Na sequência dos artigos dedicados a Pablo Victoria Wilches, apresento hoje aos leitores deste espaço uma outra relevante figura do pensamento tradicional ibero-americano, Nicolás Gómez Dávila, transcrevendo para o efeito parte do prefácio de autoria de Alejandro Ordóñez Maldonado, que integra a obra daquele primeiro "Sentencias Doctas de un Pensador Antimoderno o de un Auténtico Reaccionário", publicada em Santa Fe de Bogotá, no ano de 2001:
"Nicolás Gómez Dávila es el más importante exponente del pensamiento reaccionario en Colombia y por esa misma circunstancia es un total desconocido para la gran mayoría de los colombianos, incluso para quienes por tener con éste una misma comunión de ideales deberíamos conocer y difundir ampliamente su obra. Sus textos son de muy difícil consecución, circulan fotocopiados en muy restringidos círculos intelectuales, más como una pintoresca muestra de nuestra historia periodística que para señalar la vigencia de sus doctas sentencias.
Nació en Cajicá en 1913 y murió en Bogotá en 1994. A muy temprana edad se mudó a Francia siendo sus institutores sacerdotes benedictinos; durante los cálidos veranos se trasladaba a Inglaterra donde completó su formación, nunca assistió a centro universitário alguno, convirtiéndose en el más importante autodidacta colombiano del siglo XX.
Regresó a Colombia a los 24 años y al morir a sus 81 años tenia una de las bibliotecas privadas más grandes del mundo. Cerca de 34.000 volúmenes la conformaban. Alli pasó la mayor parte de su vida, convertiendóse sin lugar a dudas en un anacoreta urbano.
Recientemente el Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes - Bogotá -,al hacer referencia a su obra, afirmó: "Para este bogotano, su verdadera familia intelectual es la de la reacción... El mismo se declara en sus escolios "Heredero de un pleito sagrado", receptáculo irrenunciable de una tradición reaccionaria y ultramontana...".
Católico tradicional de esos que nunca se aggiornaron a pesar de las reformas eclesiales, las cuales le causaron gran desazón. La misma publicación señaló más adelante al respecto: "Seria erróneo sin embargo, suponer que su catolicismo fue extento de problemas. Gómez Dávila jamás aceptó las reformas litúrgicas del segundo Concilio Vaticano y fue un declarado enemigo de las tendencias modernizantes en la Iglesia". Bastaría con leer alguna de sus sentencias más contundentes sobre la materia. "El Segundo Concilio Vaticano parece menos una Asamblea Episcopal que un conciliábulo de manufactureros asustados porque perdieron la clientela". "En el segundo Concilio Vaticano no han surgido lenguas de Fuego sino un ardiente Riachuelo".
Previó con incomparable agudeza los frutos que al final del siglo XX y en los albores del siglo XXI, se recogerían en un mundo que alborozadamente enarboló desde la Revolución Francesa el dogma del "progreso necesario". Con su incomparable agudeza, en una de sus sentencias más premonitorias, aseveró: "El adversario de los principios modernos no tiene aliados más leales que las consecuencias de esos principios".
Podemos afirmar que Goméz Dávila fue un pensador antimoderno que fustigó acerbamente todo aquello de lo cual la modernidad se enorgullece. La autonomía del hombre frente a Dios, su soberania, su agnosticismo, su racionalismo.
(...)
La mayor parte de sus obras las escribió en un estilo muy particular. Las sentencias , los aforismos y los escolios fueron el género literário por él utilizado, con razón se puede considerar como el pascal Hispanoamericano. Temas de la más variada índole fueron por él tratados en dicho estilo, desde la teologia hasta la arquitectura, desde la liturgia hasta la política, desde la filosofia hasta el arte".
Nas próximas semanas, publicar-se-ão várias destas pequenas obras-primas de Nicolás Goméz Dávila n"A Casa de Sarto". Para aumentar a curiosidade dos leitores, aqui deixo uma das sentenças fulminantes do autor, no caso sobre a democracia:
"La democracia es una religión antropoteísta. Su princípio es una opción de carácter religioso, un acto por el cual el hombre asume al hombre como Dios. Su doctrina es una teologia del Hombre-Dios, su prática es la realización del principio en comportamientos, en instituciones y en obras".
JSarto
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