segunda-feira, dezembro 12, 2005

La tristeza mucho me embarga

Compuse este soneto de verso alejandrino el pasado día de la Inmaculada. Ahora lo comparto con los fieles lectores de esta Casa, la de Sarto.


¡Virgen María! La tristeza mucho me embarga.
A ti voy, Madre Mía, tan de ti apartado,
de pecados y desamores apesadumbrado,
de culpa y cicatrices una pesada carga

que han hecho de mi alma una finca amarga.
Nada pido, ya nada quiero, estoy callado
Sólo suplico que quiero estar a tu lado
En este mundo ya sé mi condena es larga

Y en el venidero el Purgatorio me arredra.
Justo es Dios, tu Hijo, Madre del alma.
Mi paladar seco ya no musita palabra.

No te apartes de mí, Virgencita del alma.
La mirada de Cristo mi ser todo taladra
y tu Inmaculado Corazón es ya mi palma.

Rafael Castela Santos

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