A propósito da campanha de difamação lançada à escala mundial contra o Papa Bento XVI pelos inimigos externos e internos da Igreja, o responsável do excelente blogue "Ex Orbe" publica mais um magnífico artigo de sua autoria. Sugerindo a leitura integral do mesmo, transcrevo abaixo algumas das suas passagens mais importantes, sendo os destaques da minha responsabilidade.
Cada día que pasa, con cada titular que se publica, es evidente que todo está deliberadamente orquestado, previsto, capítulo a capítulo, todo manipulado contra el Papa Benedicto, que tantas cosas está ordenando. Son los alentadores del desorden, sus beneficiarios, quienes traman y jalean este repugnante caso contra el Papa.
Para completar la faena turbia y emponzoñada sólo les falta sacar a escena a un Garzón de esos que hay por ahí sueltos, para que lance orden de busca y captura. Encontrar a un juez venal, masón o anticatólico que se preste, es muy facil. Sería una especie de remate de la jugada, para seguir luego con una amenaza más directa.
Lobos enfurecidos, fieras feroces que persiguen a Pedro, unas veces embozados con pellejos de borrego, otras sin disfraz, dependiendo de que las tengan todas consigo o no, porque sólo son valientes cuando el ambiente les favorece, con el poder de turno a su favor. Y nuestro siglo es de los malos, no hay, casi no existen buenos en el poder. Y muy pocos en los medios.
Vuelvo a decir que lo tienen facil, porque van contra uno y cuentan con el aplauso de los enemigos todos, que son tantos.
Es engaño muy grave que se revistan hipócritamente de "sentimentalismos eclesiásticos", porque ellos, los persecutores (...) no son ya de la Iglesia, porque ni creen ni practican según la Iglesia, que han abandonado de facto. Les falta la coherencia de pedir eso que hacen algunos de los de su cuerda: Que les borren la partida de bautismo.
(...)
Los grandes son grandes sin necesidad de enemigos sobre los que encumbrarse. Pero es un hecho que el contraste resalta. La sombra hace más visible la luz. La figura de Benedicto XVI, tan luminosa, resalta cada vez más, es más brillante cuanto más sombra le hacen.
Qué duda cabe que el Pontificado de Benedicto XVI dejará una huella de luz. Y las sombras (artificiales) servirán para marcar el contraluz.
Me preguntaban hace poco si se puede cristianamente orar contra alguien. Yo respondí que sí, que por supuesto, y que en algunas ocasiones era obligado. Algo así, por ejemplo:
Contra persecutores Ecclesiæ: Ecclésiæ tuæ, quaésumus, Dómine, preces placátus admítte: ut, destrúctis adversitátibus et erróribus univérsis, secúra tibi sérviat libertáte. Per Dóminum nostrum Iesum Christum...Amen.
O esta, más patente:
Contra persecutores et male agentes: Hostium nostrorum, quaésumus Dómine, elíde supérbiam, et eórum contumáciam déxterae tuae virtúte prostérne. Per Dominum nostrum Iesum Christum...Amen.
Se las brindo a ustedes, los católicos, para que las recen con toda intención, ad casum.
Cada día que pasa, con cada titular que se publica, es evidente que todo está deliberadamente orquestado, previsto, capítulo a capítulo, todo manipulado contra el Papa Benedicto, que tantas cosas está ordenando. Son los alentadores del desorden, sus beneficiarios, quienes traman y jalean este repugnante caso contra el Papa.
Para completar la faena turbia y emponzoñada sólo les falta sacar a escena a un Garzón de esos que hay por ahí sueltos, para que lance orden de busca y captura. Encontrar a un juez venal, masón o anticatólico que se preste, es muy facil. Sería una especie de remate de la jugada, para seguir luego con una amenaza más directa.
Lobos enfurecidos, fieras feroces que persiguen a Pedro, unas veces embozados con pellejos de borrego, otras sin disfraz, dependiendo de que las tengan todas consigo o no, porque sólo son valientes cuando el ambiente les favorece, con el poder de turno a su favor. Y nuestro siglo es de los malos, no hay, casi no existen buenos en el poder. Y muy pocos en los medios.
Vuelvo a decir que lo tienen facil, porque van contra uno y cuentan con el aplauso de los enemigos todos, que son tantos.
Es engaño muy grave que se revistan hipócritamente de "sentimentalismos eclesiásticos", porque ellos, los persecutores (...) no son ya de la Iglesia, porque ni creen ni practican según la Iglesia, que han abandonado de facto. Les falta la coherencia de pedir eso que hacen algunos de los de su cuerda: Que les borren la partida de bautismo.
(...)
Los grandes son grandes sin necesidad de enemigos sobre los que encumbrarse. Pero es un hecho que el contraste resalta. La sombra hace más visible la luz. La figura de Benedicto XVI, tan luminosa, resalta cada vez más, es más brillante cuanto más sombra le hacen.
Qué duda cabe que el Pontificado de Benedicto XVI dejará una huella de luz. Y las sombras (artificiales) servirán para marcar el contraluz.
Me preguntaban hace poco si se puede cristianamente orar contra alguien. Yo respondí que sí, que por supuesto, y que en algunas ocasiones era obligado. Algo así, por ejemplo:
Contra persecutores Ecclesiæ: Ecclésiæ tuæ, quaésumus, Dómine, preces placátus admítte: ut, destrúctis adversitátibus et erróribus univérsis, secúra tibi sérviat libertáte. Per Dóminum nostrum Iesum Christum...Amen.
O esta, más patente:
Contra persecutores et male agentes: Hostium nostrorum, quaésumus Dómine, elíde supérbiam, et eórum contumáciam déxterae tuae virtúte prostérne. Per Dominum nostrum Iesum Christum...Amen.
Se las brindo a ustedes, los católicos, para que las recen con toda intención, ad casum.
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