terça-feira, novembro 29, 2005

La impotente "derecha"

Los conceptos de “derecha” e “izquierda” son falsos en origen, pues sólo significan la posición de una serie de señores en la Asamblea francesa. No voy a entrar en ello y para los lectores avezados me referiré, por ejemplo, a las excelentes reflexiones de Vintila Horia en su libro “Consideraciones para un Mundo peor”, donde el hispanorrumano repasa y analiza el origen de estos vocablos.
Es Jesús Laínz, cada día más sagaz y agudo, quien nos obsequiaba con un artículo que era como un puñal y del que no me resisto a transcribirles unos párrafos:

“ […] la derecha es la izquierda con quince años de retraso. Porque, ¿no se ha fijado, amigo lector, en que la derecha asume como propias las ideas y principios que la izquierda defendió quince o veinte años atrás y a las que en aquel momento se opuso? Haga un poco de memoria y comprobará cómo, en cualquier campo de la política, los pasos dados por la izquierda –hasta los más demostradamente perniciosos–, a los que la derecha se opuso y contra los que protestó en su día, unos años después pasan a fosilizarse, a eternizarse como algo dado por la naturaleza de las cosas e inamovible por una derecha que, además, hasta los acabó haciendo suyos.

Creo que algo similar ya habíamos dicho en A Casa de Sarto: “El Mundo Obrero de 1940 no se atrevería a defender las cosas que hoy defiende el ABC.” Para los más desconocedores del panorama mediático español diremos que el Mundo Obrero era el periódico del Partido Comunista y que el ABC es el representante más o menos oficioso de esa derecha descafeinada y amorfa, encarnada en el acomplejado PP, que critica nuestro autor invitado.
Y Laínz, sin piedad, atiza hasta poner a la “derecha” en su sitio:

“Tan sólo dos ejemplos: el aborto (que ya nunca volverá a ser prohibido) y la catástrofe educativa (aunque ahora proteste contra lo que debió haber solucionado cuando gobernó). Y en cuanto a la aprobación de los matrimonios homosexuales, necesitarán bastante menos de quince años. No tardaremos en verlo.
Por eso la derecha llevará siempre las de perder. En primer lugar, porque la pillarán siempre con el paso cambiado. Y, en segundo, porque quien siempre niega y nunca da un paso al frente jamás levantará el entusiasmo de nadie por un proyecto político amorfo o simplemente inexistente. Y no sirven como excusa las últimas manifestaciones con las que parece que la derecha ha empezado a perder el miedo a salir a la calle a reivindicar sus principios, pues una vez más han ido contra iniciativas ajenas, no a favor de iniciativas propias.
‘Dicho al oído de los conservadores: No hay remedio: hay que ir hacia delante, quiero decir, avanzar paso a paso hacia la decadencia (ésta es mi definición del progreso moderno). Se puede poner obstáculos a esa evolución, y, con ellos, embalsar la degeneración misma, conjuntarla, hacerla más vehemente y repentina: más no se puede hacer’.”

¿Se dan cuenta por qué el Tradicionalismo tiene poco o nada que ver con eso que llaman la derecha? Porque para el verdadero tradicionalista, que lo es en un sentido religioso primariamente, pero también en uno político y en uno social (y hasta cultural), los principios son inmutables. Nada que ver con la derecha en el sentido de conservar un status quo adquirido, de fosilizar y congelar el tramo de la revolución hasta entonces cosechado.
Absolutamente nada.
La así llamada “derecha” no es más que la Revolución en primera o segunda velocidad. De marchas más largas se ocupan aquellos de la siniestra, o sea, de la izquierda.
No perdamos el tiempo con estas gentes. Están acabados. No perdamos el tiempo con esos tibios, a los que Dios está para vomitar de Su Boca.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Portugal! ¡Viva España! ¡Vivan los Fueros! ¡Vivan los Reyes legítimos de España y Portugal! O sea, “Dios, Patria, Fueros y Rey”, o “Dios, Patrias, Fueros y Reyes”, en este caso.
Y, ante todo, hagamos que Cristo reine verdaderamente en nuestras familias. Por ahí sí que podemos empezar a hacer política.
Y de la de verdad. De la de derechas, en corto y por derecho, con todo derecho, sin dar la derecha a torcer, con toda razón … because to be truly right is to be right.

Rafael Castela Santos

0 comentários: