terça-feira, agosto 19, 2008

To Fátima or not to Fátima, that's the question ...

Un servidor tiende a sopesar todos estos datos en función de las últimas noticias, a decir de León Bloy. O sea, del Apokalypsis, en grafía de Castellani. Con esta perspectiva única, se me ocurre el neologismo “introspectiva”. Introspectiva que se refiere a algo desde el núcleo espiritual donde se fragua la historia humana –cuyo paroxismo es el libro que corona y cierra las Sagradas Escrituras escrito por Juan Aguila- y desde esta intro-perspectiva se me antoja claro que los países occidentales quedarán peor que nadie.
En el fondo esto que vemos delante de nuestros ojos no es más que el poder transferido al Asia, algo ya pronosticado en el Apokalypsis (recomiendo el libro “The Book of Destiny” del Padre H.B. Kramer a este respecto). Es obvio el poder que el Asia está adquiriendo. Sorprende, incluso en comparación con el año pasado, la gran cantidad de turistas indios que visitan España en estos tiempos. La penetración de los capitales asiáticos en la economía mundial es algo ya inenarrable.
Rusia castigará al mundo, decía la Virgen en Fátima … ¡y China hará el resto …!, añado yo. Perdón por el atrevimiento de apostillar a la Santísima Virgen, pero cuando uno sigue todo el tema militar y geopolítico de cerca no se pueden obviar las ganas que China le tiene en particular a Estados Unidos. Mucho me cuesta creer que los EE.UU. no sean castigados por la formidable potencia China. Las alianzas sinorrusas son buena prueba de ello, así como las compras masivas de armamento por China. Si alguien quiere profundizar en esto, que siga al Padre Paul Kramer, con quien tuvimos oportunidad de cenar en Londres. Él lleva tiempo estudiando todo este tema.
Están quienes equivocadamente o con dolo mienten sobre la Consagración de Rusia. Recordemos que el estado espiritual de Rusia, a día de hoy, es absolutamente deplorable, como el mismo Patriarca Alexis II reconoce. Ergo la Consagración al Inmaculado Corazón de María no se ha producido. Curioso personaje este Patriarca a quien un cuidadoso estudio sobre él hecho estas últimas semanas me ha llevado a admirarlo profundamente. Quiera Dios traerlo en algún momento al seno de la Iglesia Católica, porque independientemente de su odio a Roma uno ve en Alexis II una fuerza viva de la Cristiandad. Y quizás nada mejor que atraerle al seno de la Iglesia Católica mediante la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón.
Recemos para que el Santo Padre la realice pronto … en compañía de los Obispos del mundo, como quería la Madre de Dios, claro está. Recemos, porque a fe que esta Consagración todavía no se ha producido.

Rafael Castela Santos

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