Um interessante artigo sobre as características dos maus governantes segundo uma perspectiva católica tradicional, que pode ser lido na íntegra aqui. Embora o autor fale do caso concreto espanhol, o que escreve aplica-se na sua totalidade à situação nacional. Aliás, no trecho que transcrevo de seguida está o retrato acabado dos actuais governantes portugueses.
Hay un castigo que Dios envía a los pueblos pecadores y consiste en entregarlos en manos de malos gobernantes. Así lo hizo en otro tiempo con el pueblo judío (Sal. 105 y IV Rey.9, 9-14). Es un castigo terrible porque los malos gobernantes tiranizan sus pueblos, los asfixian con impuestos siempre en aumento, los corrompen con vicios, les arrancan la Fe, destrozan sus familias, arruinan la Nación, destruyen las sanas costumbres, los aborregan con lavados de cerebro, les mienten con frecuencia, y los engañan con libertades que León XIII llamaba de perdición, convirtiéndolos en animales que sólo ansían, como los antiguos paganos de Roma, llenar bien sus estómagos, gozar del sexo, y divertirse sin freno.
En esos pueblos impera el egoísmo, la ambición, la violencia, el engaño, la estafa, el desorden, el vicio, la ley del más astuto y descarado, y se enseñorean desvergonzadamente en ellos los afeminados, los impúdicos y los impíos.
Es el castigo que ha caído sobre España y otros pueblos con la DEMOCRACIA LIBERAL, donde la mentira se hace verdad, lo feo artístico, lo grosero moral, el desorden impide la convivencia, el error se adueña de los espíritus, la injusticia ahoga la paz, el país se hunde en la hedionda corrupción, y un malestar invade toda la nación.
Quizá no haya peor castigo para un pueblo que la Democracia liberal, que es “EL GOBIERNO DE TODO LO PEOR, Y TODO LO PEOR HECHO GOBIERNO” (Stan Popescu).
Hay un castigo que Dios envía a los pueblos pecadores y consiste en entregarlos en manos de malos gobernantes. Así lo hizo en otro tiempo con el pueblo judío (Sal. 105 y IV Rey.9, 9-14). Es un castigo terrible porque los malos gobernantes tiranizan sus pueblos, los asfixian con impuestos siempre en aumento, los corrompen con vicios, les arrancan la Fe, destrozan sus familias, arruinan la Nación, destruyen las sanas costumbres, los aborregan con lavados de cerebro, les mienten con frecuencia, y los engañan con libertades que León XIII llamaba de perdición, convirtiéndolos en animales que sólo ansían, como los antiguos paganos de Roma, llenar bien sus estómagos, gozar del sexo, y divertirse sin freno.
En esos pueblos impera el egoísmo, la ambición, la violencia, el engaño, la estafa, el desorden, el vicio, la ley del más astuto y descarado, y se enseñorean desvergonzadamente en ellos los afeminados, los impúdicos y los impíos.
Es el castigo que ha caído sobre España y otros pueblos con la DEMOCRACIA LIBERAL, donde la mentira se hace verdad, lo feo artístico, lo grosero moral, el desorden impide la convivencia, el error se adueña de los espíritus, la injusticia ahoga la paz, el país se hunde en la hedionda corrupción, y un malestar invade toda la nación.
Quizá no haya peor castigo para un pueblo que la Democracia liberal, que es “EL GOBIERNO DE TODO LO PEOR, Y TODO LO PEOR HECHO GOBIERNO” (Stan Popescu).
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