sexta-feira, abril 15, 2005

Los cristianos de Palestina pueden ser extinguidos si sigue la política israelí de ocupación



Algunas cifras amenazadoras: diez años de acoso a Belén, 37 años de presencia militar hebrea en varios territorios y actualmente el muro y los asentamientos
Los cristianos son actualmente una cuarta parte de la población palestina total. Sin embargo, en los territorios ocupados, no pasan del 2 por ciento. Es la primera cifra que ilustra la amenaza que pesa en estos momentos sobre una comunidad de creyentes castigada por la conflictiva situación entre Israel y Palestina y, especialmente, por la política de ocupación que practica el Gobierno hebreo. Ya entre 1947 (un año antes de la creación del Estado de Israel) y 1967 (tras la Guerra de los Seis Días), los cristianos de la Palestina ocupadas pasaron a ser del 20 al 13 por ciento.

Otro elemento de referencia para la actualidad es el muro de separación (llamado también “de seguridad”). Sólo en Belén, Israel ha puesto 78 obstáculos físicos, incluidos 10 puestos de control, 55 terraplenes y 10,4 kilómetros de la ya tristemente famosa pared. Además, según un reciente informe de Naciones Unidas, faltan por levantarse 53 kilómetros más de muro para acabar de cercar la ciudad santa, donde en este momento 9 hospitales, 22 iglesias y 11 mezquitas se encuentran separadas de sus entornos palestinos y también del mundo exterior. En diez años de cierres y tras 37 años de ocupación militar, Belén ha visto el cierre de 72 negocios y comercios regentados por palestinos. Son esos datos que no se dicen prácticamente nunca.

Por otro lado, Israel ha construido 18 asentamientos ilegales donde viven 66.000 personas en el distrito de Belén, unos movimientos que no permiten crecer a la ciudad. Precisamente para aislarla e incomunicarla de estos asentamientos y de Jerusalén, el Gobierno hebreo ha erigido los 78 obstáculos antes comentados. Y todo esto, paradójicamente y desde 1967, no se ha frenado nunca, ni siquiera en épocas de distensión, como la de los Acuerdos de Oslo de 1993.

Todos estos hechos han afectado sobre todo, en estos años, a la comunidad cristiana urbana. Desde el año 2000, la falta de oportunidades ha provocado la emigración de casi el 10 por ciento de los cristianos de Belén, donde ahora ya son minoría por primera vez en la historia reciente. Algo muy similar ha sucedido en Jerusalén, que nunca ha estado tan dividida como ahora entre la parte judía y la árabe. Además, mientras el Ayuntamiento de la ciudad ha apostado por la construcción de 50.000 nuevas viviendas públicas para los judíos en los últimos años, no se ha edificado ninguna para los palestinos, obligados a pagar íntegramente sus impuestos. En el casco antiguo, 30.000 palestinos reciben menos cupos y asignaciones públicas que los 2.000 judíos, asentados mayoritariamente de forma ilegal.

En definitiva, si se mantuviese a la larga la política de ocupación, la extinción de cristianos en Palestina se convertirá en una posibilidad real. Y ahora, en 2005, existe además una diferencia en relación con la situación de 1948: Estados Unidos apoya de manera inquebrantable a Israel a pesar de la expulsión más o menos encubierta de cristianos. Y todo esto sin entrar a analizar el descenso notable que se ha producido, en los últimos años, de las peregrinaciones, de las que viven muchos de ellos. Es otra de las amenazas, porque puede provocar que, en pocas décadas, todos hayan emigrado en busca de un futuro mejor.

Joan Miquel Corbí

Extractado de ForumLibertas

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