas, como la Santa Madre Iglesia siempre ha sostenido, no quiere decir que niegue las virtudes activas.
Cuando saqué a colación la cita de Donoso Cortés lo hice en lo que se refiere a nosotros como individuos. En el plano general la Victoria, sin duda ninguna porque El nos la ha prometido y El no falla, es de Cristo. Y en ese convencimiento absoluto no sólo de la Victoria, sino también de que la verdadera lucha comienza por la oración, la meditación, la penitencia y el ayuno no tengo nada que apostillar a lo por ti dicho: idem sentire de Res-Publica.
Recibe pues un cordial abrazo en Cristo Rey y María Reina de tu fiel lector que te admira,
Rafael Castela Santos
Queridos amigos: Para nosotros, que pensamos igual en muchos aspectos, la lucha adopta hoy predominantemente la forma de resistencia. La razón es sencilla: vivimos en un momento de la historia donde las fuerzas anticristianas han sido desatadas y caminan hacia su clímax.
A esta Quinta Iglesia del Apokalypsis en que vivimos el Espíritu Santo de la pluma de San Juan le da un mandato: "mantén lo que tienes aunque haya de morir". Es decir, que aunque más que posiblemente la derrota nos espere en el futuro más o menos inmediato, estamos obligados a resistir y a preservar todo lo que nos es dado. Eso que nos es dado es el Orden Romano (a lo que precisamente se opone el Novus Ordo Seculorum), que tiene sus aspectos religiosos y también sus aspectos políticos, sociales, etc.
Desde el punto de vista práctico la lucha política dentro del sistema es tarea cada vez más difícil, pero no por ello menos necesaria. Intentar influir en los partidos del sistema para reconducirlos a posturas cristianas es, sencillamente, perder el tiempo y no nos queda sino utilizar la contrafuerza del silencio, la abstención, la no-participación, etc., en un sistema que está primordialmente dirigido hacia la exaltación del Mal y la destrucción no ya del Orden Cristiano, sino de cualquier vestigio de éste.
Empero la resistencia se puede hacer, y mucha, a pequeño nivel: en nuestras familias, en nuestros círculos de amigos, desde nuestro puesto de trabajo. La tarea que tenemos encomendada es salvar el fuego sagrado de la antorcha de la Tradición para que sean otros los que puedan pegar fuego y purificar a este mundo tan necesitado de Cristo como olvidado de El.
Pero, por encima de todo, no hay que perder los ejes básicos. Y el principal, por encima de cualquier otro, es que nuestra lucha es espiritual. Como San Pablo nos recuerda nuestra lucha no es contra hombres, sino contra príncipes y potestades que están en los aires. Si el eje espiritual no tiene la primacía de nuestra lucha, perderemos el tiempo. En vano se afanan los trabajadores si el Señor no construye la casa.
Finalmente, independientemente de los malos tiempos que se avecinan, tenemos la gracia y el deber de la lucha. No pidamos, como decía Donoso Cortés, la gracia de la victoria sobre la gracia de la lucha. Eso sólo corresponde a Dios. Además, pase lo que pase Dios va a vencer, así que nosotros ya hemos apostado a caballo ganador.
Perseveremos.
Un cordial saludo a todos en Cristo Rey y María Reina,
RCS
Muchas gracias por tu carta abierta.
Para que nuestros lectores no pierdan el hilo reproduzco al final de esta carta mi comentario inicial y enlazo aquí tu carta abierta.
Coincido contigo en que “la fe sin obras es vana”, como bien nos recuerda San Pablo. Y las Obras de Misericordia son muchas, todas necesarias. Unos se sienten inclinados a unas, otros nos sentimos inclinados a otras. El Espíritu Santo nos predispone y nos empuja hacia alguna forma particular de Caridad hacia el prójimo.
En el ámbito que nos ocupa la virtud política por excelencia es la Prudencia, pero Prudencia cuyo fin último es el Bien Común. Sigo en esto a Aristóteles. Más aún, traigo a colación el deber que tenemos todos hacia la Patria, como nos señala Santo Tomás de Aquino, que es parte sustancial del 4º Mandamiento e incluso más preeminente que el amor a los propios progenitores. Hablemos pues de política en relación a nuestra Santa Religión y los deberes que ésta impone.
Si me permites re-enunciaré mi leit-motiv: el católico (el verdadero católico, que acepta la Tradición) no puede participar en muchos de los asuntos del mundo tan corrompido que nos toca vivir en estos tiempos. Parte de ese sistema corrupto y corruptor (ergo destinado a la destrucción cuando venga el Castigo) es el actual sistema político o, si lo prefieres, sistema político-económico. Estamos en el mundo, pero no somos de él, como enunció Nuestro Señor Jesucristo. De las dos premisas anteriores se infiere que: a) no ha lugar a participar en algo que es intrínsecamente malo y b) no podemos evadirnos de cumplir en el lugar que Dios nos ha asignado de la labor hacia el prójimo, que incluye enseñar al que no sabe, corregir al que yerra y amar la Patria.
En términos prácticos, repito, los partidos políticos mayoritarios (sean de derechas o izquierdas) son –salvo excepciones rarísimas y notabilísimas, como el Frente Nacional francés, y aún así el católico tiene algunos motivos de objeción hacia él- parte de un sistema corrupto que básicamente perpetua un orden anti-cristiano. Por ejemplo, el Partido Popular en España (autodenominado de “centro-derecha”) apoya el aborto, sanciona de facto las uniones de homosexuales, promueve la globalización e inmigración masiva y con ello la injusticia social y la opresión del más débil. Fíjate, querido amigo, que he escogido precisamente no ya cualquier tipo de pecado, sino aquellos cuatro pecados que por su particular malignidad claman venganza al Cielo. De lo que la izquierda parlamentaria en España hace prefiero ya ni contarte. Mucho me temo que no te será nada difícil encontrar ejemplos parejos en tu Patria portuguesa.
Empero, en lo que al orden cristiano afecta, izquierdas y derechas parlamentarias prácticamente en todo el mundo son esencialmente idénticas: son esencialmente amorales.
Digo amorales (y no inmorales) porque esto nos lleva a un amigo común, O Corcunda, quien lleva cientos de posts reclamando un referente moral externo –Cristo en este caso- que oriente y dé luz a la actividad política. Dictum que por supuesto comparto. Todo amoral acaba, también en la inmoralidad, pero puede haber inmorales que no son amorales. La amoralidad es un grado cualitativamente superior de mal y, aceptemos, que los tiempos que vivimos son esencialmente amorales. El espectro parlamentario legisla y gobierna sin Cristo, es decir, contra Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, Redentor y Rey nuestro.
Dado ese status quo al cristiano sólo le es lícito abstenerse, como se abstenían los cristianos de participar en el Imperio Romano (salvo en el Ejército, ya que éste no interfería directamente con sus creencias). Insisto que la no participación en las estructuras del Estado, que incluye a estos partidos políticos parlamentarios, no nos evita la obligación de participar activamente en otros terrenos: el social, el familiar, el cultural, etc. O, incluso, aunque yo crea que su efectividad puede ser poco más que testimonial, en asociaciones políticas extraparlamentarias, como –por ejemplo- puede ser el caso de la Comunión Tradicionalista en España.
Sí afirmo que intentar revertir los partidos políticos mayoritarios hacia principios cristianos es tarea imposible. Y justifico esto en función del Misterio de Iniquidad que nos invade. Esto, y no otra cosa, es lo que afirmé.
Finalmente, y sin ánimo polémico alguno, en el comentario a tu post, el que generó este intercambio nuestro, yo decía que:
“Empero la resistencia se puede hacer, y mucha, a pequeño nivel: en nuestras familias, en nuestros círculos de amigos, desde nuestro puesto de trabajo. La tarea que tenemos encomendada es salvar el fuego sagrado de la antorcha de la Tradición para que sean otros los que puedan pegar fuego y purificar a este mundo tan necesitado de Cristo como olvidado de El.”
Para acabar afirmando el deber de la lucha, lo cual ratifica mi adhesión al principio de que “la fe sin obras es vana”. De ahí que rechace de pleno un fideísmo tan estéril como errado que proponga abandonar todo en manos de Dios sin hacer nada por nuestra parte. El que yo, como tú, afirme la preeminencia de las virtudes pasivas (la contemplación en especial) sobre las virtudes activas, como la Santa Madre Iglesia siempre ha sostenido, no quiere decir que niegue las virtudes activas.
Cuando saqué a colación la cita de Donoso Cortés lo hice en lo que se refiere a nosotros como individuos. En el plano general la Victoria, sin duda ninguna porque El nos la ha prometido y El no falla, es de Cristo. Y en ese convencimiento absoluto no sólo de la Victoria, sino también de que la verdadera lucha comienza por la oración, la meditación, la penitencia y el ayuno no tengo nada que apostillar a lo por ti dicho: idem sentire de Res-Publica.
Recibe pues un cordial abrazo en Cristo Rey y María Reina de tu fiel lector que te admira,
Rafael Castela Santos
Queridos amigos: Para nosotros, que pensamos igual en muchos aspectos, la lucha adopta hoy predominantemente la forma de resistencia. La razón es sencilla: vivimos en un momento de la historia donde las fuerzas anticristianas han sido desatadas y caminan hacia su clímax.
A esta Quinta Iglesia del Apokalypsis en que vivimos el Espíritu Santo de la pluma de San Juan le da un mandato: "mantén lo que tienes aunque haya de morir". Es decir, que aunque más que posiblemente la derrota nos espere en el futuro más o menos inmediato, estamos obligados a resistir y a preservar todo lo que nos es dado. Eso que nos es dado es el Orden Romano (a lo que precisamente se opone el Novus Ordo Seculorum), que tiene sus aspectos religiosos y también sus aspectos políticos, sociales, etc.
Desde el punto de vista práctico la lucha política dentro del sistema es tarea cada vez más difícil, pero no por ello menos necesaria. Intentar influir en los partidos del sistema para reconducirlos a posturas cristianas es, sencillamente, perder el tiempo y no nos queda sino utilizar la contrafuerza del silencio, la abstención, la no-participación, etc., en un sistema que está primordialmente dirigido hacia la exaltación del Mal y la destrucción no ya del Orden Cristiano, sino de cualquier vestigio de éste.
Empero la resistencia se puede hacer, y mucha, a pequeño nivel: en nuestras familias, en nuestros círculos de amigos, desde nuestro puesto de trabajo. La tarea que tenemos encomendada es salvar el fuego sagrado de la antorcha de la Tradición para que sean otros los que puedan pegar fuego y purificar a este mundo tan necesitado de Cristo como olvidado de El.
Pero, por encima de todo, no hay que perder los ejes básicos. Y el principal, por encima de cualquier otro, es que nuestra lucha es espiritual. Como San Pablo nos recuerda nuestra lucha no es contra hombres, sino contra príncipes y potestades que están en los aires. Si el eje espiritual no tiene la primacía de nuestra lucha, perderemos el tiempo. En vano se afanan los trabajadores si el Señor no construye la casa.
Finalmente, independientemente de los malos tiempos que se avecinan, tenemos la gracia y el deber de la lucha. No pidamos, como decía Donoso Cortés, la gracia de la victoria sobre la gracia de la lucha. Eso sólo corresponde a Dios. Además, pase lo que pase Dios va a vencer, así que nosotros ya hemos apostado a caballo ganador.
Perseveremos.
Un cordial saludo a todos en Cristo Rey y María Reina,
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Rafael Castela Santos
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sexta-feira, julho 27, 2007
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quarta-feira, julho 25, 2007
San Pelayo, Mártir (911-925)
En estos tiempos de “tolerancia” y de mentira laudatoria de todo cuanto venga del Islam y de mentira denigratoria de cuanto venga de Cristo, el ejemplo de un chiquillo de 14 años que escribió con letras rojas de sangre su nombre en el Libro de los Vivos no está de más traerlo a colación. Máxime cuando él, como Santa María Goretti u otros Santos que defendieron su Pureza –virtud de la que este loco mundo hace escarnio-, luchó incluso contra la seducción contra-natura que le proponía el sodomita y asqueroso y repugnante Abderramán III, hoy día idolatrado por los adalides de la “unión de civilizaciones”.
Me lo encontré en este sitio, y hay que airearlo.
Rafael Castela Santos
“El joven murió martirizado por negarse a ser sodomizado por el sultán de Córdoba. Como afrenta el Orgullo Gay se celebra siempre el siguiente fin de semana a su festividad: 26 de junio. Adalides de la tolerancia ...
Su biógrafo dice que era tardo para la sonrisa; sin razón ninguna para no creerlo, aceptamos su testimonio y hasta puede ser que al final de la hagiografía terminemos por darle la razón.
Nacido en Galicia a orillas del Miño; solía jugar con los otros chicos en el pórtico de la episcopal de Tuy. Era sobrino del obispo Hermogio; por eso estudiaba gramática en la escuela junto a la catedral, donde se iba aprendiendo el salterio día a día; también en los días más solemnes se unía al canto mozárabe y actuaba como monaguillo en las funciones litúrgicas.
Pero aquello quedaba lejos. Ahora lo habían metido en la cárcel de Córdoba, donde los cuerpos de sus compañeros estaban sujetos con cadenas y grilletes; aquellos esclavos daban un hedor nauseabundo, pero a todo se acostumbra uno; un guardia con látigo iba a por ellos para llevarlos a sus tareas de arreglar jardines, limpiar mezquitas, atender los baños, arrimar tierra y amontonar ladrillos para las construcciones. Al regreso contaban que era inabarcable el trabajo que había en aquella ciudad enorme.
A Pelayo le habían dicho que le llevaban a ver al tío, y no le mintieron del todo, porque vio a Hermogio que estaba en la prisión, ya enfermo y hecho un viejo. Lo habían apresado el año anterior en la batalla de Val de Junquera (920) y desde allí lo llevaron a Córdoba. Pelayo era su rescate porque, al no llegar el oro, más valía un joven que un viejo.
El niño pensó que aquella situación acabaría pronto; así se lo aseguró su tío, pero con lo enfermo que iba al pasar el Duero, nada más llegó a saberse del obispo. Es verdad que de vez en cuando venían oleadas de prisioneros nuevos; pero en los cuatro años que pasó en la prisión, cada día repetía al anterior y fijaba al de mañana. Pelayo tenía permitido estar en otras estancias mientras sacaban a los mayores para el trabajo diario; como no había alborotado, ni dado un problema, ni se había unido a ninguna insurrección, hasta se había ganado la confianza de sus guardianes; pasaba bastante tiempo leyendo códices a escondidas y por la noche preguntaba lo que o entendía a los clérigos presos. Aprendió a discutir con carceleros y con los dueños de las casas ricas donde lo pusieron a trabajar de día; supo atraer su simpatía y respeto. Aquel chico valía la promesa de dinero.
Comprendió la corrupción generalizada de Córdoba, que a la vez era fortaleza, poder, arte, libros, bullicio, mercado con una gran cantidad de gente que compraba y vendía, reía, vociferaba más que hablaba, estaba contenta, y con frecuencia escuchaba a poetas que solían cantar las gracias de los mancebos. Tuvo tiempo de ver la confusión moral generalizada del lugar donde vivían hacinados los trabajadores esclavos y los presos sometidos a condena, y allí mismo necesitó energía heroica para guardar su pureza. Por eso decía ‘Dios quiera que no me vea en apuros más terribles’. Porque allí se enteró de que los altos cargos se compraban con la prostitución de las conciencias; sí, al renegar de la religión venían sin mucho esfuerzo las casas, los palacios con esclavos del mediterráneo o judíos comerciantes de Alemania o de Francia, oro y tierras. Era la política de Abderramán III, que los hacía instrumentos útiles y manejables al cambiar de religión y prestarle infames servicios.
El joven Pelayo no cedió cuando lo llamaron a prestarlos aunque lo llevaran con protocolo al fastuoso ambiente cortesano, donde había alfombras y tapices, vasos de plata, aromas exóticos y guardianes sudaneses. Iba todo bañado, limpio, elegantemente vestido y perfumado; así lo presentaron ante el emir Abderramán III, el Victorioso, hombre dominado por la sensualidad, aunque los historiadores lo alaben por su corazón bondadoso. Las promesas de honor, riqueza y poder si se hacía musulmán se quedaron pequeñas. Sus palabras: ‘Soy cristiano y lo seré. Tus riquezas no valen nada. No voy a renegar de Cristo que es mi Señor y el tuyo, aunque tú no lo quieras’. Y ‘atrás, perro, (echándose para atrás, cuando intentaba tocar su ropa aquel soberano) ¿crees que soy como esos jóvenes infames que te acompañan?’. Y rezó: ‘Señor, líbrame de las manos de mis enemigos’.
Una catapulta de guerra lo lanzó desde un patio del alcázar hasta la otra orilla del Guadalquivir; como aún vivía, un guardia negro le cortó la cabeza con la espada. Era el primer cuarto del siglo X.
Su cuerpo fue trasladado a León, y más tarde a Oviedo, donde se veneran actualmente sus reliquias en el monasterio de benedictinos que lleva su nombre.
Los gays no se inventaron en el siglo XXI. Ni los mártires. Ya ves, Pelayo, cuando tanto invertido de uno y otro sexo campea hoy gritando por sus derechos, tú te quedas en la Historia como ejemplo de los que mueren por no querer serlo.”
Me lo encontré en este sitio, y hay que airearlo.
Rafael Castela Santos
“El joven murió martirizado por negarse a ser sodomizado por el sultán de Córdoba. Como afrenta el Orgullo Gay se celebra siempre el siguiente fin de semana a su festividad: 26 de junio. Adalides de la tolerancia ...
Su biógrafo dice que era tardo para la sonrisa; sin razón ninguna para no creerlo, aceptamos su testimonio y hasta puede ser que al final de la hagiografía terminemos por darle la razón.
Nacido en Galicia a orillas del Miño; solía jugar con los otros chicos en el pórtico de la episcopal de Tuy. Era sobrino del obispo Hermogio; por eso estudiaba gramática en la escuela junto a la catedral, donde se iba aprendiendo el salterio día a día; también en los días más solemnes se unía al canto mozárabe y actuaba como monaguillo en las funciones litúrgicas.
Pero aquello quedaba lejos. Ahora lo habían metido en la cárcel de Córdoba, donde los cuerpos de sus compañeros estaban sujetos con cadenas y grilletes; aquellos esclavos daban un hedor nauseabundo, pero a todo se acostumbra uno; un guardia con látigo iba a por ellos para llevarlos a sus tareas de arreglar jardines, limpiar mezquitas, atender los baños, arrimar tierra y amontonar ladrillos para las construcciones. Al regreso contaban que era inabarcable el trabajo que había en aquella ciudad enorme.
A Pelayo le habían dicho que le llevaban a ver al tío, y no le mintieron del todo, porque vio a Hermogio que estaba en la prisión, ya enfermo y hecho un viejo. Lo habían apresado el año anterior en la batalla de Val de Junquera (920) y desde allí lo llevaron a Córdoba. Pelayo era su rescate porque, al no llegar el oro, más valía un joven que un viejo.
El niño pensó que aquella situación acabaría pronto; así se lo aseguró su tío, pero con lo enfermo que iba al pasar el Duero, nada más llegó a saberse del obispo. Es verdad que de vez en cuando venían oleadas de prisioneros nuevos; pero en los cuatro años que pasó en la prisión, cada día repetía al anterior y fijaba al de mañana. Pelayo tenía permitido estar en otras estancias mientras sacaban a los mayores para el trabajo diario; como no había alborotado, ni dado un problema, ni se había unido a ninguna insurrección, hasta se había ganado la confianza de sus guardianes; pasaba bastante tiempo leyendo códices a escondidas y por la noche preguntaba lo que o entendía a los clérigos presos. Aprendió a discutir con carceleros y con los dueños de las casas ricas donde lo pusieron a trabajar de día; supo atraer su simpatía y respeto. Aquel chico valía la promesa de dinero.
Comprendió la corrupción generalizada de Córdoba, que a la vez era fortaleza, poder, arte, libros, bullicio, mercado con una gran cantidad de gente que compraba y vendía, reía, vociferaba más que hablaba, estaba contenta, y con frecuencia escuchaba a poetas que solían cantar las gracias de los mancebos. Tuvo tiempo de ver la confusión moral generalizada del lugar donde vivían hacinados los trabajadores esclavos y los presos sometidos a condena, y allí mismo necesitó energía heroica para guardar su pureza. Por eso decía ‘Dios quiera que no me vea en apuros más terribles’. Porque allí se enteró de que los altos cargos se compraban con la prostitución de las conciencias; sí, al renegar de la religión venían sin mucho esfuerzo las casas, los palacios con esclavos del mediterráneo o judíos comerciantes de Alemania o de Francia, oro y tierras. Era la política de Abderramán III, que los hacía instrumentos útiles y manejables al cambiar de religión y prestarle infames servicios.
El joven Pelayo no cedió cuando lo llamaron a prestarlos aunque lo llevaran con protocolo al fastuoso ambiente cortesano, donde había alfombras y tapices, vasos de plata, aromas exóticos y guardianes sudaneses. Iba todo bañado, limpio, elegantemente vestido y perfumado; así lo presentaron ante el emir Abderramán III, el Victorioso, hombre dominado por la sensualidad, aunque los historiadores lo alaben por su corazón bondadoso. Las promesas de honor, riqueza y poder si se hacía musulmán se quedaron pequeñas. Sus palabras: ‘Soy cristiano y lo seré. Tus riquezas no valen nada. No voy a renegar de Cristo que es mi Señor y el tuyo, aunque tú no lo quieras’. Y ‘atrás, perro, (echándose para atrás, cuando intentaba tocar su ropa aquel soberano) ¿crees que soy como esos jóvenes infames que te acompañan?’. Y rezó: ‘Señor, líbrame de las manos de mis enemigos’.
Una catapulta de guerra lo lanzó desde un patio del alcázar hasta la otra orilla del Guadalquivir; como aún vivía, un guardia negro le cortó la cabeza con la espada. Era el primer cuarto del siglo X.
Su cuerpo fue trasladado a León, y más tarde a Oviedo, donde se veneran actualmente sus reliquias en el monasterio de benedictinos que lleva su nombre.
Los gays no se inventaron en el siglo XXI. Ni los mártires. Ya ves, Pelayo, cuando tanto invertido de uno y otro sexo campea hoy gritando por sus derechos, tú te quedas en la Historia como ejemplo de los que mueren por no querer serlo.”
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Rafael Castela Santos
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quarta-feira, julho 25, 2007
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segunda-feira, julho 23, 2007
Crónica de una guerra anunciada
La salida de Rusia del Tratado de no proliferación de armas convencionales marca un nuevo hito en la escalada armamentística de este país. A esto se ha añadido toda la retahíla de incidentes diplomáticos estos últimos días entre Gran Bretaña y Rusia. Y a esto hay que sumar dos hechos no suficientemente aireados: la persecución anticatólica en Rusia y el hecho de que el poder en Rusia está en manos de la antigua KGB (siendo Putin el máximo exponente de esto), de la cúpula industrial-militar y de los antiguos comunistas. Añádase la depravación moral que hoy día se vive en Rusia, donde el asesinato se ha convertido en moneda de uso común, las mafias trafican con mujeres, con órganos y con bombas atómicas, el aborto es el método “anticonceptivo” favorito de las mujeres rusas, se persigue a lo católico, etc. La geopolítica mundial hace años que gira fuera de quicio.
Ante semejante panorama me hacen una gracia enorme los que todavía se atreven a aseverar que la Consagración de Rusia fue realizada (otro concienzudo estudio sobre el mismo particular se puede encontrar aquí) y que dicha Consagración fue la que conllevó la caída del muro y la “regeneración” (sic) de Rusia. El comunismo se transmutó en su permanente táctica de “dos pasos adelantes y un paso atrás”, como hizo con Lenin o con Stalin, para conseguir el fin último. Las pruebas de que la caída del muro no fue la caída del comunismo son muchas. Sirva, por ejemplo, ver que en muchos países del Telón de Acero los comunistas siguen en el poder, metamorfoseados en socialistas o lo que sea. Por no hablar de que el país más poblado de la tierra, China, sigue siendo una dictadura comunista de la peor especie. Y la historia clama de la persecución de los comunistas hacia los católicos.
En Fátima Nuestra Señora nos recordó que de no enmendarnos Rusia castigaría al mundo y esparciría sus errores sobre la faz de la tierra. La Virgen María nos dijo en Fátima las maneras de conjurar este peligro: penitencia, oración (en particular el Santo Rosario) y la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María por parte del Santo Padre y en unión de todos los Obispos del mundo, algo todavía no realizado.
“Dios es Caridad”, nos recuerda San Juan. Una ideología perversa, antesala del orden luciférico, sigue gobernando Rusia. Ideología, sí, incubada en los idealismos de los alemanes, en los positivismos franceses y en los utilitarismos anglosajones. Una ideología sin moral alguna que refleja el hombre amoral (insisto: amoral, no meramente inmoral), especie prevalente en los tiempos que corremos. Algo nos vendrá desde Rusia. Y eso que vendrá, tan opuesto a Cristo, el Hijo Único de Dios que nos envió al mundo como prueba suprema de Su Amor, será algo que reflejará nuestra propia alma; o sea, el desamor. Así, desde Rusia con desamor se forjará el castigo salutífero que nos merecemos y que nos haga salir del marasmo infame en que nos encontramos.
Entretanto el poder, poco a poco, va siendo al Asia. A Rusia, a China y hasta a la India. Tal y como predice el Apokalypsis. De esto el Padre Kramer nos cuenta más (también aquí).
A nosotros no nos queda sino la penitencia, la oración y, en particular, rezar para que el Santo Padre consagre Rusia al Inmaculado Corazón de María. El castigo es prácticamente inevitable, pero cuanto antes haga el Papa esta Consagración, más Misericordia derramará Dios sobre nosotros.
Digan lo que digan, Fátima sigue siendo el acontecimiento fundamental de nuestros tiempos y donde todas las claves de salvación se encuentran. Cuando Rusia invada Europa y sus formidables ejércitos castiguen nuestra apostasía algunos quizás se den cuenta de que sólo hay una ruta posible de salvación: volver a Cristo a través de María. Aunque sea en el último momento, tanto a nivel personal como colectivo, nunca será demasiado tarde. Porque Rusia tiene algo en su alma de niña que es semilla de salvación.
Afirmo, como afirmaba Jesús Fueyo, lo de “sed et Slavia lux”. Así pues nada de perder la esperanza, antes bien, rezar con más denuedo que nunca para que Rusia se convierta a la verdadera Fe, a la Fe Católica de siempre, y en su abjuración de sus errores comunistas y de su cisma encuentre no sólo Rusia la paz, sino todo el mundo entero. Entretanto preparémonos a este bautismo regenerador, bautismo de fuego (guerra), sangre (martirio) y lágrimas (sufrimiento), parafraseando al Padre Thomas McGlynn, O.P. Y leamos los signos de los tiempos bajo una perspectiva sobrenatural.
Rafael Castela Santos
Ante semejante panorama me hacen una gracia enorme los que todavía se atreven a aseverar que la Consagración de Rusia fue realizada (otro concienzudo estudio sobre el mismo particular se puede encontrar aquí) y que dicha Consagración fue la que conllevó la caída del muro y la “regeneración” (sic) de Rusia. El comunismo se transmutó en su permanente táctica de “dos pasos adelantes y un paso atrás”, como hizo con Lenin o con Stalin, para conseguir el fin último. Las pruebas de que la caída del muro no fue la caída del comunismo son muchas. Sirva, por ejemplo, ver que en muchos países del Telón de Acero los comunistas siguen en el poder, metamorfoseados en socialistas o lo que sea. Por no hablar de que el país más poblado de la tierra, China, sigue siendo una dictadura comunista de la peor especie. Y la historia clama de la persecución de los comunistas hacia los católicos.
En Fátima Nuestra Señora nos recordó que de no enmendarnos Rusia castigaría al mundo y esparciría sus errores sobre la faz de la tierra. La Virgen María nos dijo en Fátima las maneras de conjurar este peligro: penitencia, oración (en particular el Santo Rosario) y la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María por parte del Santo Padre y en unión de todos los Obispos del mundo, algo todavía no realizado.
“Dios es Caridad”, nos recuerda San Juan. Una ideología perversa, antesala del orden luciférico, sigue gobernando Rusia. Ideología, sí, incubada en los idealismos de los alemanes, en los positivismos franceses y en los utilitarismos anglosajones. Una ideología sin moral alguna que refleja el hombre amoral (insisto: amoral, no meramente inmoral), especie prevalente en los tiempos que corremos. Algo nos vendrá desde Rusia. Y eso que vendrá, tan opuesto a Cristo, el Hijo Único de Dios que nos envió al mundo como prueba suprema de Su Amor, será algo que reflejará nuestra propia alma; o sea, el desamor. Así, desde Rusia con desamor se forjará el castigo salutífero que nos merecemos y que nos haga salir del marasmo infame en que nos encontramos.
Entretanto el poder, poco a poco, va siendo al Asia. A Rusia, a China y hasta a la India. Tal y como predice el Apokalypsis. De esto el Padre Kramer nos cuenta más (también aquí).
A nosotros no nos queda sino la penitencia, la oración y, en particular, rezar para que el Santo Padre consagre Rusia al Inmaculado Corazón de María. El castigo es prácticamente inevitable, pero cuanto antes haga el Papa esta Consagración, más Misericordia derramará Dios sobre nosotros.
Digan lo que digan, Fátima sigue siendo el acontecimiento fundamental de nuestros tiempos y donde todas las claves de salvación se encuentran. Cuando Rusia invada Europa y sus formidables ejércitos castiguen nuestra apostasía algunos quizás se den cuenta de que sólo hay una ruta posible de salvación: volver a Cristo a través de María. Aunque sea en el último momento, tanto a nivel personal como colectivo, nunca será demasiado tarde. Porque Rusia tiene algo en su alma de niña que es semilla de salvación.
Afirmo, como afirmaba Jesús Fueyo, lo de “sed et Slavia lux”. Así pues nada de perder la esperanza, antes bien, rezar con más denuedo que nunca para que Rusia se convierta a la verdadera Fe, a la Fe Católica de siempre, y en su abjuración de sus errores comunistas y de su cisma encuentre no sólo Rusia la paz, sino todo el mundo entero. Entretanto preparémonos a este bautismo regenerador, bautismo de fuego (guerra), sangre (martirio) y lágrimas (sufrimiento), parafraseando al Padre Thomas McGlynn, O.P. Y leamos los signos de los tiempos bajo una perspectiva sobrenatural.
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segunda-feira, julho 23, 2007
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sábado, julho 21, 2007
Tradicionalistas em Portugal
Tradicionalistas em Portugal, uma iniciativa que surge em boa hora por esforço da "Gazeta da Restauração", e que "A Casa de Sarto" apoia incondicionalmente: saber quem e quantos somos, em que dioceses nos encontramos, a fim de constituirmos grupos organizados que no nosso País possam dar aplicação prática ao previsto pelo Santo Padre Bento XVI nos artigos 5º, 7º e 10º do Motu Proprio "Summorum Pontificum". Unamos esforços para que, de uma vez para sempre, cesse a situação de marginalidade escandalosa em que a Santa Missa da Tradição se encontra remetida nesta terra lusitana de que Nossa Senhora é Rainha. Todos os pormenores na Gazeta da Restauração.
sexta-feira, julho 20, 2007
En defensa de la Misa Tridentina
Que la Misa Tridentina tiene un atractivo innegable es algo que voces más autorizadas, como la del Cardenal Stickler, ya han demostrado. Este mismo artículo previamente citado también se puede encontrar en inglés.
Antes de que el Motu Propio declarase que la Misa Tridentina jamás fue abrogada ya se alzaban otras voces distintas a las del Santo Padre proclamando esta verdad. Entre ellas destaco el artículo sabrosón de mi amigo y bastión tradicionalista Gerald Warner desde mi siempre añorada Escocia y también el siempre sólido trabajo sólido de Christopher Ferrara publicado, como de costumbre, en The Remnant. Para el católico de a pie la Misa Tridentina es simplemente una cuestión de necesidad, como hace tiempo que señalara Edwin Faust. Por otro lado hace tiempo que el Vaticano ya ha admitido que la asistencia a la Misa Tridentina satisface el precepto dominical.
El Padre Paul Kramer escribió un soberbio libro sobre las consecuencias letales de alterar la Liturgia. De este libro se puede encontrar un resumen que enlazamos aquí. El Padre Kramer iguala esta mutación litúrgica a un suicidio. Si “por sus frutos les conoceréis” el balance del V2 (Vaticano II) es nefasto: descristianización, pérdida de la Fe, pérdida de sentido de lo sagrado, caída de la práctica religiosa, odio a Cristo y a la Iglesia, abandono del Sacerdocio y de la vida religiosa, perversión teológica, homosexualidad escandalosa por parte de clérigos, etc. A esta Lex Credendi, cuyos frutos acabo de enunciar, corresponde una Lex Orandi: el Novus Ordo. Esto se comprende mejor cuando se ven las identidades entre el Novus Ordo y las celebraciones protestantes, incluso en sus vertientes más puritanas. Ergo la relación biyectiva y biunívoca que existe entre la Liturgia y la Fe no es baladí.
El Padre Guillermo Devillers nos señalaba el odio satánico por la Misa Tridentina en un artículo ahora inencontrable en el Internet y que habrá que reproducir para que no se pierda –a pesar de su longitud-. Odio satánico tristemente compartido por los Obispos (¿o deberíamos llamarles perros mudos?) portugueses, capaces de mantener toda una nación de más de 10 millones de habitantes sin una sola Misa Tridentina en una tierra tan bendecida por la Santísima Virgen. Tristemente es mucho el Alto Clero de otros países que, contaminados de fariseísmo y avenimiento con el mundo, comparten idéntica postura.
Ahora bien, de igual modo que desde el punto de vista histórico no se puede entender los procesos revolucionarios como una sucesión discreta de hechos aislados, sino como un continuum, hay que entender la Nueva Misa: la resultante final de un largo proceso. Es la Revolución y el odio a Dios –entre cuyos instrumentos el modernismo ocupa un lugar especial-
La defensa de la Misa Tridentina es mucho más que la defensa del latín, también importante, algo que Pedro Rizo asimismo ha señalado. De hecho el problema de la reforma litúrgica y del Novus Ordo es mucho más profundo y merece ser estudiado con detenimiento. En estos tiempos nuestros que preceden al Anticristo las fuerzas del mal bregan por fuerza para convertir a la religión católica en una mera religión civil.
Una palabra final, una más, para que desde esta humilde bitácora quede siempre claro que conservadurismo y Tradición no son conceptos idénticos.
Rafael Castela Santos
Antes de que el Motu Propio declarase que la Misa Tridentina jamás fue abrogada ya se alzaban otras voces distintas a las del Santo Padre proclamando esta verdad. Entre ellas destaco el artículo sabrosón de mi amigo y bastión tradicionalista Gerald Warner desde mi siempre añorada Escocia y también el siempre sólido trabajo sólido de Christopher Ferrara publicado, como de costumbre, en The Remnant. Para el católico de a pie la Misa Tridentina es simplemente una cuestión de necesidad, como hace tiempo que señalara Edwin Faust. Por otro lado hace tiempo que el Vaticano ya ha admitido que la asistencia a la Misa Tridentina satisface el precepto dominical.
El Padre Paul Kramer escribió un soberbio libro sobre las consecuencias letales de alterar la Liturgia. De este libro se puede encontrar un resumen que enlazamos aquí. El Padre Kramer iguala esta mutación litúrgica a un suicidio. Si “por sus frutos les conoceréis” el balance del V2 (Vaticano II) es nefasto: descristianización, pérdida de la Fe, pérdida de sentido de lo sagrado, caída de la práctica religiosa, odio a Cristo y a la Iglesia, abandono del Sacerdocio y de la vida religiosa, perversión teológica, homosexualidad escandalosa por parte de clérigos, etc. A esta Lex Credendi, cuyos frutos acabo de enunciar, corresponde una Lex Orandi: el Novus Ordo. Esto se comprende mejor cuando se ven las identidades entre el Novus Ordo y las celebraciones protestantes, incluso en sus vertientes más puritanas. Ergo la relación biyectiva y biunívoca que existe entre la Liturgia y la Fe no es baladí.
El Padre Guillermo Devillers nos señalaba el odio satánico por la Misa Tridentina en un artículo ahora inencontrable en el Internet y que habrá que reproducir para que no se pierda –a pesar de su longitud-. Odio satánico tristemente compartido por los Obispos (¿o deberíamos llamarles perros mudos?) portugueses, capaces de mantener toda una nación de más de 10 millones de habitantes sin una sola Misa Tridentina en una tierra tan bendecida por la Santísima Virgen. Tristemente es mucho el Alto Clero de otros países que, contaminados de fariseísmo y avenimiento con el mundo, comparten idéntica postura.
Ahora bien, de igual modo que desde el punto de vista histórico no se puede entender los procesos revolucionarios como una sucesión discreta de hechos aislados, sino como un continuum, hay que entender la Nueva Misa: la resultante final de un largo proceso. Es la Revolución y el odio a Dios –entre cuyos instrumentos el modernismo ocupa un lugar especial-
La defensa de la Misa Tridentina es mucho más que la defensa del latín, también importante, algo que Pedro Rizo asimismo ha señalado. De hecho el problema de la reforma litúrgica y del Novus Ordo es mucho más profundo y merece ser estudiado con detenimiento. En estos tiempos nuestros que preceden al Anticristo las fuerzas del mal bregan por fuerza para convertir a la religión católica en una mera religión civil.
Una palabra final, una más, para que desde esta humilde bitácora quede siempre claro que conservadurismo y Tradición no son conceptos idénticos.
Rafael Castela Santos
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sexta-feira, julho 20, 2007
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quinta-feira, julho 19, 2007
Pequeña postal para O Corcunda
Querido amigo:
Huelga que te diga que sigo leyéndote siempre. Y con fruición. Aunque a veces discrepe de algunas de tus posiciones políticas (cada día, me perdonarás, soy más escéptico del conservadurismo, en cualquiera de sus manifestaciones y cada día abomino más del nacionalismo de cualquier tipo, incluída la costumbre portuguesa de llamar nacionalismo a lo que es patriotismo de la mejor especie) no quiero hoy hablar de política. Me alegré mucho de leer tu entrevista en Novopress.
Déjame que copie aquí tus palabras:
“Qual a opinião que tem da utilidade dos blogues no combate cultural tradicionalista?
Fundamental. Não vejo outro meio onde se combine a acção doutrinária, a análise da actualidade, a interactividade entre os leitores e os autores, em tão boa medida. Foi através do blogue A Casa de Sarto e dos seus autores JSarto e Rafael Castela Santos, que o meu Catolicismo difuso se tornou mais preocupado com a ortodoxia. Não é coisa pouca …”
Quería simplemente decirte que, en nombre de JSarto y en el mío propio, te agradecemos esas palabras de todo corazón. Si nuestro esfuerzo ha servido para que Dios, usándonos a nosotros –miserables pecadores, aunque en esto gano con mucha diferencia a JSarto- como instrumentos, te acerque a Su Majestad, haga que tu catolicismo dejase de ser difuso para anclarse en la ortodoxia y en la Tradición, nos damos por mucho más que satisfechos. Tus palabras son, con diferencia, el mejor elogio que alguien nos puede dirigir y nos ha dirigido jamás.
A veces nos sorprendemos del esfuerzo que una página incluso tan pobre como la nuestra, A Casa de Sarto, precisa. Pero una afirmación como la tuya nos compensa de todas nuestras penas. Nada nos place más que ser como aquellos que, habiendo encontrado un tesoro –la Tradición-, llaman a los amigos y quieren compartir ese tesoro con ellos.
Incluso te doy las gracias porque esto servirá a mi amigo JSarto para que se dé cuenta que a pesar de nuestras tentaciones de haber cerrado este tasco en más de una ocasión, tenemos que seguir. Aunque sólo sea para repetir; nuestra bitácora tiene poco de original y a menudo lo único que hacemos es traer textos ajenos para invitar a su lectura.
Loado sea Dios en todo y por todo. También porque Él ha fortalecido tu Fe. Y muchas gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo en Cristo Rey y María Reina y sea todo a mayor Gloria de Dios,
Rafael Castela Santos
Huelga que te diga que sigo leyéndote siempre. Y con fruición. Aunque a veces discrepe de algunas de tus posiciones políticas (cada día, me perdonarás, soy más escéptico del conservadurismo, en cualquiera de sus manifestaciones y cada día abomino más del nacionalismo de cualquier tipo, incluída la costumbre portuguesa de llamar nacionalismo a lo que es patriotismo de la mejor especie) no quiero hoy hablar de política. Me alegré mucho de leer tu entrevista en Novopress.
Déjame que copie aquí tus palabras:
“Qual a opinião que tem da utilidade dos blogues no combate cultural tradicionalista?
Fundamental. Não vejo outro meio onde se combine a acção doutrinária, a análise da actualidade, a interactividade entre os leitores e os autores, em tão boa medida. Foi através do blogue A Casa de Sarto e dos seus autores JSarto e Rafael Castela Santos, que o meu Catolicismo difuso se tornou mais preocupado com a ortodoxia. Não é coisa pouca …”
Quería simplemente decirte que, en nombre de JSarto y en el mío propio, te agradecemos esas palabras de todo corazón. Si nuestro esfuerzo ha servido para que Dios, usándonos a nosotros –miserables pecadores, aunque en esto gano con mucha diferencia a JSarto- como instrumentos, te acerque a Su Majestad, haga que tu catolicismo dejase de ser difuso para anclarse en la ortodoxia y en la Tradición, nos damos por mucho más que satisfechos. Tus palabras son, con diferencia, el mejor elogio que alguien nos puede dirigir y nos ha dirigido jamás.
A veces nos sorprendemos del esfuerzo que una página incluso tan pobre como la nuestra, A Casa de Sarto, precisa. Pero una afirmación como la tuya nos compensa de todas nuestras penas. Nada nos place más que ser como aquellos que, habiendo encontrado un tesoro –la Tradición-, llaman a los amigos y quieren compartir ese tesoro con ellos.
Incluso te doy las gracias porque esto servirá a mi amigo JSarto para que se dé cuenta que a pesar de nuestras tentaciones de haber cerrado este tasco en más de una ocasión, tenemos que seguir. Aunque sólo sea para repetir; nuestra bitácora tiene poco de original y a menudo lo único que hacemos es traer textos ajenos para invitar a su lectura.
Loado sea Dios en todo y por todo. También porque Él ha fortalecido tu Fe. Y muchas gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo en Cristo Rey y María Reina y sea todo a mayor Gloria de Dios,
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quinta-feira, julho 19, 2007
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El Alzamiento de los Guerreros
Cuando los jefes o gobernantes lejos de encarnar y custodiar el orden - que no es un listado de fórmulas sino la perfección de la naturaleza de las cosas - se hacen cómplices o artífices del desorden por ineptitud, infidelidad o cobardía, no queda más camino que desobedecer para rescatar y recomponer el orden alterado. Es el derecho a la desobediencia y a la resistencia. Por eso, "quienes se defienden resistiendo" - lo dice Santo Tomás y citado por Vitoria - "no han de ser tenidos por sediciosos", antes bien, estarán cumpliendo una parte esencial del deber cristiano de la lucha.
Es doctrina segura de la Fe Católica, transmitida hasta hoy sin mengua ni desgaste, que los fieles de una nación cristiana poseen el derecho a desobedecer a los jefes y gobernantes ilegítimos, a desacatar sus propuestas, primero; a rebelarse después gradualmente en forma pasiva y activa, hasta llegar a la resistencia franca, física, obstinada y heroica, cuando la tiranía no deja otra posibilidad más que su muerte para que pueda restituirse la vida de la Nación.
Mas no se trata sólo de un derecho que puede ejercerse o no, según los casos. Bajo determinadas circunstancias - precisamente cuando las fuerzas tiránicas ocupan el poder en contra del bien común completo - la resistencia activa integral es una obligación colectiva de los cristianos, que nadie puede rehusar mientras dure el estado de agresión permanente; es una obligación moral inesquivable, es un imperativo que reclama concreción y respuesta, es una reconquista que no perdona excusas ni tardanzas.
Lo enseñaron los Padres y la mejor Escolástica, los teólogos de nota y los sabios moralistas de todos los siglos. Hay exigencia de plantear batalla en defensa de la Realeza Social de Jesucristo, cuando ella es agredida, befada, escarnecida y traicionada. Exigencia que llega a los civiles capaces, a los guerreros genuinos y a todos los que sientan la necesidad de no permanecer neutrales. Por eso el cardenal Belarmino hablaba de la santa intolerancia, y Urbano VIII absolvió del juramento de fidelidad a los soldados que se lo habían prestado al Conde Hugo, ratificando así el principio de que la fidelidad de las tropas de un país cristiano se debe primero a Dios que a los hombres, y que no tiene por qué prestarse a los gobernantes cuando ellos se comportan como sacrílegos, apóstatas e impíos consumados, así conserven las formas de una legalidad democrática.
Precisamente era Aristóteles el que explicaba, en el libro quinto de "La Política", cómo la democracia puede sobrevenir en despotismo y cuáles son en ese caso los síntomas y las características: la libertad concebida como permisivismo, la justificación de toda conveniencia facciosa invocando la voluntad popular, el apego por los extranjeros y adulones, la injerencia de los plutócratas y una vergonzosa frivolidad y liviandad en la clase política, ganada por la corrupción y el hedonismo. Balmes, por su parte, enunciando las razones que tornan insanablemente injusto a un gobierno, así sea de origen democrático, enseña esquemáticamente: si el poder abusa escandalosamente de sus facultades; si persigue y escarnece a la Religión de Cristo, si corrompe la moral, si ultraja el decoro público, si menoscaba el honor de los ciudadanos, si exige contribuciones ilegales y desmesuradas, si viola el derecho de propriedad, si enajena el patrimonio de la nación, si desmembra a las provincias, si lleva a los pueblos a la ignorancia y a la muerte. Y en estos casos, está claro, el recurso al alzamiento armado no es sino una derivación lógica y lícita de la facultad cristiana de combatir. Por eso, después de aclarar condiciones y requisitos, concluye Luis de Molina en que "bajo ciertas ocasiones, no sólo es legítimo a los cristianos hacer la guerra, sino que también ello puede ser mejor que lo contrario, y aún puede suceder que sea pecado mortal no guerrear". Es la ley de las reacciones que describía Donoso Cortés, y que exige ante todo la inteligencia política y la fuerza responsable que conduzca los hechos con sabiduría y prudencia, evitando males mayores y teniendo ante sí asegurada una razonable posibilidad de victoria.
Antonio Caponnetto, in "El Deber Cristiano de la Lucha", Buenos Aires, Scholastica, 1992 - páginas 330 - 332.
Es doctrina segura de la Fe Católica, transmitida hasta hoy sin mengua ni desgaste, que los fieles de una nación cristiana poseen el derecho a desobedecer a los jefes y gobernantes ilegítimos, a desacatar sus propuestas, primero; a rebelarse después gradualmente en forma pasiva y activa, hasta llegar a la resistencia franca, física, obstinada y heroica, cuando la tiranía no deja otra posibilidad más que su muerte para que pueda restituirse la vida de la Nación.
Mas no se trata sólo de un derecho que puede ejercerse o no, según los casos. Bajo determinadas circunstancias - precisamente cuando las fuerzas tiránicas ocupan el poder en contra del bien común completo - la resistencia activa integral es una obligación colectiva de los cristianos, que nadie puede rehusar mientras dure el estado de agresión permanente; es una obligación moral inesquivable, es un imperativo que reclama concreción y respuesta, es una reconquista que no perdona excusas ni tardanzas.
Lo enseñaron los Padres y la mejor Escolástica, los teólogos de nota y los sabios moralistas de todos los siglos. Hay exigencia de plantear batalla en defensa de la Realeza Social de Jesucristo, cuando ella es agredida, befada, escarnecida y traicionada. Exigencia que llega a los civiles capaces, a los guerreros genuinos y a todos los que sientan la necesidad de no permanecer neutrales. Por eso el cardenal Belarmino hablaba de la santa intolerancia, y Urbano VIII absolvió del juramento de fidelidad a los soldados que se lo habían prestado al Conde Hugo, ratificando así el principio de que la fidelidad de las tropas de un país cristiano se debe primero a Dios que a los hombres, y que no tiene por qué prestarse a los gobernantes cuando ellos se comportan como sacrílegos, apóstatas e impíos consumados, así conserven las formas de una legalidad democrática.
Precisamente era Aristóteles el que explicaba, en el libro quinto de "La Política", cómo la democracia puede sobrevenir en despotismo y cuáles son en ese caso los síntomas y las características: la libertad concebida como permisivismo, la justificación de toda conveniencia facciosa invocando la voluntad popular, el apego por los extranjeros y adulones, la injerencia de los plutócratas y una vergonzosa frivolidad y liviandad en la clase política, ganada por la corrupción y el hedonismo. Balmes, por su parte, enunciando las razones que tornan insanablemente injusto a un gobierno, así sea de origen democrático, enseña esquemáticamente: si el poder abusa escandalosamente de sus facultades; si persigue y escarnece a la Religión de Cristo, si corrompe la moral, si ultraja el decoro público, si menoscaba el honor de los ciudadanos, si exige contribuciones ilegales y desmesuradas, si viola el derecho de propriedad, si enajena el patrimonio de la nación, si desmembra a las provincias, si lleva a los pueblos a la ignorancia y a la muerte. Y en estos casos, está claro, el recurso al alzamiento armado no es sino una derivación lógica y lícita de la facultad cristiana de combatir. Por eso, después de aclarar condiciones y requisitos, concluye Luis de Molina en que "bajo ciertas ocasiones, no sólo es legítimo a los cristianos hacer la guerra, sino que también ello puede ser mejor que lo contrario, y aún puede suceder que sea pecado mortal no guerrear". Es la ley de las reacciones que describía Donoso Cortés, y que exige ante todo la inteligencia política y la fuerza responsable que conduzca los hechos con sabiduría y prudencia, evitando males mayores y teniendo ante sí asegurada una razonable posibilidad de victoria.
Antonio Caponnetto, in "El Deber Cristiano de la Lucha", Buenos Aires, Scholastica, 1992 - páginas 330 - 332.
quarta-feira, julho 18, 2007
Ansia de pureza
Me lo encontré aquí, y en estas décadas nuestras, cuando la pureza está tan arrasada en todos los sentidos, me pareció muy bonito. No me resisto a compartirlo con Vds.
Imagino, sí, que esa “paternidad responsable” de la que habla el Padre Zezinho no tiene nada que ver con ese subterfugio vaticanosegundista que llamaba así, “paternidad responsable”, a la contracepción pura y dura. Creo que lo que el Padre Zezinho quiere decir es ser responsable respecto a los deberes de padre.
Rafael Castela Santos
“Si fuese fácil ser puro, no habría,
Tantos padres anónimos,
Tantas madres solteras,
Tantos maridos traicionados,
Tantas esposas engañadas,
Tantos hijos abandonados,
Tantos noviazgos inmaduros,
Tantas aventuras que lastiman,
Tantas diversiones espurias,
Tanto culto al erotismo,
Tanta violencia sexual,
Tanta vergüenza de ser virgen,
Tanta credulidad,
Y tanta desfachatez disfrazada de amor.
Como no es fácil ser puro, cuando faltan Jesucristo y María.
Cuando no hay paternidad responsable,
Cuando falta el milagro de la maternidad asumida y deseada,
O el amor por los hijos,
Alguien termina siendo una cosa para el otro.
Sin Dios, la sexualidad es un desastre.
Con Dios, la sexualidad es una bendición.”
Padre P. Zezinho
Imagino, sí, que esa “paternidad responsable” de la que habla el Padre Zezinho no tiene nada que ver con ese subterfugio vaticanosegundista que llamaba así, “paternidad responsable”, a la contracepción pura y dura. Creo que lo que el Padre Zezinho quiere decir es ser responsable respecto a los deberes de padre.
Rafael Castela Santos
“Si fuese fácil ser puro, no habría,
Tantos padres anónimos,
Tantas madres solteras,
Tantos maridos traicionados,
Tantas esposas engañadas,
Tantos hijos abandonados,
Tantos noviazgos inmaduros,
Tantas aventuras que lastiman,
Tantas diversiones espurias,
Tanto culto al erotismo,
Tanta violencia sexual,
Tanta vergüenza de ser virgen,
Tanta credulidad,
Y tanta desfachatez disfrazada de amor.
Como no es fácil ser puro, cuando faltan Jesucristo y María.
Cuando no hay paternidad responsable,
Cuando falta el milagro de la maternidad asumida y deseada,
O el amor por los hijos,
Alguien termina siendo una cosa para el otro.
Sin Dios, la sexualidad es un desastre.
Con Dios, la sexualidad es una bendición.”
Padre P. Zezinho
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terça-feira, julho 17, 2007
Mi lista de libros y un contrapunto anti-iberista
Me preguntas, querido amigo JSarto, en qué ando en material de letra impresa en estos días. Ahí va:
1. En espiritualidad (y Teología también si se quiere) estoy releyendo “El Evangelio de Jesucristo”, del Padre Leonardo Castellani (editada por Vórtice, en Argentina). Para los asiduos a A Casa de Sarto Castellani no precisa mayor presentación. Sólo apuntar a la profundidad exegética de este santo varón, que proporciona un formidable entendimiento de las Sagradas Escrituras. Es sobre este libro que trato de meditar un poco todos los días.
2. En Teología ando con el segundo tomo de la obra “Desenvolvimiento y vitalidad de la Iglesia”, del padre Juan González Arintero, O.P. Está editada por la Fundación Universitaria Española (en una cuidada edición del Padre Alonso Lobo, O.P.) que quizás todavía sea conseguible a través del Convento de San Esteban (PP. Dominicos) de Salamanca. En esta obra queda claro cómo sólo la Tradición es verdadero progreso, y desenvolvimiento verdaderamente orgánico. El libro tiene una talla tomista y escolástica soberbias que constituyen un auténtico antídoto contra el modernismo ambiental que padecemos.
3. En historia, por lo que veo, tú y yo caminamos por idénticos lares. También estoy con el libro del Profesor Rubén Calderón Bouchet “La Revolución Francesa”, editada por la excelente editorial Nueva Hispanidad. No lo había leído entero en su momento, sino sólo leí capítulos seleccionados y ahora estoy dedicándole esa lectura de cabo a rabo que esta obra –quizás la mejor que yo haya leído jamás sobre la Revolución Francesa- merece.
4. En filosofía y pensamiento ando a cuestas con la “Historia de los heterodoxos españoles”, de Marcelino Menéndez Pelayo. Fue reeditado por la Biblioteca de Autores Cristianos incluyendo las notas a este libro del autor que sólo fueron póstumamente publicados. La verdad es que es una obra de imprescindible lectura para cualquier hispano de la castellanofonía o de la lusofonía en aras a comprender nuestro ser. Simultaneo esto con el libro “Regionalismo y monarquía”, de Juan Vázquez de Mella, publicado por Rialp. Formidables estos discursos tradicionalistas y carlistas de Vázquez de Mella de quien no me resisto a copiar un párrafo cuando este iberista Saramago afirma su inclinación hacia ese caos homogéneo y entrópico incubado en las logias y otras zahúrdas de Plutón:
“Yo he dicho aquí, y repito que si por un plebiscito absolutamente unánime, Portugal quisiera ser una región española, unificadas como están ahora las demás regiones, yo, en el caso de ser gobernante, rechazaría ese plebiscito, no lo aceptaría de ninguna manera. En la plenitud de nuestro poder político, en un período de triunfo, ese plebiscito tal vez pudiera ocurrir; pero, el día que fracasara nuestro poderío o nuestra grandeza sería aquél un elemento de disidencia y de separación … Yo quiero [a Portugal] autónomo, independiente, rigiéndose libremente en su interior …”
Juan Vázquez de Mella (Regionalismo y Monarquía, Rialp. Madrid, 1957; pgs. 214-215)
No me resulta extraño que un católico de pro y un tradicionalista como Vázquez de Mella sea tan cabalmente anti-iberista. Es lo lógico, como lógico es que Vázquez de Mella suscribiera idénticas tesis a las de la Aliança Peninsular que proponía António Sardinha, con quien mantenía además una sólida amistad. Como tampoco es extraño que un hombre visceralmente anticlerical y anticatólico como Saramago, defensor de cualesquiera tipo de aberraciones como el marxismo y/o el indigenismo y ciertamente en las antípodas del tradicionalismo proponga justamente lo contrario.
Pero, en fin, volvamos a la literatura.
5. En literatura acabo de terminar la relectura de “La gitanilla” y la lectura de “La española inglesa”, ambas novelas ejemplares de Miguel de Cervantes. Huelga decir nada de esta lumbrera de las letras castellanas cuya prosa con unas oraciones subordinadas que maneja como ningún otro y sin cargar el texto es siempre una delicia. Y en poesía estoy con las “Cantigas de Santa María”, de Alfonso X. No sólo su riqueza métrica y musical, sino ese galaico-portugués inicial me fascinan. Y me fascina, todavía más, el amor a la Santísima Virgen que destila el Rey al que apodaban “el Sabio”.
De los libros científicos y médicos, que también me ocupan –y mucho-, no te hablo porque seguro que no te interesan mucho. Salvo en estas materias científicas, donde ahí sí que trato de estar a la última, no me preocupa nada estar a la última en las humanidades. Es más, como ves casi trato de permanecer con los clásicos.
Rafael Castela Santos
1. En espiritualidad (y Teología también si se quiere) estoy releyendo “El Evangelio de Jesucristo”, del Padre Leonardo Castellani (editada por Vórtice, en Argentina). Para los asiduos a A Casa de Sarto Castellani no precisa mayor presentación. Sólo apuntar a la profundidad exegética de este santo varón, que proporciona un formidable entendimiento de las Sagradas Escrituras. Es sobre este libro que trato de meditar un poco todos los días.
2. En Teología ando con el segundo tomo de la obra “Desenvolvimiento y vitalidad de la Iglesia”, del padre Juan González Arintero, O.P. Está editada por la Fundación Universitaria Española (en una cuidada edición del Padre Alonso Lobo, O.P.) que quizás todavía sea conseguible a través del Convento de San Esteban (PP. Dominicos) de Salamanca. En esta obra queda claro cómo sólo la Tradición es verdadero progreso, y desenvolvimiento verdaderamente orgánico. El libro tiene una talla tomista y escolástica soberbias que constituyen un auténtico antídoto contra el modernismo ambiental que padecemos.
3. En historia, por lo que veo, tú y yo caminamos por idénticos lares. También estoy con el libro del Profesor Rubén Calderón Bouchet “La Revolución Francesa”, editada por la excelente editorial Nueva Hispanidad. No lo había leído entero en su momento, sino sólo leí capítulos seleccionados y ahora estoy dedicándole esa lectura de cabo a rabo que esta obra –quizás la mejor que yo haya leído jamás sobre la Revolución Francesa- merece.
4. En filosofía y pensamiento ando a cuestas con la “Historia de los heterodoxos españoles”, de Marcelino Menéndez Pelayo. Fue reeditado por la Biblioteca de Autores Cristianos incluyendo las notas a este libro del autor que sólo fueron póstumamente publicados. La verdad es que es una obra de imprescindible lectura para cualquier hispano de la castellanofonía o de la lusofonía en aras a comprender nuestro ser. Simultaneo esto con el libro “Regionalismo y monarquía”, de Juan Vázquez de Mella, publicado por Rialp. Formidables estos discursos tradicionalistas y carlistas de Vázquez de Mella de quien no me resisto a copiar un párrafo cuando este iberista Saramago afirma su inclinación hacia ese caos homogéneo y entrópico incubado en las logias y otras zahúrdas de Plutón:
“Yo he dicho aquí, y repito que si por un plebiscito absolutamente unánime, Portugal quisiera ser una región española, unificadas como están ahora las demás regiones, yo, en el caso de ser gobernante, rechazaría ese plebiscito, no lo aceptaría de ninguna manera. En la plenitud de nuestro poder político, en un período de triunfo, ese plebiscito tal vez pudiera ocurrir; pero, el día que fracasara nuestro poderío o nuestra grandeza sería aquél un elemento de disidencia y de separación … Yo quiero [a Portugal] autónomo, independiente, rigiéndose libremente en su interior …”
Juan Vázquez de Mella (Regionalismo y Monarquía, Rialp. Madrid, 1957; pgs. 214-215)
No me resulta extraño que un católico de pro y un tradicionalista como Vázquez de Mella sea tan cabalmente anti-iberista. Es lo lógico, como lógico es que Vázquez de Mella suscribiera idénticas tesis a las de la Aliança Peninsular que proponía António Sardinha, con quien mantenía además una sólida amistad. Como tampoco es extraño que un hombre visceralmente anticlerical y anticatólico como Saramago, defensor de cualesquiera tipo de aberraciones como el marxismo y/o el indigenismo y ciertamente en las antípodas del tradicionalismo proponga justamente lo contrario.
Pero, en fin, volvamos a la literatura.
5. En literatura acabo de terminar la relectura de “La gitanilla” y la lectura de “La española inglesa”, ambas novelas ejemplares de Miguel de Cervantes. Huelga decir nada de esta lumbrera de las letras castellanas cuya prosa con unas oraciones subordinadas que maneja como ningún otro y sin cargar el texto es siempre una delicia. Y en poesía estoy con las “Cantigas de Santa María”, de Alfonso X. No sólo su riqueza métrica y musical, sino ese galaico-portugués inicial me fascinan. Y me fascina, todavía más, el amor a la Santísima Virgen que destila el Rey al que apodaban “el Sabio”.
De los libros científicos y médicos, que también me ocupan –y mucho-, no te hablo porque seguro que no te interesan mucho. Salvo en estas materias científicas, donde ahí sí que trato de estar a la última, no me preocupa nada estar a la última en las humanidades. Es más, como ves casi trato de permanecer con los clásicos.
Rafael Castela Santos
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terça-feira, julho 17, 2007
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segunda-feira, julho 16, 2007
Algunas pinceladas sobre el feminismo
La teleología del feminismo radical moderno es doble: la destrucción de la familia y la demonización del varón. Este último puntal se traduce, incluso, en una feminización de la educación. Por no hablar de la neolengua que las feministas quieren tratar de imponer. Neolengua que empieza por contraponer machismo a feminismo, cuando en rigor el antónimo que corresponde a machismo sería el de hembrismo.
Una larga lista de artículos y comentarios interesantes sobre el hembrismo (feminismo) y temas adyacentes se puede encontrar aquí. La negación de los roles clásicos de la mujer, en especial la maternidad, ocasiona infelicidad a las propias mujeres, mucho más de lo que propaganda políticamente correcta de hoy día permite y de lo que parece. Ya se alzan voces femeninas contra el hembrismo (feminismo), enormemente críticas de lo que el hembrismo-feminismo (ideología que forma parte del universo marxista y post-marxista) ha acarreado.
En las antípodas de todo lo dicho anteriormente está la visión católica de la mujer. Porque en el mundo cristiano la mujer tiene un status y consideración muy distinto del que goza, por ejemplo, en la sociedad islámica.
Rafael Castela Santos
Una larga lista de artículos y comentarios interesantes sobre el hembrismo (feminismo) y temas adyacentes se puede encontrar aquí. La negación de los roles clásicos de la mujer, en especial la maternidad, ocasiona infelicidad a las propias mujeres, mucho más de lo que propaganda políticamente correcta de hoy día permite y de lo que parece. Ya se alzan voces femeninas contra el hembrismo (feminismo), enormemente críticas de lo que el hembrismo-feminismo (ideología que forma parte del universo marxista y post-marxista) ha acarreado.
En las antípodas de todo lo dicho anteriormente está la visión católica de la mujer. Porque en el mundo cristiano la mujer tiene un status y consideración muy distinto del que goza, por ejemplo, en la sociedad islámica.
Rafael Castela Santos
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segunda-feira, julho 16, 2007
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Cinco livros
Insta-me o meu amigo FSantos a dar conta dos cinco livros que mais recentemente me passaram ou ainda passam pelas mãos. Cá vão:
- "Critica de la Concepcion de Maritain sobre la Persona Humana", do Padre Júlio Meinvielle (na fotografia em cima), um livro escrito num estilo muito "corcundesco", no qual o ilustre sacerdote católico argentino, sempre estribado na boa doutrina tomista, refuta devastadoramente o pensamento de Maritain, base de grande parte do moderno progressismo cristão. Meinvielle insiste sempre na defesa da subordinação do bem privado individual ao bem comum; do indivíduo ao Estado, entendido este no sentido cristão de prossecutor do bem comum e não como o monstro totalitário e omnipresente que a modernidade gerou; e, enfim, do mesmo Estado à Verdade de Deus de que a Igreja Católica é a depositária. Deste modo, explanam-se os fundamentos organizacionais da Cidade Cristã, que são todo o oposto das corruptas partidocracias da actualidade. Este livro está disponível em rede, e quem o quiser ler, pode fazê-lo nesta página temática dedicada à figura do Padre Júlio Meinvielle.
- O segundo tomo das "Obras Completas", de Santo Afonso Maria do Ligório, na reputada tradução francesa que destas fizeram os padres redentoristas Léopold Dujardin e Jules Jacques, e que foram editadas pela Casterman, em Tournai, no ano de 1867. Obtive-o através de um alfarrabista belga, e, pelos carimbos nele apostos, constato que pertenceu a uma casa religiosa de Liége (Obra de Dom Bosco), que entretanto terá encerrado ou se quis libertar de "lixo" contrário ao espírito do V2. De facto, o livro intitulado "Verité de la Foi. De la Vraie Église contre les Sectaires. Evidence de la Foi Catholique", de autoria do grande Doutor da Igreja, lido nos dias de hoje, demonstra à exaustão o modo como o dito V2, em alguns dos seus desideratos, se afastou determinantemente da tradição católica. De resto, Santo Afonso do Ligório é um dos meus autores católicos preferidos: a sua leitura é muito acessível, não exige a preparação filosófica aprofundada que Santo Agostinho e São Tomás de Aquino implicam, e ademais é pautada por um sentido de humor peculiarmente católico.
- Do Padre R.-Th. Calmel, O.P., "Si tu savais le don de Dieu… La Messe", um dominicano que esteve na primeira linha da defesa da Missa tradicional em França, nos anos de chumbo do pontificado de Paulo VI. Que outra coisa fazer em relação a um livro que se inicia da forma a seguir citada, se não recomendá-lo vivamente?
"Je m'en tiens à la Messe traditionelle, celle qui fut codifiée, mais non fabriquée, par Saint Pie V, au XVIe siècle, conformément à une coutume plusieurs fois séculaire. Je refuse donc l'ORDO MISSAE de Paul VI.
Pourquoi? Parce que, en realité, cet ORDO MISSAE n'existe pas. Ce qui existe c'est une Révolution liturgique universelle et permanente, prise à son compte ou voulue par le Pape actuel, et qui revêt, pour le quart d'heure, le masque de l'ORDO MISSAE du 3 de Avril de 1969. C'est le droit de tout de refuser porter la masque de cette Révolution liturgique. Et j'estime de mon devoir de prêtre de refuser de célébrer la Messe dans un rite équivoque".
Na calha, tenho ainda:
- "Hispanidad y Leyendas Negras - La Teología de la Liberación y la História de América", de Antonio Caponnetto, desmontagem não só da lenda negra da colonização espanhola da América, mas também do reaproveitamento que no pós-V2 a teologia da libertação fez dela.
- "La Revolución Francesa", de Rubén Calderón Bouchet, análise do funesto evento à luz do pensamento tradicional de matriz católica que o autor sobraça.
E cesso por aqui a corrente, embora tivesse curiosidade em saber quais os últimos cinco livros que o meu amigo Rafael leu ou anda a ler.
- "Critica de la Concepcion de Maritain sobre la Persona Humana", do Padre Júlio Meinvielle (na fotografia em cima), um livro escrito num estilo muito "corcundesco", no qual o ilustre sacerdote católico argentino, sempre estribado na boa doutrina tomista, refuta devastadoramente o pensamento de Maritain, base de grande parte do moderno progressismo cristão. Meinvielle insiste sempre na defesa da subordinação do bem privado individual ao bem comum; do indivíduo ao Estado, entendido este no sentido cristão de prossecutor do bem comum e não como o monstro totalitário e omnipresente que a modernidade gerou; e, enfim, do mesmo Estado à Verdade de Deus de que a Igreja Católica é a depositária. Deste modo, explanam-se os fundamentos organizacionais da Cidade Cristã, que são todo o oposto das corruptas partidocracias da actualidade. Este livro está disponível em rede, e quem o quiser ler, pode fazê-lo nesta página temática dedicada à figura do Padre Júlio Meinvielle.
- O segundo tomo das "Obras Completas", de Santo Afonso Maria do Ligório, na reputada tradução francesa que destas fizeram os padres redentoristas Léopold Dujardin e Jules Jacques, e que foram editadas pela Casterman, em Tournai, no ano de 1867. Obtive-o através de um alfarrabista belga, e, pelos carimbos nele apostos, constato que pertenceu a uma casa religiosa de Liége (Obra de Dom Bosco), que entretanto terá encerrado ou se quis libertar de "lixo" contrário ao espírito do V2. De facto, o livro intitulado "Verité de la Foi. De la Vraie Église contre les Sectaires. Evidence de la Foi Catholique", de autoria do grande Doutor da Igreja, lido nos dias de hoje, demonstra à exaustão o modo como o dito V2, em alguns dos seus desideratos, se afastou determinantemente da tradição católica. De resto, Santo Afonso do Ligório é um dos meus autores católicos preferidos: a sua leitura é muito acessível, não exige a preparação filosófica aprofundada que Santo Agostinho e São Tomás de Aquino implicam, e ademais é pautada por um sentido de humor peculiarmente católico.
- Do Padre R.-Th. Calmel, O.P., "Si tu savais le don de Dieu… La Messe", um dominicano que esteve na primeira linha da defesa da Missa tradicional em França, nos anos de chumbo do pontificado de Paulo VI. Que outra coisa fazer em relação a um livro que se inicia da forma a seguir citada, se não recomendá-lo vivamente?
"Je m'en tiens à la Messe traditionelle, celle qui fut codifiée, mais non fabriquée, par Saint Pie V, au XVIe siècle, conformément à une coutume plusieurs fois séculaire. Je refuse donc l'ORDO MISSAE de Paul VI.
Pourquoi? Parce que, en realité, cet ORDO MISSAE n'existe pas. Ce qui existe c'est une Révolution liturgique universelle et permanente, prise à son compte ou voulue par le Pape actuel, et qui revêt, pour le quart d'heure, le masque de l'ORDO MISSAE du 3 de Avril de 1969. C'est le droit de tout de refuser porter la masque de cette Révolution liturgique. Et j'estime de mon devoir de prêtre de refuser de célébrer la Messe dans un rite équivoque".
Na calha, tenho ainda:
- "Hispanidad y Leyendas Negras - La Teología de la Liberación y la História de América", de Antonio Caponnetto, desmontagem não só da lenda negra da colonização espanhola da América, mas também do reaproveitamento que no pós-V2 a teologia da libertação fez dela.
- "La Revolución Francesa", de Rubén Calderón Bouchet, análise do funesto evento à luz do pensamento tradicional de matriz católica que o autor sobraça.
E cesso por aqui a corrente, embora tivesse curiosidade em saber quais os últimos cinco livros que o meu amigo Rafael leu ou anda a ler.
Cleto ou o romantismo à medida de cada um
Foi há já alguns anos, talvez dez ou quinze, não me recordo bem. No Pavilhão dos Desportos, em Lisboa, realizava-se um encontro nacional de membros do Movimento Carismático. Junto à base de um palco montado propositadamente para o efeito, entre guinchos parecidos com os de macacos e grunhidos próprios de suínos, contorciam-se no chão com espasmos quase epilépticos, alguns dos supostamente miraculados pelos carismas do Espírito Santo ou, se calhar, de outros espíritos menos santos, considerando os sintomas que manifestavam. Do alto desse mesmo palco, de microfone na mão, um pouco à imagem dos vendedores de feira que percorrem o País de lés-a-lés, perorava o então Bispo Auxiliar de Lisboa, Dom Albino Cleto, elogiando as virtudes dos Carismáticos. Moral da história: cada um tem o romantismo que procura e merece…
P.S. Esclareço os meus leitores de que não participei em tal encontro: assisti mais tarde a uma reportagem televisiva sobre o mesmo, talvez no sinistro programa "70x7", do modernista Padre Rego.
P.S. Esclareço os meus leitores de que não participei em tal encontro: assisti mais tarde a uma reportagem televisiva sobre o mesmo, talvez no sinistro programa "70x7", do modernista Padre Rego.
domingo, julho 15, 2007
Os bispos portugueses e o Motu Proprio "Summorum Pontificum"
Há um ano e meio atrás, analisei neste espaço a atitude hostil dos bispos portugueses face à Missa tradicional de rito latino-gregoriano, lamentando que Portugal fosse o único país europeu, entre aqueles com uma população de maioria católica - ao menos, em termos nominais -, onde não se celebrasse uma só Missa de rito tradicional em qualquer uma das suas dioceses.
Concluí tal análise afirmando:
Porquê esta hostilidade dos bispos portugueses ao rito quinze vezes secular da Igreja do Ocidente? Por muito estranho que isto possa parecer a alguns fiéis católicos bem intencionados mas pouco alertados, no episcopado nacional, sob uma aparência de conservadorismo, esconde-se um modernismo extremo e radical, frio, reflexivo, astuto, a roçar o cinismo puro, e por isso muito mais pernicioso e eficaz no transmitir da sua mensagem de abominação a tudo o que é verdadeiramente católico do que o modernismo exuberante e radical, misto de imoralidades chocantes e momices apalhaçadas, dos bispos do Norte da Europa e dos Estados Unidos.
Concluí tal análise afirmando:
Porquê esta hostilidade dos bispos portugueses ao rito quinze vezes secular da Igreja do Ocidente? Por muito estranho que isto possa parecer a alguns fiéis católicos bem intencionados mas pouco alertados, no episcopado nacional, sob uma aparência de conservadorismo, esconde-se um modernismo extremo e radical, frio, reflexivo, astuto, a roçar o cinismo puro, e por isso muito mais pernicioso e eficaz no transmitir da sua mensagem de abominação a tudo o que é verdadeiramente católico do que o modernismo exuberante e radical, misto de imoralidades chocantes e momices apalhaçadas, dos bispos do Norte da Europa e dos Estados Unidos.
Ora, a verdade é que um destes dias, do alto da sua pesporrência, Suas Excelências Reverendíssimas são capazes de ter uma enorme surpresa…
Entretanto, a surpresa chegou com a publicação do Motu Proprio "Summorum Pontificum", de Sua Santidade o Papa Bento XVI, que restaura a Missa de rito tradicional latino-gregoriano na plenitude dos seus direitos e mediatamente confirma o conteúdo da Bula "Quo Primum", de São Pio V - ver artigos 2º e 4º daquele.
Todavia, acontece que os mesmíssimos Bispos que sabotaram completamente a aplicação do Motu Proprio "Ecclesia Dei", do Papa João Paulo II - em Portugal, a Missa tradicional persiste exclusivamente graças ao apostolado infatigável da Fraternidade Sacerdotal de São Pio X -, preparam-se agora, e já que não o podem bloquear, para minimizar tanto quanto possível o alcance do Motu Proprio "Summorum Pontificum", mostrando assim todo o seu desdém por uma legítima decisão papal que os atinge no mais profundo das suas convicções de hereges modernistas e progressistas.
Deste modo, estes maus pastores, verdadeiros lobos com pele de cordeiro e autênticos cismáticos práticos no sentido efectivo do termo, revelando igualmente não terem percebido nada do que o Papa escreveu na carta anexa ao Motu Proprio e que os tinha como destinatários - se é que chegaram sequer a lê-la… -, não hesitam em ofender os devotos da Missa tradicional, pretendendo reduzi-los, numa imensa demonstração de falta de honestidade intelectual e caridade cristã, a um bando de saudosistas, nostálgicos e românticos.
Por exemplo, o Bispo-Auxiliar de Lisboa e secretário da Conferência Episcopal Portuguesa, D. Carlos Azevedo, pretendendo tomar os seus desejos pela realidade, declarou que o "Motu Proprio" terá pouco impacto em Portugal; que a sua aplicação será solicitada apenas por grupos minoritários de saudosistas e nostálgicos; e que a maior parte dos padres portugueses nem sequer sabe celebrar o rito tradicional, dizendo inadvertidamente muitíssimo acerca do estado de degradação a que quarenta anos de modernismo e progressismo desenfreados conduziram a Igreja em Portugal (e a verdade é que a Missa de rito latino-gregoriano também não precisa para nada de presidentes de assembleias litúrgicas, mas sim de sacerdotes católicos fiéis à tradição da única Igreja de Cristo).
Por seu turno, o actual Bispo de Coimbra, D. Albino Cleto, numas declarações inauditamente agressivas e rancorosas, apelidou os fiéis da tradição de românticos, e tentou de modo abusivo e usurpatório fazer uma interpretação restritiva do Motu Proprio papal, sustentando que nenhum sacerdote pode ser obrigado a celebrar a Missa tradicional, visando assim inverter a finalidade daquele e fazer tábua-rasa dos seus objectivos.
D. Albino Cleto foi ainda mais longe na sua fúria e afirmou que em Portugal, infelizmente - e realçou o infelizmente -, cerca de metade dos sacerdotes em funções ainda chegou a celebrar o rito tradicional na língua latina. Pergunta-se: o Bispo de Coimbra também julga infeliz o cânone 9º, da XXII Sessão do Concílio Apostólico Dogmático de Trento, que anatematiza todos os que defendem que a Missa deve ser celebrada exclusivamente em línguas vernáculas?
Na verdade, os Senhores Bispos não atingem aquilo que é fundamental nesta questão, dado o seu entendimento estar completamente turvado pelo pensamento herético modernista e progressista, ou seja, ao invés do que sustentam, o que está em causa não é uma mera questão linguística de latim contra vernáculo (no que são secundados por alguns ignorantes desprezíveis na comunicação social e na blogosfera), mas antes a contraposição entre o rito tradicional latino-gregoriano, tridentino ou de São Pio V e o rito reformado de Paulo VI, isto é, entre um rito que enfatiza em pleno as todas verdades fundamentais da fé católica sobre a Missa a um outro que, cedendo fortemente à heresia protestante, minimiza e obnubila essa verdades, sem prejuízo da sua validade formal.
É certo que a utilização da língua latina na liturgia tradicional da Igreja do Ocidente não é despicienda, pois o desenvolvimento orgânico desta última processou-se inteiramente sob o influxo de tal língua, motivo por que a Igreja não abandonou a sua utilização quando a mesma caiu em desuso na vida quotidiana, visando dessa forma salvaguardar a unidade do culto e preservá-lo das corrupções provocadas pelo emprego do vernáculo; porém, não é o latim cerne desta questão da opção entre o rito litúrgico tradicional e o reformado, porquanto a mesma não é meramente linguística, mas antes eminentemente doutrinária e de primordial interesse para a Igreja, já que a Missa é o centro nevrálgico do culto religioso cristão, de onde irradia toda a restante vida eclesial.
De tudo isto tem muito mais clara compreensão Sua Santidade o Papa Bento XVI do que os Bispos portugueses, como se comprova pelas passagens que a seguir se transcrevem da missiva por ele dirigida também a estes últimos.
Primeiro:
Logo a seguir ao Concílio Vaticano II podia-se supor que o pedido do uso do Missal de 1962 se limitasse à geração mais idosa que tinha crescido com ele, mas entretanto vê-se claramente que também pessoas jovens descobrem esta forma litúrgica, sentem-se atraídas por ela e nela encontram uma forma, que lhes resulta particularmente apropriada, de encontro com o Mistério da Santíssima Eucaristia. Surgiu assim a necessidade duma regulamentação jurídica mais clara, que, no tempo do Motu Proprio de 1988, não era previsível; estas Normas pretendem também libertar os Bispos do dever de avaliar sempre de novo como hão-de responder às diversas situações.
E ainda:
É verdade que não faltam exageros e algumas vezes aspectos sociais indevidamente vinculados com a atitude de fiéis ligados à antiga tradição litúrgica latina. A vossa caridade e prudência pastoral hão-de ser estímulo e guia para um aperfeiçoamento. Aliás, as duas Formas do uso do Rito Romano podem enriquecer-se mutuamente: no Missal antigo poderão e deverão ser inseridos novos santos e alguns dos novos prefácios. A Comissão «Ecclesia Dei», em contacto com os diversos entes devotados ao usus antiquior, estudará as possibilidades práticas de o fazer. E, na celebração da Missa segundo o Missal de Paulo VI, poder-se-á manifestar, de maneira mais intensa do que frequentemente tem acontecido até agora, aquela sacralidade que atrai muitos para o uso antigo. A garantia mais segura que há de o Missal de Paulo VI poder unir as comunidades paroquiais e ser amado por elas é celebrar com grande reverência em conformidade com as rubricas; isto torna visível a riqueza espiritual e a profundidade teológica deste Missal.
De facto, como bem salienta a "Gazeta da Restauração", o problema dos Bispos portugueses é apenas um: saberem quem é o Papa que têm e detestarem-no; saberem-no católico e com a determinação de restaurar a Igreja Católica, enquanto eles pretendem permanecer tão-só hereges obstinados adoradores do homem e não de Deus.
sexta-feira, julho 13, 2007
Idade da Cegueira
Dragóscopio, na seu melhor prosa, fala-nos das diferenças entre o modo de bem-morrer na Idade Média, publico e privado, e os nossos tempos de mau-morrer. Tempos actuais das trevas e noites do espíritu. Tempos actuais do ferro. Tempos actuais de industrialização e banalização da morte.
A vigília hoje é nossa. A hora de quebrar cadeias ha chegado ou … mau-morrer é o paisagem certo.
Rafael Castela Santos
«O grande “espectáculo” medieval -a execução pública - está mais próximo da tragédia grega que do circo romano. Desperta sentimentos mais nas imediações do terror e da piedade que do gáudio violento e animalesco. É mais catarse que entretenimento. Os espectadores educam-se, aprendem uma profunda lição. Suspeitam que ao lado de cada condenado, no patíbulo derradeiro, na agonia final, vela ainda Cristo pregado à sua cruz, entre criminosos.
Chamamos à Idade Média a Idade das Trevas. Foi preciso esperar pelo Iluminismo da guilhotina, pelas harpias tricotadeiras da praça da Revolução, para que a execução fosse entregue a uma máquina e a morte ganhasse contornos de indústria e dignidades de burocracia. A chacina toma carácter de empreitada. O povo não aprende: vinga-se. Refastela-se nos seus mais baixos e primitivos instintos. A morte, enfim, banaliza-se. Já nada de trágico, ético ou profundo encerra. Mata-se um homem como se mata uma galinha. Pois a principal diferença entre ambos, a bem da Razão e da Liberdade, foi abolida.
Se chamamos Idade das Trevas à Idade Média e Idade das Luzes à Idade Moderna, então forçosamente, temos que chamar à nossa a Idade da Cegueira. Tanta luz cegou-nos. Tanta liberdade escraviza-nos.»
César Augusto Dragão
A vigília hoje é nossa. A hora de quebrar cadeias ha chegado ou … mau-morrer é o paisagem certo.
Rafael Castela Santos
«O grande “espectáculo” medieval -a execução pública - está mais próximo da tragédia grega que do circo romano. Desperta sentimentos mais nas imediações do terror e da piedade que do gáudio violento e animalesco. É mais catarse que entretenimento. Os espectadores educam-se, aprendem uma profunda lição. Suspeitam que ao lado de cada condenado, no patíbulo derradeiro, na agonia final, vela ainda Cristo pregado à sua cruz, entre criminosos.
Chamamos à Idade Média a Idade das Trevas. Foi preciso esperar pelo Iluminismo da guilhotina, pelas harpias tricotadeiras da praça da Revolução, para que a execução fosse entregue a uma máquina e a morte ganhasse contornos de indústria e dignidades de burocracia. A chacina toma carácter de empreitada. O povo não aprende: vinga-se. Refastela-se nos seus mais baixos e primitivos instintos. A morte, enfim, banaliza-se. Já nada de trágico, ético ou profundo encerra. Mata-se um homem como se mata uma galinha. Pois a principal diferença entre ambos, a bem da Razão e da Liberdade, foi abolida.
Se chamamos Idade das Trevas à Idade Média e Idade das Luzes à Idade Moderna, então forçosamente, temos que chamar à nossa a Idade da Cegueira. Tanta luz cegou-nos. Tanta liberdade escraviza-nos.»
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quarta-feira, julho 11, 2007
Answering a meme
Tony, from The Muniment Room, invites me to “meming”. I am not very fond of these things, but it is Tony who asks and I do not feel capable of not yielding to cyber-friends like him, especially when he did such a wonderful translation into English of the “Letter to my daughter”.
1. How did you start blogging?
I did an extensive search of Traditional Catholic pages a few years ago. I found, should I say by serendipity (if there is such a thing in God’s mind)?, A Casa de Sarto. I quite liked the way the founder and director of this blog posted and his train of thought. This led to a fair amount of electronic correspondence. JSarto then kindly invited me to post with him … and it is now three years doing this. I reckon my hard core lusophilia contributed a great deal in creating something I love, which is joint projects in both Portuguese and Spanish.
2. What do you hope to achieve or accomplish with your blog? Have you been successful?
The aims of a blog like ours are, necessarily, humble. Both JSarto and I took our stand: our basic principle is to stand for Catholic Tradition. We are no fools and we know at the very best a two or three hundred people read us. We are happy that Tradition is more and better known through A Casa de Sarto amongst some friends, some of them convicted bloggers as well. From that point of view, aye, we have been successful, Deo Gratias. But the hell with our own “success”! What is important here is God’s glory. If A Casa de Sarto is a humble, but useful instrument, for this purpose, so be it.
3. Has the focus of your blog changed since you started blogging? How?
Aye. I remember JSarto invited me initially to post about Carlism, since this is probably the purest Catholic political movement in the last 200 years. Neither JSarto nor I believe in religion as a private matter. Rather the contrary we do think that religion is, by its very nature, public and Our Holy Catholic religion has an inherent tendency to get incarnated and give birth to what we know as Christendom.
It was a great pleasure for me to discover that JSarto and I share a tremendous interest in Padre Leonardo Castellani, an Argentinian Priest who was a genius and anticipated many of the evils we are currently suffering and who is virtually unknown in the English speaking world. From this common interest I reckon, and this may be the times we are going through, my interest has shifted a little bit from political philosophy (from a Catholic perspective) to an exercise of self-realization (to be shared with our readers) of the times we are living in and its relationship to the Apokalypsis.
4. What do you know now that you wish you'd known when you started?
That writing was going to be more painful and more time consuming that one initially thought.
5. Does your immediate or extended family know about your blog? If so, do they read it? If not, why?
Aye, some of them know. Most of them ignore me as a weirdo who has a tendency to talk too much about things of Heaven and supernatural aspects of existence. To many of my cousins and extended family, with whom I am fortunate enough to have a very close relationship, I am a man who does not mix up well with worldly affairs. But they read me when I write about football or about gun control in Nova Frente.
6. What advice would give to a new blogger?
Think twice before starting. It may be more time draining than you might have thought. But the effort of writing and putting your ideas in order and doing searches and reading about a topic is worth. Blogs are normally short-lived, and there are plenty of aficionados who try to scrabble a few words for a short time. If your intention is another, think twice.
And now, with your permission, Tony, let me copy the prayers I found in your blog asking for the intercession of St Isidore, a Saint very much linked to Portugal and Spain:
Orátio ante colligatiónem in interrete:
Omnípotens aetérne Deus,qui secúndum imáginem Tuam nos plasmástiet ómnia bona, vera, et pulchra, praesértim in divína persóna Unigéniti Fílii Tui Dómini nostri Iesu Christi, quáerere iussísti, praesta, quaésumus, ut, per intercessiónem Sancti Isidóri, Epíscopi et Doctóris, in peregrinatiónibus per interrete, et manus oculósque ad quae Tibi sunt plácita intendámuset omnes quos convenímus cum caritáte ac patiéntia accipiámus. Per Christum Dóminum nostrum. Amen.
A prayer before logging onto the internet:
Almighty and eternal God, who created us in Thine image and bade us to seek after all that is good, true and beautiful, especially in the divine person of Thine Only-begotten Son, our Lord Jesus Christ, grant, we beseech Thee, that, through the intercession of Saint Isidore, Bishop and Doctor, during our journeys through the internet we will direct our hands and eyes only to that which is pleasing to Thee and treat with charity and patience all those souls whom we encounter. Through Christ our Lord. Amen.
Rafael Castela Santos
1. How did you start blogging?
I did an extensive search of Traditional Catholic pages a few years ago. I found, should I say by serendipity (if there is such a thing in God’s mind)?, A Casa de Sarto. I quite liked the way the founder and director of this blog posted and his train of thought. This led to a fair amount of electronic correspondence. JSarto then kindly invited me to post with him … and it is now three years doing this. I reckon my hard core lusophilia contributed a great deal in creating something I love, which is joint projects in both Portuguese and Spanish.
2. What do you hope to achieve or accomplish with your blog? Have you been successful?
The aims of a blog like ours are, necessarily, humble. Both JSarto and I took our stand: our basic principle is to stand for Catholic Tradition. We are no fools and we know at the very best a two or three hundred people read us. We are happy that Tradition is more and better known through A Casa de Sarto amongst some friends, some of them convicted bloggers as well. From that point of view, aye, we have been successful, Deo Gratias. But the hell with our own “success”! What is important here is God’s glory. If A Casa de Sarto is a humble, but useful instrument, for this purpose, so be it.
3. Has the focus of your blog changed since you started blogging? How?
Aye. I remember JSarto invited me initially to post about Carlism, since this is probably the purest Catholic political movement in the last 200 years. Neither JSarto nor I believe in religion as a private matter. Rather the contrary we do think that religion is, by its very nature, public and Our Holy Catholic religion has an inherent tendency to get incarnated and give birth to what we know as Christendom.
It was a great pleasure for me to discover that JSarto and I share a tremendous interest in Padre Leonardo Castellani, an Argentinian Priest who was a genius and anticipated many of the evils we are currently suffering and who is virtually unknown in the English speaking world. From this common interest I reckon, and this may be the times we are going through, my interest has shifted a little bit from political philosophy (from a Catholic perspective) to an exercise of self-realization (to be shared with our readers) of the times we are living in and its relationship to the Apokalypsis.
4. What do you know now that you wish you'd known when you started?
That writing was going to be more painful and more time consuming that one initially thought.
5. Does your immediate or extended family know about your blog? If so, do they read it? If not, why?
Aye, some of them know. Most of them ignore me as a weirdo who has a tendency to talk too much about things of Heaven and supernatural aspects of existence. To many of my cousins and extended family, with whom I am fortunate enough to have a very close relationship, I am a man who does not mix up well with worldly affairs. But they read me when I write about football or about gun control in Nova Frente.
6. What advice would give to a new blogger?
Think twice before starting. It may be more time draining than you might have thought. But the effort of writing and putting your ideas in order and doing searches and reading about a topic is worth. Blogs are normally short-lived, and there are plenty of aficionados who try to scrabble a few words for a short time. If your intention is another, think twice.
And now, with your permission, Tony, let me copy the prayers I found in your blog asking for the intercession of St Isidore, a Saint very much linked to Portugal and Spain:
Orátio ante colligatiónem in interrete:
Omnípotens aetérne Deus,qui secúndum imáginem Tuam nos plasmástiet ómnia bona, vera, et pulchra, praesértim in divína persóna Unigéniti Fílii Tui Dómini nostri Iesu Christi, quáerere iussísti, praesta, quaésumus, ut, per intercessiónem Sancti Isidóri, Epíscopi et Doctóris, in peregrinatiónibus per interrete, et manus oculósque ad quae Tibi sunt plácita intendámuset omnes quos convenímus cum caritáte ac patiéntia accipiámus. Per Christum Dóminum nostrum. Amen.
A prayer before logging onto the internet:
Almighty and eternal God, who created us in Thine image and bade us to seek after all that is good, true and beautiful, especially in the divine person of Thine Only-begotten Son, our Lord Jesus Christ, grant, we beseech Thee, that, through the intercession of Saint Isidore, Bishop and Doctor, during our journeys through the internet we will direct our hands and eyes only to that which is pleasing to Thee and treat with charity and patience all those souls whom we encounter. Through Christ our Lord. Amen.
Rafael Castela Santos
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quarta-feira, julho 11, 2007
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terça-feira, julho 10, 2007
Algunas reflexiones a vuelapluma sobre el Motu Proprio
La publicación del Motu Proprio no ha pasado desapercibida. Motu Proprio que hay que leer en tándem con la carta adjunta. No soy teólogo, pero me voy a atrever a hacer unas reflexiones basadas en el sentido común. Lo primero es que es innegable que el Motu Proprio es un gran paso. De facto el Motu Proprio elimina el obstáculo de la falsa prohibición de la Liturgia de siempre. En sí mismo esto no es desdeñable.
Al leer el Motu Proprio me di cuenta de un hecho señalado por el Papa:
“As for the use of the 1962 Missal [of Pope John XXIII] as a Forma extraordinaria of the liturgy of the Mass, I would like to draw attention to the fact that this Missal was never juridically abrogated and, consequently, in principle, was always permitted.”
Ergo la consecuencia es obvia: el indulto fue un abuso de poder y un fraude. Y un abuso y un fraude de principio. Así de clarito. Insisto en lo que he dicho desde esta bitácora: se indulta a un criminal, no a una Misa declarada Santa, Dogma y de la que tantos beneficios espirituales y temporales se han recibido.
El Santo Padre está claramente a favor de la libertad de la Misa Tridentina. Esto es innegable.
Para rematar a todas esas hienas que hubieran querido prohibir y proscribir el culto debido a Nuestro Señor (o sea, la Misa Tridentina), en un intento de emulación del Anticristo, el Papa añade:
“The last version of the Missale Romanum prior to the Council, which was published with the authority of Pope John XXIII in 1962 and used during the Council.”
Y subrayo eso mismo que ratifica el Santo Padre: “used during the Council”. ¿Acaso todo lo que se hizo antes del Concilio –y habría de añadirse “durante el Concilio”- es nefasto?
En conversación con nuestro Sacerdote de cabecera él me llamaba la atención sobre la fina ironía del Santo Padre.
En primer lugar el Motu Proprio declara permitido celebrar siempre la Misa sine populo. Dos artículos después añade que si hay gente que quiera asistir a la Misa sine populo, pues que asista. Es decir, aquí acabamos teniendo la “Misa sine populo sed cum populo”. ¡Maravilloso, Santo Padre! Me imagino a Su Santidad redactando el documento con esa sonrisa de fina ironía que a veces muestra y partiéndose de la risa por dentro. La patada en los hocicos a esa germanía, gabachería y demás caterva de Obispos modernistas y antitradicionales es más que obvia.
Otra del Papa que no tiene desperdicio. El Motu Proprio afirma que no se puede decir la Misa privada durante el triduo de Semana Santa. ¡Pero es que la ley general de la Iglesia siempre ha prohibido la celebración privada de dicho triduo! Es como prohibir que el cielo sea verde fosforescente o decir que se prohíbe que la lluvia, que cae siempre de arriba abajo, vaya de abajo a arriba. ¡Maravilloso, Santo Padre! Y otra patada en los hocicos a la misma ralea.
En tercer lugar el Papa arrea una papal bofetada sobre la falta de una mínima formación litúrgica y de Latín –que sigue siendo la lengua de la Roma Eterna, por más que algunos se empeñen en destituirla-:
“The use of the old Missal presupposes a certain degree of liturgical formation and some knowledge of the Latin language; neither of these is found very often. Already from these concrete presuppositions, it is clearly seen that the new Missal will certainly remain the ordinary Form of the Roman Rite, not only on account of the juridical norms, but also because of the actual situation of the communities of the faithful.”
O sea, que para muchos, hasta que aprendan lo que tienen que aprender de Liturgia y de Latín, que se queden con el Novus Ordo porque no dan para mucho más. El requinte de “neither of these is found very often” tiene que haber escocido a más de uno.
El cuarto punto es éste:
“Nothing is taken away, then, from the authority of the Bishop, whose role remains that of being watchful that all is done in peace and serenity. Should some problem arise which the parish priest cannot resolve, the local Ordinary will always be able to intervene, in full harmony, however, with all that has been laid down by the new norms of the Motu Proprio.”
Que traducido a román paladino el Papa vendría a decir: ‘si hay problemas los resolvéis en favor de lo que yo, el Papa, que soy el que mando, ordeno’.
El quinto aspecto complementa al anterior:
“It is true that there have been exaggerations and at times social aspects unduly linked to the attitude of the faithful attached to the ancient Latin liturgical tradition. Your charity and pastoral prudence will be an incentive and guide for improving these.”
Como los eclesiásticos cuando dicen “caramba” quieren decir “coño” vuelvo a traducir esto al común lenguaje de los que estamos en la calle. Viene a decir el Santo Padre: ‘vosotros, Señores Obispos, que sois tan listos y tan buenos ya los arreglareis’.
Todavía hay más. El documento sobre el “subsistit” de la Gaudium et Spes debe estar a punto de salir:
“Si informano i signori giornalisti che domani, martedì 10 luglio 2007 sarà reso pubblico il documento della Congregazione per la Dottrina della Fede ‘Risposte a quesiti riguardanti alcuni aspetti circa la dottrina sulla Chiesa’.”
La verdad es que este Papa nos está alegrando la vida a más de uno. Tengo para mí que el Santo Padre va a dejar claro que la Iglesia fundada por Jesucristo es la Iglesia Católica y no otra. De este modo se dará un cerrojazo a toda esta eclesiología espúrea que tanto ha dañado la Iglesia Católica y que arranca de los malos principios modernistas vertidos en el Vaticano II.
En fin. Lo primero que querría es darle las gracias, y unas gracias enormes, al Santo Padre. Es obvio que el Motu Proprio ha salido frente a la oposición activa de no pocos Obispos y la oposición pasiva de otros tantos o más. Su Santidad ha hecho esto haciendo valer la autoridad pontificia, sabiendo que iba a desagradar a más de uno. No ha tenido punto alguno de respeto humano.
El otro tema es que la lectura del Motu Proprio y de la carta adjunta revela que se nombra a la Hermandad de San Pío X, pero no a otros Institutos religiosos también defensores de la Misa de San Pío V, como la Fraternidad de San Pedro o el Instituto de Cristo Rey. Este detalle es importante e interesante porque se demuestra, una vez más, que la lucha de la Hermandad de San Pío X no ha sido en balde. Que los muchos sacrificios y lágrimas de cientos de Sacerdotes y docenas y docenas de millares de fieles no han sido en vano. Que es en buena parte gracias a esta resistencia que hoy día cualquier Sacerdote tiene la libertad de poder decir la Misa tridentina.
Empero esto coloca a la Hermandad de San Pío X en la encrucijada. Es ahora cuando la Fraternidad Sacerdotal fundada por ese santo varón de Monseñor Lefebvre (¡ojo al tiempo, algún día será beatificado!) tiene que mover ficha. En principio sería deseable que hubiese por parte de los Sacerdotes de la Hermandad y sus Superiores, así como por parte de los miles de fieles que asisten a sus Misas todos los domingos, un gesto alto y claro de agradecimiento hacia el Santo Padre. Monseñor Lefebvre, en algún momento, pidió menos de lo que el Motu Proprio concede.
Monseñor Fellay tiene ahora una oportunidad muy buena para negociar con Roma un status canónico que proteja y blinde a la Tradición al tiempo que permita a la Tradición no seguir en este ‘no man’s land’ canónico en que actualmente se encuentra (gracias en su mayor parte a las pésimas decisiones tomadas durante el Pontificado de Juan Pablo II por el anterior Papa y algunos colaboradores cercanos).
En los círculos de la Curia romana se sabe que la excomunión a los seis Obispos (Lefebvre, Castro Mayer, Williamson, de Galarreta, Fellay y Tissier de Mallerais) es completamente inválida. Hay modos de poder negociar esto de una manera airosa para todos. Lo importante es que la Tradición esté –protegida y blindada, sí- dentro de Roma. Monseñor Fellay se enfrentará a algún eclesiástico que quiera ponerle zancadillas a la Tradición, sin duda, pero es obvio que va a contar con el apoyo decidido del Santo Padre, quien sabe que el trato dispensado a Monseñor Lefebvre fue erróneo, como ha reconocido, y lleva esa espina clavada en su conciencia.
El Santo Padre podría rematar la faena diciendo públicamente la Misa Tridentina en alguna fecha señalada.
Quiera el Espíritu Santo dar fortaleza al Santo Padre para consagrar Rusia al Inmaculado Corazón de María pronto, al igual que se la ha dado para publicar el Motu Proprio. Porque los problemas de nuestro tiempo no son problemas económicos o políticos, sino que son de naturaleza esencialmente espiritual. Y sólo con armas espirituales se pueden combatir. La Consagración que la Virgen pidió en Fátima no se puede retardar más.
Entretanto, Su Santidad, ¡un millón de gracias por el Motu Proprio!
Rafael Castela Santos
Al leer el Motu Proprio me di cuenta de un hecho señalado por el Papa:
“As for the use of the 1962 Missal [of Pope John XXIII] as a Forma extraordinaria of the liturgy of the Mass, I would like to draw attention to the fact that this Missal was never juridically abrogated and, consequently, in principle, was always permitted.”
Ergo la consecuencia es obvia: el indulto fue un abuso de poder y un fraude. Y un abuso y un fraude de principio. Así de clarito. Insisto en lo que he dicho desde esta bitácora: se indulta a un criminal, no a una Misa declarada Santa, Dogma y de la que tantos beneficios espirituales y temporales se han recibido.
El Santo Padre está claramente a favor de la libertad de la Misa Tridentina. Esto es innegable.
Para rematar a todas esas hienas que hubieran querido prohibir y proscribir el culto debido a Nuestro Señor (o sea, la Misa Tridentina), en un intento de emulación del Anticristo, el Papa añade:
“The last version of the Missale Romanum prior to the Council, which was published with the authority of Pope John XXIII in 1962 and used during the Council.”
Y subrayo eso mismo que ratifica el Santo Padre: “used during the Council”. ¿Acaso todo lo que se hizo antes del Concilio –y habría de añadirse “durante el Concilio”- es nefasto?
En conversación con nuestro Sacerdote de cabecera él me llamaba la atención sobre la fina ironía del Santo Padre.
En primer lugar el Motu Proprio declara permitido celebrar siempre la Misa sine populo. Dos artículos después añade que si hay gente que quiera asistir a la Misa sine populo, pues que asista. Es decir, aquí acabamos teniendo la “Misa sine populo sed cum populo”. ¡Maravilloso, Santo Padre! Me imagino a Su Santidad redactando el documento con esa sonrisa de fina ironía que a veces muestra y partiéndose de la risa por dentro. La patada en los hocicos a esa germanía, gabachería y demás caterva de Obispos modernistas y antitradicionales es más que obvia.
Otra del Papa que no tiene desperdicio. El Motu Proprio afirma que no se puede decir la Misa privada durante el triduo de Semana Santa. ¡Pero es que la ley general de la Iglesia siempre ha prohibido la celebración privada de dicho triduo! Es como prohibir que el cielo sea verde fosforescente o decir que se prohíbe que la lluvia, que cae siempre de arriba abajo, vaya de abajo a arriba. ¡Maravilloso, Santo Padre! Y otra patada en los hocicos a la misma ralea.
En tercer lugar el Papa arrea una papal bofetada sobre la falta de una mínima formación litúrgica y de Latín –que sigue siendo la lengua de la Roma Eterna, por más que algunos se empeñen en destituirla-:
“The use of the old Missal presupposes a certain degree of liturgical formation and some knowledge of the Latin language; neither of these is found very often. Already from these concrete presuppositions, it is clearly seen that the new Missal will certainly remain the ordinary Form of the Roman Rite, not only on account of the juridical norms, but also because of the actual situation of the communities of the faithful.”
O sea, que para muchos, hasta que aprendan lo que tienen que aprender de Liturgia y de Latín, que se queden con el Novus Ordo porque no dan para mucho más. El requinte de “neither of these is found very often” tiene que haber escocido a más de uno.
El cuarto punto es éste:
“Nothing is taken away, then, from the authority of the Bishop, whose role remains that of being watchful that all is done in peace and serenity. Should some problem arise which the parish priest cannot resolve, the local Ordinary will always be able to intervene, in full harmony, however, with all that has been laid down by the new norms of the Motu Proprio.”
Que traducido a román paladino el Papa vendría a decir: ‘si hay problemas los resolvéis en favor de lo que yo, el Papa, que soy el que mando, ordeno’.
El quinto aspecto complementa al anterior:
“It is true that there have been exaggerations and at times social aspects unduly linked to the attitude of the faithful attached to the ancient Latin liturgical tradition. Your charity and pastoral prudence will be an incentive and guide for improving these.”
Como los eclesiásticos cuando dicen “caramba” quieren decir “coño” vuelvo a traducir esto al común lenguaje de los que estamos en la calle. Viene a decir el Santo Padre: ‘vosotros, Señores Obispos, que sois tan listos y tan buenos ya los arreglareis’.
Todavía hay más. El documento sobre el “subsistit” de la Gaudium et Spes debe estar a punto de salir:
“Si informano i signori giornalisti che domani, martedì 10 luglio 2007 sarà reso pubblico il documento della Congregazione per la Dottrina della Fede ‘Risposte a quesiti riguardanti alcuni aspetti circa la dottrina sulla Chiesa’.”
La verdad es que este Papa nos está alegrando la vida a más de uno. Tengo para mí que el Santo Padre va a dejar claro que la Iglesia fundada por Jesucristo es la Iglesia Católica y no otra. De este modo se dará un cerrojazo a toda esta eclesiología espúrea que tanto ha dañado la Iglesia Católica y que arranca de los malos principios modernistas vertidos en el Vaticano II.
En fin. Lo primero que querría es darle las gracias, y unas gracias enormes, al Santo Padre. Es obvio que el Motu Proprio ha salido frente a la oposición activa de no pocos Obispos y la oposición pasiva de otros tantos o más. Su Santidad ha hecho esto haciendo valer la autoridad pontificia, sabiendo que iba a desagradar a más de uno. No ha tenido punto alguno de respeto humano.
El otro tema es que la lectura del Motu Proprio y de la carta adjunta revela que se nombra a la Hermandad de San Pío X, pero no a otros Institutos religiosos también defensores de la Misa de San Pío V, como la Fraternidad de San Pedro o el Instituto de Cristo Rey. Este detalle es importante e interesante porque se demuestra, una vez más, que la lucha de la Hermandad de San Pío X no ha sido en balde. Que los muchos sacrificios y lágrimas de cientos de Sacerdotes y docenas y docenas de millares de fieles no han sido en vano. Que es en buena parte gracias a esta resistencia que hoy día cualquier Sacerdote tiene la libertad de poder decir la Misa tridentina.
Empero esto coloca a la Hermandad de San Pío X en la encrucijada. Es ahora cuando la Fraternidad Sacerdotal fundada por ese santo varón de Monseñor Lefebvre (¡ojo al tiempo, algún día será beatificado!) tiene que mover ficha. En principio sería deseable que hubiese por parte de los Sacerdotes de la Hermandad y sus Superiores, así como por parte de los miles de fieles que asisten a sus Misas todos los domingos, un gesto alto y claro de agradecimiento hacia el Santo Padre. Monseñor Lefebvre, en algún momento, pidió menos de lo que el Motu Proprio concede.
Monseñor Fellay tiene ahora una oportunidad muy buena para negociar con Roma un status canónico que proteja y blinde a la Tradición al tiempo que permita a la Tradición no seguir en este ‘no man’s land’ canónico en que actualmente se encuentra (gracias en su mayor parte a las pésimas decisiones tomadas durante el Pontificado de Juan Pablo II por el anterior Papa y algunos colaboradores cercanos).
En los círculos de la Curia romana se sabe que la excomunión a los seis Obispos (Lefebvre, Castro Mayer, Williamson, de Galarreta, Fellay y Tissier de Mallerais) es completamente inválida. Hay modos de poder negociar esto de una manera airosa para todos. Lo importante es que la Tradición esté –protegida y blindada, sí- dentro de Roma. Monseñor Fellay se enfrentará a algún eclesiástico que quiera ponerle zancadillas a la Tradición, sin duda, pero es obvio que va a contar con el apoyo decidido del Santo Padre, quien sabe que el trato dispensado a Monseñor Lefebvre fue erróneo, como ha reconocido, y lleva esa espina clavada en su conciencia.
El Santo Padre podría rematar la faena diciendo públicamente la Misa Tridentina en alguna fecha señalada.
Quiera el Espíritu Santo dar fortaleza al Santo Padre para consagrar Rusia al Inmaculado Corazón de María pronto, al igual que se la ha dado para publicar el Motu Proprio. Porque los problemas de nuestro tiempo no son problemas económicos o políticos, sino que son de naturaleza esencialmente espiritual. Y sólo con armas espirituales se pueden combatir. La Consagración que la Virgen pidió en Fátima no se puede retardar más.
Entretanto, Su Santidad, ¡un millón de gracias por el Motu Proprio!
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terça-feira, julho 10, 2007
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segunda-feira, julho 09, 2007
¿Quién dijo que a los curas de a pie no les gusta la Misa Tridentina?
Pues aquí hay uno. Y modélico por el apostolado que desarrolla. Es el Padre Hugh Thwaites. Cortesía de Embajador en el Infierno.
Pregunta: ¿y no será que el magnífico apostolado estará ligado a una espiritualidad muy especial de mano de la Liturgia de siempre?
Rafael Castela Santos
Pregunta: ¿y no será que el magnífico apostolado estará ligado a una espiritualidad muy especial de mano de la Liturgia de siempre?
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segunda-feira, julho 09, 2007
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sábado, julho 07, 2007
Motu Proprio "Summorum Pontificum"
Graças ao Motu Proprio "Summorum Pontificum", de Sua Santidade o Papa Bento XVI, num primeiro Sábado, ao sétimo dia, do sétimo mês, do sétimo ano do século XXI, a Santa Missa de rito latino-gregoriano, tridentino ou de São Pio V regressa do exílio para onde os modernistas e progressistas a julgavam ter mandado definitivamente; porém, como afirmava o grande Michael Davies, esta é a Missa que nunca morreu, que se recusa a morrer e que jamais morrerá! Como a Santa Igreja Católica, contra a qual as portas do Inferno nada podem!
Do "Motu Proprio" e das extraordinárias possibilidades que o mesmo abre falarei mais tarde, remetendo por ora os meus leitores para os inevitáveis "Rorate-Caeli" e "The New Liturgical Movement", sem esquecer a reacção da Fraternidade Sacerdotal de São Pio X.
E, para terminar, permitam-me: Viva o Papa! Viva Cristo-Rei!
Do "Motu Proprio" e das extraordinárias possibilidades que o mesmo abre falarei mais tarde, remetendo por ora os meus leitores para os inevitáveis "Rorate-Caeli" e "The New Liturgical Movement", sem esquecer a reacção da Fraternidade Sacerdotal de São Pio X.
E, para terminar, permitam-me: Viva o Papa! Viva Cristo-Rei!
domingo, julho 01, 2007
Ocio y negocio: fasto y nefasto
Los romanos, quienes tenían ciertas cosas mucho más claras, hablaban del otium como de la verdadera vida. El otium significaba las bellas artes –las humanidades, que dirían hoy algunos-, era el tiempo libre consagrado a las letras. Llevaba, en la lengua latina, ese componente inherente asociado de paz, sosiego y tranquilidad. Algunos consideraban que la política, dijéramos la filosofía política, del ágora, donde uno hablaba de las facetas altas y profundas de la política (pero no de la politiquería al uso ni de los negocios politiqueros), era también parte del otium. De hecho el otium era el apartamiento de los negocios públicos y políticos. El otium tiene un componente de cierta soledad, de contemplación en una palabra.
Que los tiempos han degenerado se prueba hasta en la acepción de las palabras. El diccionario de la Real Academia Española define ocio como mera cesación del trabajo o inacción, incluso como total omisión de la actividad. De entre las cuatro acepciones que este diccionario proporciona me escandaliza particularmente la última, la cual reza así: “obras de ingenio que uno forma en los ratos que le dejan libre sus principales ocupaciones”. Digo que me escandaliza por dos razones. La primera porque habla de “obras”, de quehacer. Es la actividad febril-fabril del mundo moderno; una actividad frenética por el hacer y más hacer. La segunda porque invierte completamente el sentido romano del término. Insisto que mientras para los latinos el otium era la verdadera vida y el nec-otium (negocio) no lo era (de hecho era sólo una contraposición insalvable, y necesaria, pero no deseable, al otium). Sin embargo en la moderna lengua castellana se acepta que las “principales ocupaciones” son las del negocio.
Mal asunto cuando así vamos.
Nuevamente confrontados por la etimología vemos que los días festivos para los romanos eran los días, así llamados, fastos (fasti). Por contraposición a ellos estaban los días nefastos. No deja de ser curioso que fuera, precisamente, en esos días –los fastos- cuando se pudiera administrar justicia. Sin embargo en los dies nefasti no se podía administrar justicia. Pero el adjetivo nefastus, -a, -um tiene unas asociaciones semánticas ominosas sino abominables: referente a lo prohibido por la ley divina, impío o maldito.
Hubo un tiempo, la Edad Media (que los historiadores anglosajones, me refiero –evidentemente- a los protestantes, llaman Dark Ages, con tanto cinismo como falta de fundamento) cuando hasta el más humilde siervo de la gleba trabajaba no más de 200 días al año. Y esto era así porque los días fastos no iban solos. Las principales fiestas litúrgicas del año iban con su novenario acompañante, todo él festivo. Otras festividades religiosas menores iban cuando menos con su triduo. Incluso algunas más humildes no iban sin su víspera correspondiente. En medio de todo aquel tiempo libre, que no ocioso, florecía el otium. La gente a menudo era obligada a hacer penitencia colaborando en la construcción de obras de arte, como las catedrales. Los bardos cantaban los romances y los Sacerdotes porfiaban desde sus púlpitos en el nada fácil arte de la Oratoria religiosa, variante al fin y al cabo de la Retórica. Se pensaba en Dios, se contemplaba, y se trataba de adecuar su realidad con la realidad eterna y divina del Más Allá.
Afirma mi hermano en la Fe y querido amigo JSarto que estos tiempos que corren son tiempos de “esclavitud sin grilletes”. El trabajo se vuelve no sólo y a todas luces excesivo, sino también tiene un ominoso carácter opresivo que acaba por desterrar el otium por completo. Ernst Jünger vio esto claro cuando habló de la “sucesión sístole-diástole” en que se había convertido la vida moderna. Al logrado análisis cualitativo de los efectos deletéreos ocasionados por la revolución industrial hecho por Dickens el escritor germano añadía una dimensión cronocuantitativa. El tiempo se volvía mecánico, como en la máquina. Y la máquina sólo para bien para repararse o para ponerse a punto. Al capitalismo moderno le encanta jugar con jornadas laborales agotadoras, a menudo que superan con creces las 8 horas diarias, pero quiere que el neoesclavo (léase asalariado) “disfrute” en lo que eufemísticamente llama “industria del ocio” para que ese movimiento de falsa diástole pueda ser cuando menos suficiente para que el esclavo vuelva a producir.
Ya afirmaba Aristóteles que la contemplación era la más alta esfera del ser humano. Josef Pieper reafirmaba la aseveración del estagirita en su libro On Leisure con mil y un argumentos.
Los católicos, herederos de lo mejor del mundo clásico, asumieron tales afirmaciones que Santo Tomás de Aquino elevó a categoría teológica: la excelencia de la Contemplación. De ahí la excelencia sin parangones de todas las Ordenes contemplativas de la Iglesia Católica. Del mismo modo que el Doctor Angélico dejó sentado que las virtudes pasivas son superiores a las virtudes activas.
Hubo que fracturar el espíritu humano con esa dupla de Bacon y Lutero, con ese dúo maldito de deshacer la ciencia como contemplación para hacer de ella tekné y espíritu de dominio soberbio y ensoberbecido de dominio y manipulación, de ese poner las virtudes (ya reconvertidas en valores) activas por encima de las pasivas al despreciar la contemplación, para forjar las cadenas con que se construye la neoesclavitud moderna.
Cuando el trabajo anula la contemplación el trabajo no vale nada, por más emolumento de riqueza que proporcione.
Rafael Castela Santos
Que los tiempos han degenerado se prueba hasta en la acepción de las palabras. El diccionario de la Real Academia Española define ocio como mera cesación del trabajo o inacción, incluso como total omisión de la actividad. De entre las cuatro acepciones que este diccionario proporciona me escandaliza particularmente la última, la cual reza así: “obras de ingenio que uno forma en los ratos que le dejan libre sus principales ocupaciones”. Digo que me escandaliza por dos razones. La primera porque habla de “obras”, de quehacer. Es la actividad febril-fabril del mundo moderno; una actividad frenética por el hacer y más hacer. La segunda porque invierte completamente el sentido romano del término. Insisto que mientras para los latinos el otium era la verdadera vida y el nec-otium (negocio) no lo era (de hecho era sólo una contraposición insalvable, y necesaria, pero no deseable, al otium). Sin embargo en la moderna lengua castellana se acepta que las “principales ocupaciones” son las del negocio.
Mal asunto cuando así vamos.
Nuevamente confrontados por la etimología vemos que los días festivos para los romanos eran los días, así llamados, fastos (fasti). Por contraposición a ellos estaban los días nefastos. No deja de ser curioso que fuera, precisamente, en esos días –los fastos- cuando se pudiera administrar justicia. Sin embargo en los dies nefasti no se podía administrar justicia. Pero el adjetivo nefastus, -a, -um tiene unas asociaciones semánticas ominosas sino abominables: referente a lo prohibido por la ley divina, impío o maldito.
Hubo un tiempo, la Edad Media (que los historiadores anglosajones, me refiero –evidentemente- a los protestantes, llaman Dark Ages, con tanto cinismo como falta de fundamento) cuando hasta el más humilde siervo de la gleba trabajaba no más de 200 días al año. Y esto era así porque los días fastos no iban solos. Las principales fiestas litúrgicas del año iban con su novenario acompañante, todo él festivo. Otras festividades religiosas menores iban cuando menos con su triduo. Incluso algunas más humildes no iban sin su víspera correspondiente. En medio de todo aquel tiempo libre, que no ocioso, florecía el otium. La gente a menudo era obligada a hacer penitencia colaborando en la construcción de obras de arte, como las catedrales. Los bardos cantaban los romances y los Sacerdotes porfiaban desde sus púlpitos en el nada fácil arte de la Oratoria religiosa, variante al fin y al cabo de la Retórica. Se pensaba en Dios, se contemplaba, y se trataba de adecuar su realidad con la realidad eterna y divina del Más Allá.
Afirma mi hermano en la Fe y querido amigo JSarto que estos tiempos que corren son tiempos de “esclavitud sin grilletes”. El trabajo se vuelve no sólo y a todas luces excesivo, sino también tiene un ominoso carácter opresivo que acaba por desterrar el otium por completo. Ernst Jünger vio esto claro cuando habló de la “sucesión sístole-diástole” en que se había convertido la vida moderna. Al logrado análisis cualitativo de los efectos deletéreos ocasionados por la revolución industrial hecho por Dickens el escritor germano añadía una dimensión cronocuantitativa. El tiempo se volvía mecánico, como en la máquina. Y la máquina sólo para bien para repararse o para ponerse a punto. Al capitalismo moderno le encanta jugar con jornadas laborales agotadoras, a menudo que superan con creces las 8 horas diarias, pero quiere que el neoesclavo (léase asalariado) “disfrute” en lo que eufemísticamente llama “industria del ocio” para que ese movimiento de falsa diástole pueda ser cuando menos suficiente para que el esclavo vuelva a producir.
Ya afirmaba Aristóteles que la contemplación era la más alta esfera del ser humano. Josef Pieper reafirmaba la aseveración del estagirita en su libro On Leisure con mil y un argumentos.
Los católicos, herederos de lo mejor del mundo clásico, asumieron tales afirmaciones que Santo Tomás de Aquino elevó a categoría teológica: la excelencia de la Contemplación. De ahí la excelencia sin parangones de todas las Ordenes contemplativas de la Iglesia Católica. Del mismo modo que el Doctor Angélico dejó sentado que las virtudes pasivas son superiores a las virtudes activas.
Hubo que fracturar el espíritu humano con esa dupla de Bacon y Lutero, con ese dúo maldito de deshacer la ciencia como contemplación para hacer de ella tekné y espíritu de dominio soberbio y ensoberbecido de dominio y manipulación, de ese poner las virtudes (ya reconvertidas en valores) activas por encima de las pasivas al despreciar la contemplación, para forjar las cadenas con que se construye la neoesclavitud moderna.
Cuando el trabajo anula la contemplación el trabajo no vale nada, por más emolumento de riqueza que proporcione.
Rafael Castela Santos
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Rafael Castela Santos
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domingo, julho 01, 2007
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