domingo, dezembro 27, 2009

Villancico


En Belén, villa de amor
del rosal nació una flor
Virgen sagrada.

En Belén, villa real
flor de nieve da un rosal
Virgen sagrada.

Del rosal nació una flor
Jesús nuestro Salvador
Virgen sagrada.

Flor de nieve da un rosal
Dios y hombre natural
Virgen sagrada.

Blanca y rosa estáis, Señora
noche buena por ahora
Virgen sagrada.

Pero en cánticos y en luz
piensa el niño ya en la cruz
Virgen sagrada.

Pero hoy no importa nada.
¡Tiempo habrá para la pena!
¡Noche buena, noche buena!
¡Virgen sagrada!


Padre Leonardo Castellani

quinta-feira, dezembro 24, 2009

Um Santo Natal!


"A Casa de Sarto" deseja a todos os seus leitores e amigos um Santo Natal!

De regresso a Nicolás Gómez Dávila

Desde que a descobri, regresso com frequência à leitura da obra de Nicolás Goméz Dávila, que hoje tenho em conta de ser um dos maiores escritores católicos do século XX. Nele admiro a sua profunda erudição nos campos da teologia, da filosofia, da literatura, da ciência política, da história, da sociologia e da psicologia, e acima de tudo, conjugando-os a todos, a ironia finíssima, mas terrivelmente devastadora, com que demole em geral as taras da modernidade e em especial as do progressismo dito cristão. Quem mais, se não Nicolás Gómez Dávila, poderia afirmar com precisão arrasadora: La palabra “humanidad” en boca del católico es signo de apostasía, en boca del incrédulo presagio de matanzas.

Por tudo isto, foi com enorme surpresa e maior alegria que encontrei este "Angel cautivo en el tiempo": um excelente blogue católico tradicional que tem como fonte condutora os trabalhos do notável pensador colombiano. Recomendo-o a todos os meus leitores. Vale mesmo a pena lê-lo!

segunda-feira, dezembro 21, 2009

O episcopado que o Papa vai encontrar em Maio próximo

Um episcopado em comprovado estado de heresia, cisma prático e apostasia perante a verdade católica. Como se ainda existissem dúvidas a este respeito... Mas não existem! De novo, não invento nada. Remeto, de imediato, para os artigos abaixo referidos, que fazem aumentar um ramalhete de iniquidades já nada pequeno:

- Algumas perguntas ao Bispo de Viseu;

- Justo pedido de esclarecimento.

Acrescentaria tão-só mais dois pontos.

Primeiro, é uma honra para os católicos tradicionais que esta gente levante todo o tipo de entraves à celebração da Missa de sempre, mostrando assim que a nossa religião nada tem a ver com as heresias deles.

Segundo, em relação ao caso patológico do Bispo de Viseu, insisto no que aqui já escrevi em tempos: Roma não tem outra alternativa que não seja a de reprovar os ensinamentos erróneos deste e exigir a sua retractação pública pelos escândalos que tem provocado. Caso tal retractação não aconteça, à mesma Roma não restará outra alternativa que não seja a de concluir que tal bispo deixou de ter condições para exercer publicamente o seu múnus episcopal e, em consequência, deverá destitui-lo de funções. Menos é impossível de exigir em coerência, face ao precedente aberto com a situação de Monsenhor Williamson.

Da Igreja militante em Portugal contra a Igreja claudicante

O que não fariam pela defesa das verdades de fé e moral católicas em Portugal, dois a três bispos e mais cinquenta sacerdotes que ousassem falar a linguagem efectivamente cristã e evangélica do Senhor Padre Nuno Serras Pereira, de sim, sim, não, não, face aos disparates do mundo?! A realidade, porém, é bem outra e deveras lamentável: no nosso país, a Igreja Católica deixou de ser uma Igreja militante para passar a ser uma Igreja claudicante, muleta cúmplice e silenciosa de um poder jacobino e anticristão, apostado em aniquilar os valores civilizacionais mais profundos dos portugueses e transformar estes num bando de bestas dominadas pelos seus instintos mais baixos e primários.

Ora, é neste contexto que merece os mais rasgados elogios o combate praticamente solitário que o ilustre sacerdote católico que é o Senhor Padre Nuno Serras Pereira tem vindo a travar em defesa da verdade cristã: sozinho faz mais por esta última do que toda a Conferência Episcopal Portuguesa em conjunto, permitindo que a Igreja militante continue a existir em Portugal! Comprovam-no a luta infatigável que move contra o crime do aborto e a aberração dos emparelhamentos homossexuais, plasmada nos corajosos artigos que publica regularmente no imprescindível "Logos" e que traduzem o pleno sentir de todos os católicos dignos desse nome (ainda que não - como é óbvio! - dos lobos com pele de cordeiro, católicos de letreiro e embaixadores do príncipe deste mundo no seio da Igreja, vulgarmente conhecidos por progressistas).

De tais artigos, destacaria, sugeriria e recomendaria a leitura dos que abaixo indico, face à recente ofensiva socialista contra a ordem natural que deve vigorar no casamento:

- Casamento entre homossexuais. É lá com eles?

- Casamento ou união civil?

- Também enganarão o Papa?

sábado, dezembro 05, 2009

Revolución sexual: ¿liberarse de qué?

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En nuestras propias filas, las tradicionalistas –y también en algunas aledañas- se sigue combatiendo con furia y rigor una serie de enemigos declarados de la civilización cristiana, como el comunismo o el liberalismo, por ejemplo. Esta crítica es demoledora y bien fundada. Pero tendemos a olvidar que el enemigo requintado de nuestra época es el nihilismo. Contra el maldito nihilismo deberíamos descargar doble número de mandoblazos, al menos, que contra los enemigos “clásicos”. La quinta revolución, la nihilista, es la que está corroyendo todos nuestros fundamentos sin dejar nada en pie, es la más rabiosamente actual y, sin duda, es la más deletérea.

Me sorprendió ver una voz discordante sobre la revolución sexual en la prensa general, la cual recomiendo como lectura. Existen quienes hacen su particular camino de Damasco, y esto es siempre bueno: quien yerra debe reconocer su error. Si ha habido un vector pernicioso, perniciosísimo, de estos últimos tiempos ése ha sido la pinza conseguida por una combinación tan letal como exitosa de feminismo y pansexualismo, ambos epifenómenos nihilistas donde los haya. Sobre el feminismo hay mucho, y bueno, para leer, pero baste siquiera esta pincelada. Pero no nos ocupemos hoy del feminismo pues en A Casa de Sarto ya lo hemos hecho en anteriores y recientes ocasiones y en otras, y pretéritas, ocasiones, también. Asimismo, desde esta modesta tribuna, se ha denunciado el íntimo contubernio entre feminismo y asesinato de inocentes.

En el primer enlace de esta entrada se carga sobre el pansexualismo, sobre la tan traída y llevada revolución sexual. Revolución que empezara de manera oficial en los años contemporáneos de ese otro misil contra Iglesia, y por ende contra la civilización, llamado Vaticano II. Aunque en realidad esta revolución empezó en los años 20. El terreno ya había sido allanado por la hipócrita moral victoriana.

Que nadie se engañe: ni el feminismo ni la revolución sexual han sido gestadas por las mujeres. La mujer, por su propia esencia, tiene en el aspecto sexual un daño menos marcado del Pecado Original que el hombre. Hartos estamos a ver que el hombre disocia el sexo de las emociones y lazos afectivos, pero esto siempre es más difícil en la mujer, lo cual indica su menor daño en esta esfera por mor del Pecado Original. El feminismo y la revolución sexual han sido creados por los hombres con el objetivo innoble de tener “carne fresca” con la que regodearse (y regocijarse, claro está).

Es hora de que los hombres recuperen su nobleza de espíritu. Dicha nobleza está reñida con la promiscuidad. La mujer merece un respeto por su debilidad y mayor fragilidad física. Es propio de caballeros proteger al débil. La mujer merece un respeto y una protección en tanto en cuanto es un ser que es (o va a ser o fue) susceptible de llevar vida dentro de sí. A este privilegio de la maternidad, sublime en el caso de Nuestra Señora donde esto alcanza su perfección, todo hombre con un mínimo de nobleza de espíritu debería responder con la inclinación de la cabeza y hasta la rodilla en tierra.

El artículo primero que enlazábamos nos cuenta las cuitas de quien vivió esa revolución sexual y sufrió sus consecuencias. La promiscuidad y el sexo más o menos libre le hacen daño a todos, pero mucho más –si cabe- a la mujer.

Es hora de recuperar el espacio sagrado del sexo, que en Nuestra Santa Religión tiene su sello en el Matrimonio, elevado a la naturaleza sacramental. Es hora de recuperar por parte de los hombres el compromiso que implica el sexo, compromiso exclusivo con una mujer al que hay que amar como no se ama a ningún otro ser humano; compromiso indeleble extendido a unos hijos que están ahí o que pudieran venir. Es hora, también, de que las mujeres recuperen el respeto de sí mismas con las virtudes de la modestia, el pudor, el recato e incluso la inocencia, palabras ominosas a este mundo descristianizado de nuestros días. Si alguien no me cree, que mire alguna de las fotos, posiblemente bien petroleadas con alcohol (¡y ojalá sea sólo con alcohol!) del primer enlace que sugeríamos.

Pero, precisamente por ominosas al mundo contemporáneo, más necesarias que nunca.

Y para eso, y para comenzar, no estaría mal empezar no reduciendo lo sexual a lo meramente genital, justamente lo contrario de lo que hizo y hace la revolución sexual.

La revolución sexual no es una liberación. Es una esclavitud.

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Rafael Castela Santos

quarta-feira, dezembro 02, 2009

Vós sois a luz do mundo!


É glória singular do Reino de Portugal, que só ele entre todos os do mundo foi fundado e instituído por Deus. Bem sei que o Reino de Israel também foi feito por Deus só permissivamente e muito contra a sua vontade, porque teimaram os Israelitas a ter rei como as outras nações; porém, o Reino de Portugal, quando Cristo o fundou e instituiu, aparecendo a el-rei (que ainda não o era) D. Afonso Henriques, a primeira palavra que lhe disse foi volo, quero. Como o Reino de Portugal havia de ser tão filho da Igreja Católica e lhe havia de fazer no mundo tão relevantes serviços, quis Cristo que a sua instituição fosse muito semelhante à da mesma Igreja.

A São Pedro disse Cristo: Tu es Petrus, et super hanc Petram aedificabo Ecclesiam meam (Mt. 16, 18); a D. Afonso disse Cristo: Volo in te, et in semine tuo, imperium mihi stabilire. A Pedro disse: Quero fundar em uma Igreja, não tua, senão minha, ecclesiam meam. A Afonso disse: Quero fundar em ti um império, não para ti, senão para mim: Imperium mihi. A Pedro, na instituição da Igreja, não disse in te et in semine tuo, porque, como o império da Igreja era universal sobre todas as nações do mundo, quis que todas as nações tivessem direito à eleição da tiara: o hebreu, como Pedro; o grego, como Anacleto; o romano, como Gregório; o alemão, como Victor; o francês, como Martinho; o espanhol, como Calisto; o português, como Dâmaso. Mas na instituição do Reino de Portugal disse Cristo: In te, et in semine tuo; porque como era reino particular de uma só nação, quis que fosse hereditário e não electivo, para que continuasse na sucessão e descendência do mesmo sangue. E porquê tudo isto, e para quê? Não para o fim político, que é comum a todos os reinos e a todas as nações, senão para o fim apostólico, que é particular deste reino e desta nação. O mesmo Cristo disse nas palavras com que o instituiu: Ut deferatur nomen meum in exteras gentes, para que por meio dos Portugueses seja levado meu nome às gentes estranhas. Ainda então não sabia o mundo que gentes estranhas fossem estas, mas a daí a 400 anos, quando também o mundo se conheceu a si mesmo, o soube. Vede se foi instituição apostólica. De São Pedro disse Cristo: Ut portet nomen meum coram gentibus (Act. 9, 15); e aos Portugueses disse o mesmo Cristo: Ut deferatur nomen meum in exteras gentes. Aos Apóstolos disse Cristo: Videte regiones, quia albae sunt ad messem (Lc. 14, 35); e aos Portugueses disse o mesmo Cristo: Ut sint messores mei in terris longinquis. E notai que disse nomeadamente messores, segadores, porque se havia de servir também do seu braço e do seu ferro. Quando Cristo apareceu a el-rei D. Afonso, estava ele na sua tenda lendo a história de Gedeão, não só com um, mas com dois mistérios: primeiro, para que o rei não desconfiasse da promessa, vendo que os seus portugueses eram poucos; segundo, para que os mesmos portugueses entendessem que, como soldados de Gedeão, em uma mão haviam de levar a trombeta e na outra mão a luz (Juízes 7, 20). A Pedro chamou-lhe Cristo Cephas (Jo. 1, 42), pedra, em significação do que havia de ser; os Portugueses primeiro se chamaram Tubales (de Tubal) que quer dizer mundanos e depois se chamaram lusitanos: lusitanos, para que trouxessem no nome a luz, mundanos para que trouxessem no nome o mundo, porque Deus os havia de escolher para luz do mundo: Vos estis lux mundi.

Padre António Vieira, S. J. - Do "Semão de Santo António", pregado na Igreja de Santo António dos Portugueses, em Roma, no ano de 1670.