Desde las entradas en A Casa de Sarto hemos hablado anteriormente de la vilificación a que está siendo sometida la figura del Papa Pío XII. Esta vilificación viene a menudo de las filas de judíos reformados (tan reformados que seguirán siendo hebreos racialmente, pero judíos ya ni lo parecen) a menudo profundamente y cínicamente anticatólicos. Esta forma del judaísmo reformado tiene mucho poder dentro de Israel. Son muchos de estos judíos, como Ben-Gurion, que no tenían vergüenza alguna en soltar diatribas anticatólicas, los mismos que impulsaron una política de machaque sistemático de los católicos en Israel. No está de más recordar que cuando Israel nació como estado en 1948 había más de 600.000 católicos en unas fronteras que eran incluso menores que las de hoy día. Los árabes cristianos en Israel han recibido bofetones y mucho más tanto de los judíos como de sus hermanos de raza, pero enemigos de religión, los palestinos musulmanes. La minoría cristiana ha acabado así por estar reducida hoy día a menos de 30.000 y el número va continuamente en descenso en Tierra Santa.
Empero sería injusto generalizar el abuso religioso de una minoría de judíos y culpabilizar a un grupo entero de gente. Entre los judíos, como en cualquier otro grupo humano, los hay justos y los hay que no. Jacobo San Miguel, a quien le doy las gracias por ello, tuvo a bien enviarme ayer la defensa que un Rabino Ortodoxo hace de Pío XII y que no puedo por menos de compartirla con Vds.
Empero sería injusto generalizar el abuso religioso de una minoría de judíos y culpabilizar a un grupo entero de gente. Entre los judíos, como en cualquier otro grupo humano, los hay justos y los hay que no. Jacobo San Miguel, a quien le doy las gracias por ello, tuvo a bien enviarme ayer la defensa que un Rabino Ortodoxo hace de Pío XII y que no puedo por menos de compartirla con Vds.
Rafael Castela Santos
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