quarta-feira, agosto 08, 2007

Tóxicos

Empieza a haber una marabunta de sujetos tóxicos cuyo único empeño, empero, es el de dificultar, obstaculizar y –sobre todo- impedir la Misa Tridentina.
De entre ellos voy a citar aquí un individuo tóxico de la Conferencia Episcopal española , que visto que la Tradición está vivísima, con montones de familias jóvenes y numerosas, con más vocaciones que la gran mayoría de los decrépitos Seminarios diocesanos y demás, pretende ahora un ejercicio de síntesis hegeliana que él resume en “mejorar” el Novus Ordo para “evitar la tentación de la Misa Tridentina” (sic!). Tentación, o sea, llamada al pecado: todo lo que la Iglesia ha hecho durante siglos es caer en la tentación de la Misa Tridentina, pecado mortal donde los haya. ¿Verdad?
En las Españas argentinas hay otro tóxico, un tal Delgado, que amenaza de palabra y obra al deseo y la orden del Santo Padre expresados en el Motu Proprio Summorum Pontificum. Luego todos estos (por epíteto tóxicos) que nos odian por defender la Misa Tridentina tendrán la desfachatez de decir que somos “cismáticos”, otras veces “herejes”, generalmente que “estamos fuera de la Iglesia”. Pero ellos, que cuando les conviene se sitúan de hoz y coz fuera de la Iglesia, ellos no: ellos no son ni cismáticos (aunque se pasen al Santo Padre por la entrepierna), ni herejes (aunque nieguen Dogmas como la Transubstanciación o la Divinidad de Cristo) ni están fuera de la Iglesia (aunque no estén en comunión con Ella).
En el caso de estos dos tóxicos hispanos ambos tienen en común el tener importantes cargos dedicados a la Liturgia. Tener un pirómano de bombero tiene menos peligro que el de dichos tóxicos a ambos lados del Atlántico. Porque el españolito y el argentinito de marras a fe que son tóxicos.
Algún bloguero (lean todas sus entradas del mes de Julio) con sotana se ha dedicado a recopilar tóxicos del mundo anglosajón de quienes Athanasius Contra Mundum ha hecho un destilado . ¡Señores, la colección de tóxicos es larga y variopinta!
El contrapunto a estos tóxicos nos lo da Monseñor Cipriani, Cardenal Primado de las Españas peruanas. ¡Dios le bendiga y le premie por su valentía!
Frente a una Iglesia envejecida, con menos Sacerdotes que nunca y con una edad media que ya frisa los setenta años, el contrapunto es un hecho ya comentado en Roma: la Hermandad de San Pío X es la Orden de toda la Iglesia Católica con una edad media más baja entre sus Sacerdotes. Otros bastiones tradicionalistas, como la Hermandad de San Pedro, por ejemplo, andan en torno a parámetros similares. Las vocaciones de los Conventos y Monasterios tradicionalistas siguen fluyendo.
La Tradición es purificadora. Por el contrario, el modernismo vuelve tóxica a la caterva modernista; más aún de lo que ya lo es de por sí.
Una germanía de tóxicos decrépitos: eso es lo que son los enemigos de la Misa Tridentina.

Rafael Castela Santos

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