Existe en el
español moderno un nuevo verbo: borbonear. Es una palabra polisemántica,
reflejo del actuar de un tal Juan Carlos, que se sienta sobre el trono de Expaña.
Borbonear significa la intromisión indebida en política (o la no intromisión
cuando se precisa y necesita, como Jefe de Estado), el estar al acecho –y
manejo- de negocios –a veces turbios, en todo caso indebidos-, el rodearse de
amistades peligrosas (a los que llegado el caso se puede usar y tirar), el
gustar, regustar y libar –en demasía- de mujeres ajenas y otras libres de
marca, con poco respeto para su propia mujer y para el Sacramento del Matrimonio,
e incluso el dotarse de yernos como Urdangarines (del que no Nóos consta
nada) y Letizias,
etc. Todo ello, eso sí, bien sazonado de campechanía. Bien recanchero, que
dirían los argentinos.
De todas
maneras, de casta le viene al galgo, y la dinastía borbónica ha sentado amplios
precedentes en todo esto. Acordémonos de putañeros redomados como Alfonso XII o viejas verdes como Isabel II;
cobardes viles como Fernando VII (absolutista y liberal) o su Señor Padre, Carlos
IV (Cornudo Máximo), reos de lesa traición a la Patria; desamortizadores en ciernes como el vendepatrias de Carlos
III; pusilánimes como Alfonso XIII y demás ralea.
De igual
manera, en términos eclesiásticos, nos vemos obligados a crear la palabra
“mullerear” o, de forma purista, “müllerear” (mit umlaut, bitte!). Este tal (rima
con Cardenal) Müller se nos despacha ahora, ¡loado sea Dios!, con que las
puertas están abiertas para la FSSPX, pero no hace tantas semanas se
despachaba con la falacia soez de que la FSSPX está en una posición “de facto sacramentalmente cismática” (lo cual implica necesariamente una excomunión sacramental, si
queremos ser lógicos … ni [San] Juan Pablo II se atrevió a tantísimo) entre
otras lindezas, como la de cuestionar el respeto al Papado que siempre se ha
tenido en la FSSPX. ¿Cree verdaderamente Monseñor Müller, por más que
müllerice, que
una institución católica que piensa así está en cisma sacramental?
Editor
de las Obras Completas de Benedicto XVI, lo que supo ordeñar como pocos, y “Defensor
de la Fe” (sic) … O ese es su cargo, al menos, y sin embargo discípulo de Gustavo Gutiérrez, el
preboste-presbítero de la Teología de Liberación. Encumbrado por mor del
Papa actual y del Papa dimisionario, amén de tenido
por conservador. Como el Borbón, adulador
de los sociatas y sus componendas, pero traído al
poder gracias a Franco y (perjuro) jurador de los Principios del Movimiento.
Paralelos con el borboneo.
El müllereo nada
tiene que ver con interacciones con el sexo femenino, y menos aún en Cardenales
como Müller o el refinado –que rima con afeminado, pero esto es sólo, por
supuestísimo, una mera casualidad- Schönborn (y pregunto, sólo por curiosidad, ¿debería
tener el umlaut de Schönborn tres puntos en vez de dos?). Me abstendré de
establecer paralelos en este punto … o en estos tres puntos. Sexoneremos a
todos.
Más le
valdría al campeón olímpico del müllereo el intervenir con sus hermanos (tres
puntos y no-tres puntos) en el
Episcopado de lengua alemana, muchos de los cuales no es que estén en cisma,
sino en herejía flagrante, por no hablar de la apostasía
alemana. ¿O estos Obispos germano-parlantes sí están en plena comunión sacramental?
Con ellos, el müllerista Müller, cuando tiene que intervenir, no interviene.
Paralelos del borboneo.
Más
le valdría revisar su müllerista defensa de la ortodoxia (sic) de la Teología
de la Liberación, tal cual lo dijo en el Corriere della Sera.
A Su
Eminencia Müller, müllerista müllereador, cuesta comprenderle: “puertas
abiertas”, pero palo y más palo por otro lado a la FSSPX. Dos varas de medir:
una para los tradicionalistas, a quienes dice tener abiertas las puertas, otra
para los progresistas y demás subespecies aberrantes, a los que ni se les toca
y –las más de las veces- ni se les advierte públicamente.
La
actitud, e inconsistencia, del müllereador Müller tuvo su adecuada réplica en
este Sacerdote del Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham (¡no dejen
de leer este último hiperenlace, por favor!). La inconsistencia müllerista es
tal que, si los miembros de la FSSPX son hermanos separados por cismáticos, tal
cual sostiene el ínclito müllereador müllerizante, entonces no se les puede pedir
que los de la FSSPX canten la infame canción liberal del trágala, trágala,
ahora referida al Vaticano II en vez de a la infame Constitución revolucionaria
española. Y como el müllereo propende a la necedad, siempre el müllerizador de
turno acaba por encontrar la horma de su zapato: El Panzer
alemán, recauchutado en el Perú gutierrecista y liberacionista, fue espanzurrado
por el Hawker Typhoon inglés. Thanks for the tip, Father Hunwicke! (Or
Hun-Wicked?, pun intended). Realmente no lo había pensado nunca de esta manera
y me sorprendió por lo bien hilado que estaba su razonamiento. ¿No quería Su
müllerista y müllerizante Eminencia ecumenismo
a granel? ¡Pues tome dos tazas, Eminencia! Estas inconsecuencias plantean
nuevos paralelos con el borboneo.
Perdónenme los
eclesiásticos mülleristas de pro si algunos tradicionalistas tenemos poca
confianza en Su Eminencia. Ojalá la situación de la FSSPX se llegase a regularizar,
lo que personalmente deseo de todo corazón, pero si así fuera, creo que lo
sería gracias al Vicario de Cristo, el Sucesor de Pedro. No (des)gracias al
discípulo de Gustavo Gutiérrez. Como España, de cuyo Jefe del Estado ya no se
esperan arreglos, sino ulteriores desarreglos, y ya sólo Dios puede enderezar a
esta Expaña. También paralelos con el borboneo.
Con Príncipes
de la Iglesia como Su Eminencia no nos sentimos liberados, por más
liberacionistas que ellos sean.
¡Y viva el Papa!
Y como
antídotos a los müllerizantes, mülleristas, müllereadores y müllerizadores que
por este mundo pululan les traigo a mis dos Sacerdotes favoritos en estos
tiempos de hierro. No sé si liberacionistas –del pecado, del liberalismo y de los
franceses- pero los dos sí tradicionalistas religiosos y también
tradicionalistas políticos (ergo carlistas) de ribetes libertarios. Me refiero a
dos Presbíteros insignes y de una pieza, coherentes y cabales, el Cura Merino y el Padre
Manuel Ignacio Santa Cruz!
Rafael
Castela Santos
3 comentários:
Goglear, buscando. El pedofilo Prebitero Peter Kramer y MÜller.
No me explico como esto esta tan callado.
Isabel.
carlistear carlisteando
Prebítero? no es Presbítero?
de cartaya?
Caríssimo amigo, reli este teu artigo e de fio a pavio: simplesmente fantástico e ainda por cima escrito com um tremendo bom humor! Parabéns!
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