quarta-feira, novembro 14, 2007

En un mes de Octubre de hace 476 años

… la Cristiandad detuvo al Islam al vencer, y sin paliativos, al turco. Nos lo cuenta en un bello artículo la ágil pluma de José Javier Esparza y ya nos lo había contado Don Miguel de Cervantes, que allí perdió un brazo, “en la más alta ocasión que vieron los siglos”.
Pues eso: no sólo en aquel mes del Rosario, sino en todos los meses de todos los años, la mejor arma para detener al Islam será, una vez más, rezar el Rosario. Como precisamente acababan de hacer todos aquellos miles de españoles, genoveses, romanos y demás.
Como después en la Cruzada de 1936 contra la hidra roja. Como en Austria, de donde los rusos fueron expulsados. Como antes cuando el gnosticismo cátaro-albigense amenazaba no ya el mediodía francés, sino toda Europa. Como tantas y tantas veces ...
Redoblemos pues nuestros esfuerzos en esta oración que la Virgen María misma entregó a Santo Domingo. Ella, que es como un ejército poderosísimo en formación de combate, nos dio la pauta.
¿No nos dijo acaso la Virgen en Fátima que no hay problema que no encuentre su solución en el Rosario?
Oremus.

Rafael Castela Santos

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