domingo, setembro 27, 2009

Palavras sábias para o dia de hoje


Una nueva concepción filosófica; un nuevo lema caracteriza la ciudad moderna: la religión del Dios hecho hombre, sustituye la del hombre hecho Dios. Nacido bueno, encuentra en sí mismo su proprio fin, el cual nos es otro sino su bienestar, y debiendólo todo a sí mismo no se cree obligado a cumplir ni la ley divina, ni la ley natural, ni el derecho de gentes, ni ningún derecho histórico. Lo que anhela en un momento dado la mayoría de los ciudadanos es la única ley, y esta ley lo puede todo, sin ser limitada en sus disposiciones por ninguna barrera de origen divino ni humano. La sociedad, hablando en términos apropriados, deja de existir, pues no hay ya lazo social que la mantenga y en su lugar se coloca el Estado, es decir, el Poder sin límites, ejercido en representación de la soberania del hombre por una minoría y recayendo sobre la masa confusa y inorgánica de los individuos. Es el régimen del individualismo, y por esto mismo del número, que engendra en el orden económico el capitalismo y en el político el cesarismo. En virtud del primero sólo cuentan las monedas, por el segundo los votos, y ambas cuentas acaban por hacer una sola, como consecuencia del poder de los votos sobre las monedas y de las monedas sobre los votos. La igualdad civil y política de todos los órdenes de ciudadanos, o más bien, la supresión de estos órdenes, tiende, en efecto, a no dejar susbsistir otras desigualdades sociales sino las procedentes que da la cantidad de riqueza poseía, y esta desigualdad, por ello mismo, se halla sin contrapeso.

Los grandes problemas históricos de nuestro siglo consisten en saber, como esta concepción monstruosa que es preciso llamar por su nombre: el liberalismo ha podido seducir a las clases elevadas; como sus aplicaciones económicas: el trabajo sin derechos y la propriedad sin cargas, han podido encontrar defensores incluso en entre las filas del catolicismo, a pesar de haber sido combatida por la Iglesia; como ha engendrado el socialismo que es la consecuencia lógica y le ha abierto camino por sus excesos; como, en fin, seria posible aún restablecer sobre fundamentos históricos sólidos las costumbres, las instituciones y uma legislación social inspirada en el cristianismo, más bien que imitada del paganismo. Tales cuestiones quedan por determinar y tales soluciones por definir y hacer penetrar en el espíritu público, despues de dos siglos de cesarismo monárquico y un siglo de cesarismo revolucionario. No son ciertamente estos problemas, de metafísica política, sino puntos concretos de historia social y de filosofía.


Marquês de La Tour du Pin, 1893 - extraído de "Hacia un Orden Social Cristiano", Madrid, Cultura Española, Junio de 1936.

O estranho Arcebispo de Viena, Cardeal Christoph Schönborn


Ignoro se o Arcebispo de Viena de Áustria, Cardeal Christoph Schönborn, será membro da maçonaria, conforme se alvitra neste artigo do" Secretum Meum Mihi". É um facto quase impossível de ser provado, a menos que o visado admita expressamente a pertença em questão, o que não creio que venha a suceder por motivos óbvios.

Sem prejuízo, a qualidade da árvore afere-se pelos frutos que dá: não alinhando em teorias de conspiração que tantas vezes servem apenas para dar uma imagem caricatural do movimento católico tradicional, o certo é que o Cardeal de Viena, mesmo que não seja maçon, imita muito bem tal condição. Demonstram-no o seu total desprezo, a raiar o ódio, pela tradição católica e pelo primado do Papa, bem como concomitantemente a sua defesa incondicional da colegialidade episcopal e das antecâmaras do indiferentismo religioso maçónico que são o ecumenismo radical e a falsa liberdade de religião. Como se isto não fosse suficiente, há ainda que considerar as suas tergiversações em matéria de defesa do magistério da Igreja sobre o aborto.

Assim, sem que com isso falte à verdade, creio que é possível sustentar que o Cardeal Schönborn está severamente influenciado pela doutrina maçónica e que, no limite, será um maçon sem avental. E, de certeza, mais perigoso para a Igreja do que uma piranha num bidé, como bem o recorda Paco Pepe no seu delicioso estilo do costume.

sábado, setembro 26, 2009

Preparad los caminos ... del Anticristo

Incisivo artículo el de Eduardo Arroyo esta semana, sobre las implicaciones del Nuevo Orden en economía y política, que no me resisto a compartir con Vds.
No dejen de leerlo, por favor, y saquen las consecuencias pertinentes.
Por mi parte sólo una reflexión en clave católica. Nuestro Señor nos dio un mandato misionero claro, clarísimo:

"Id y evangelizad a todas las naciones bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. El que crea se salvará y el que no crea se condenará." (Mt 28, 19-20)

Nuestro Señor dice "naciones" . No dice "pueblos", ni "tribus", ni "todo el mundo" ni, simplemente, "el mundo". Dice específicamente naciones. Nada más y nada menos. Quizás una mejor traducción del original 'metheteusate' pudiera ser: "Id y haced discípulos de todas las naciones" que, acaso, aumenta el énfasis de nuestra idea. Dejo eso a los especialistas y eruditos en Sagradas Escrituras.
Lo que se infiere de tal exhortación es que el socavamiento del orden nacional (ya sea por estructuras supranacionales o infranacionales, y por todos los derivados románticos del nacionalismo, que también erosionan la nación) es una afrenta al orden querido por Dios. Mientras que el Orden divino se traduce ciertamente en la Iglesia Triunfante, pero también en la Militante pese a las consecuencias del Pecado Original, en distinción, jerarquía y relaciones orgánicas entre sus partes, el Anticristo -que precisa de un Nuevo Orden, una religión sincrética, una moneda única, un borramiento de fronteras, etc.- busca afanosamente un caos entrópico y homogéneo.
De esa lucha contra la homogeneidad que predica a impone el Nuevo Orden nos habla Eduardo Arroyo. Insisto: no se lo pierdan.

Rafael Castela Santos

¿Evolución o degeneración del Imperio español?

El historiador Pío Moa nos traza un repaso diacrónico interesantísimo del Imperio español fundado por los Reyes Católicos, con amplias libertades, protección de los débiles, jornadas de trabajo cortas, salarios relativamente altos, etc., a aquel otro ejecutado por los Borbones donde se prima a los poderosos, se expulsa a los indígenas de sus tierras, se crean masas de población flotante que son obligadas a trabajar por jornales precarios largas horas ...
En definitiva, como bien dice Pío Moa, es el paso de la Monarquía Hispánica a un Imperio colonial y comercial. Nada que ver con esa forma romana cristianizada en la que los Austrias, sobre todo los primeros Austrias, son adalides. Nada que ver con esa ekumene católica por la que aquellos viejos españoles perpetuaban la Edad Media cuando toda Europa perdía la cabeza en la herejía, los absolutismos, los incipientes nacionalismos, etc. Nada que ver con una auténtica y genuina cosmovisión católica.
La pregunta es obvia: ¿no será que el punto de inflexión de lo uno a lo otro es, precisamente, la traición a la idea fundacional católica? ¿No será que el abandono del ethos católico, en particular del ethos público católico, es la causa de todo ello? ¿ No será que la falta de perseverancia española en adherirse al espíritu católico provocó tal desaguisado? ¿No será que el dejar de poner a Dios Nuestro Señor en la cima de todo aquello, y temerle (primer paso del Amor a Dios, por cierto), y poner los bastardos intereses antropocéntricos causó tal abyección?
Las respuestas a estas preguntas, que en el fondo es una sola (¿Ciudad de Dios o Ciudad del Hombre?), son -no lo duden- todas positivas. Y esto es así porque, en el fondo, ni existe ni existirá esa tal "Ciudad del Hombre". Dicha Ciudad, la del Hombre (con mayúscula por la deificación del mismo), acaba por ser siempre Ciudad del Diablo, Ciudad de Satanás. No hay término medio: o con Cristo o contra Él.
Y el Imperio español se olvidó de Cristo.
Como colofón, en el artículo de Pío Moa, no se pierdan las pinceladas sobre andanzas de las Compañías francesas e inglesas en el tráfico de esclavos. Pero ellos, en su devenir histórico y sus actuaciones, gabachos y quintoimperialistas, no; ellos son perfectos. Ellos son, ¿cómo podría decirse?, los más destacados representantes de esa sulfurosa ciudad de la que antes hablábamos.
Cuando pienso en la llamada de aquellas naciones, la vocación de Dios, expresada en Alfred The Great o el monasticismo inglés en las islas británicas, o bien Clodoveo, el Císter, el Cluny o Santa Juana de Arco por citar sólo algunos en tierras francesas, y veo lo que estas naciones han venido a ser en la historia de la Cristiandad, dan ganas de llorar e invocar al Santo Angel Exterminador.

Rafael Castela Santos

sexta-feira, setembro 25, 2009