La esencia de la leyenda negra no es su antihispanismo, sino su radical, en cuanto que de raíz, anticatolicidad. Sin embargo la leyenda negra ha dejado un poso difícil de borrar. Poso que desafía la evidencia histórica, pero al que los mentecatos –que son legión- se agarran. En un artículo dotado de buen aparato bibliográfico se denuncia la teleología contra el Orden Social Cristiano implícita en la leyenda negra.
Enlazamos aquí una, otra más, de la miríada de versiones oficiales sobre la leyenda negra en lengua inglesa. No deja de ser pues refrescante que desde púlpitos anglosajones se cuestione el distinto rasero con que se mide a españoles versus franceses, ingleses u holandeses.
Otro muy recomendable trabajo en inglés reclama el legado del Profesor Philip Powell y su Tree of Hate –publicado en español por la excelente editorial Áltera-, y para cuya muestra bien vale un botón o bien hasta el primer capítulo del mismo, un libro donde el californiano denunciaba la injusticia de la leyenda negra y explicaba las consecuencias de la misma.
A diferencia de otros (Philip Powell era protestante) quizás no acertó a ver sus conclusiones últimas: el socavamiento del orden cristiano, la destrucción de ese catolicismo encarnado que supusieron las obras misioneras e imperiales de España y Portugal en el mundo. No en vano estamos en tiempos donde Satanás campa por sus fueros. La mentira, entre las cuales la leyenda negra es una de sus más preciadas perlas, es patrimonio del rey de este mundo.
La verdad, eso sí, acabará prevaleciendo.
O eso espero.
Rafael Castela Santos
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