sexta-feira, dezembro 01, 2006

Repasando la homosexualidad

Antes de nada conviene dejar claras las definiciones de sexo natural versus sexo contra-natura. Sin duda uno puede ponderar las pretendidas causas biológicas y psicológicas, pero es un problema inserto en la libertad esencial del ser humano que no es separable de la Moral.
Desde el punto de vista religioso el problema de la homosexualidad no es ni mucho menos nuevo. De hecho Sodoma es un referente bíblico asociado a un grado enorme de perversidad. Tanto las Sagradas Escrituras como la Patrística condenan sin paliativos este pecado contra-natura. Incluso hay quienes hablan de una conexión entre idolatría y homosexualidad.
En el plano natural la sodomía fue retirada del catálogo de enfermedades mentales de manera poco ortodoxa. Ya citamos en A Casa de Sarto en su momento los artículos reveladores de César Vidal así como los de Joseph Nicolosi y Norman Phodoretz a este respecto. De facto existe un silencio sobre mucha evidencia científica que derriba no pocos mitos sobre la homosexualidad.
En el plano político reconocer la homosexualidad como un “derecho civil” es una falacia. Más aún, la política actual en relación a la homosexualidad conlleva la destrucción de Occidente. Pretender equiparar al matrimonio con el “gaymonio” es una aberración porque los aspectos contractuales del matrimonio, sexuales y económicos, no existen en el "gaymonio" del mismo modo con lo que distan de servir el bien común de la sociedad porque –para empezar- hay una conexión íntima entre homosexualidad y abuso sexual a menores. Hemos llegado a una situación donde cuestionar la homosexualidad es perseguido legal y judicialmente, a veces con extremos de venganza inenarrables. Noticias Globales guarda un amplio elenco de estos ejemplos que ha de leerse en sucesivas páginas.
Tristemente los media promueven la homosexualidad hasta extremos inconfesables siendo, de facto, una quinta columna del lobby rosa. Lamentablemente, también, han centrado su ataque hacia la Iglesia Católica, donde sin duda se han dado casos no tanto de paidofilia, como acostumbra decirse, sino de homosexualidad. En tiempos pretéritos la Santa Iglesia operaba una política de tolerancia cero hacia cualquier clérigo o aspirante con tendencias homosexuales. Parece ser que ahora el Vaticano está decidido a atajar con firmeza el problema de los sodomitas dentro de la Iglesia.
El summum del despropósito de los invertidos es pretender la adopción de niños. Hay una evidencia amplia de las deletéreas consecuencias de los niños criados entre homosexuales. En cualquier caso hablamos aquí de implementar políticas sin base científica ni real, tan sólo por razones ideológicas (o inconfesables).
En una entrada anterior de A Casa de Sarto proporcionamos una extensa lista de referencias interesantes sobre la homosexualidad. No está de más repasarlas. Tampoco está de más volver sobre las recomendaciones de JSarto sobre el particular.

Rafael Castela Santos

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