La noticia fue dada por World Daily News. No sólo los musulmanes que se “refugiaron en el templo cristiano de Belén”, en Tierra Santa, se dedicaron a cometer sacrilegios por doquier (desecración de un templo consagrado, utilización sacrílega de la Biblia, robos de objetos sagrados, etc.). Estos musulmanes armados se apropiaron de la comida negándosela a los muchos fieles que se encontraban dentro de la iglesia. Uno puede decir que no sólo no hubo ninguna hospitalidad, por proverbial que esta digan que sea, sino que comieron, literalmente, como cerdos. Nótese que no hay aquí conflicto racial alguno, puesto que la mayor parte de los cristianos de Palestina son árabes de raza; pero sí es un conflicto de religión.
En Arabia Saudita confiscan y destruyen las Biblias a los extranjeros y turistas que visitan dicho país islámico. ¿Se imaginan si un país occidental hiciera lo mismo con ellos y con sus libros sagrados?
Estas cosas no tienen eco en los media oficiales, tan preocupados como están por fomentar el cosmopolitismo y el mundialismo. Que se sepa que entre la Cristiandad y el Islam no hay acuerdo posible. La naturaleza agresiva del Islam contra la Cristiandad es permanente y tenemos que mentalizarnos que ante ellos siempre tendremos que defendernos (¡y defendernos activamente!), como hemos hecho en el pasado. La Reconquista y las Cruzadas fueron guerras defensivas contra territorios otrora cristianos y entonces invadidos.
Esto es lo que necesitamos, una Fe como la de aquellos antepasados de españoles y portugueses que echaron al invasor islámico de la Península. Sin esa Fe acabamos por cesar de ser nosotros mismos y acabaremos por aceptar (o por sernos impuesto) lo que nos llega de fuera, como el Islam. Sería, empero, el justo castigo a una apostasía.
Entretanto, la persecución a los cristianos en Tierra Santa (tanto por judíos como por musulmanes), continúa …
Es la actualización del Calvario y la Cruz.
Rafael Castela Santos
Subscrever:
Enviar feedback (Atom)
0 comentários:
Enviar um comentário