Sea este día una anticipación de ese otro último Domingo del Año Litúrgico, cuando celebramos a Cristo Rey.
Porque en verdad el Niño Jesús es adorado como Rey hoy por tres hombres sabios de todas las razas, según la Tradición. Los Tres Reyes Magos personifican el reconocimiento de Rey a quien se quiso encarnar en carne humana, a quien quiso pasar ya en su nacimiento por el aterido frío de Belén. Este Niño cuyo nacimiento hace tan sólo unos días celebrábamos es nuestro Salvador.
He aquí el Misterio y la sabiduría litúrgica de la Santa Madre Iglesia. Si en Navidad celebrábamos la Encarnación ya el 1 de Enero celebrábamos su característica de Salvador, es decir, una anticipación de su Pasión y Muerte. Hoy, en esta bellísima Festividad de la Epifanía, nos extasiamos ante el Rey, Señor y Dueño de todo lo creado. Es el anticipo de la Ascensión y de la Segunda Venida de Cristo, en Gloria y Majestad.
Pidámosle, como San Agustín, al que nos creó para Sí que nos dé la Gracia suficiente para volver a Él, pues nuestra alma nunca tiene reposo si no es en Él, el que ES.
Con mis mejores deseos, plenos de regales espirituales y temporales, para todos nuestros lectores,
Rafael Castela Santos
sexta-feira, janeiro 06, 2006
Epifanía del Señor
Publicada por
Rafael Castela Santos
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sexta-feira, janeiro 06, 2006
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