quarta-feira, agosto 30, 2006

O Homem do Pecado

«... porque o Homem do Pecado tolerará e se aproveitará de um cristianismo adulterado ... Imporá por todas as partes o reino da iniqüidade e da mentira, o governo puramente exterior e tirânico, a “Liberdade” desenfreada dos prazeres e diversões, a exploração do homem; e seu modo de proceder hipócrita e sem misericórdia. Haverá em seu Reino uma estrondosa alegria falsa e exterior, cobrindo o mais profundo desespero.
Em seu tempo acontecerão os mais estranhos distúrbios cósmicos, como se os elementos se houvessem revoltado. A humanidade estará numa grande expectativa e reinará grande confusão e dissipação entre os homens. Rompidos os laços de família, de amizade, de lealdade e bom relacionamento, os homens não poderão confiar em ninguém, e correrá no mundo como um tremor frio, um universal e ímpio “salve-se quem puder”. Será atropelado o que há de mais sagrado e nenhuma palavra terá mais fé, nem pacto algum terá vigor, senão pela força. A caridade heróica de alguns fiéis, transformada em amizade até a morte, manterá no mundo ilhotas de fé; porém mesmo ali, ela estará continuamente ameaçada pela traição e pela espionagem. Ser virtuoso será um castigo em si mesmo e como uma espécie de suicídio. »

Leonardo Castellani, Los Papeles de Benjamín Benavides

(RCS)

segunda-feira, agosto 28, 2006

Lo que los nacionalistas deben hacer según Leonardo Castellani

Se preguntaba Manuel Azinhal en un post previo “O que é que falta ao nacionalismo português?” y acerca de las carencias del nacionalismo portugués. Quise responder con un comentario, pero misterios de la informática y del internet, ese día no pude. Me daba vueltas algo en la cabeza, porque yo recordaba haber leído algo del Padre Castellani sobre este particular.
No voy a entrar una vez más de que a mí no me satisface el término “nacionalismo” para designar lo que en rigor es patriotismo, y uno no tiene nada más que entrar en los textos de Vázquez de Mella o incluso del mejor tomista del siglo XX, el Padre Santiago Ramírez, O.P., quien creo recordar escribió algo al respecto. Incluso me pareció pobre la defensa de tal término por mi amigo O Corcunda como respuesta a un comentario mío (incluso dentro de la particularidad portuguesa), lo cual me sorprendió en alguien cuya línea argumentativa es habitualmente robusta.
Sea como fuere, y según el uso consuetudinario, a las formaciones defensoras de la Patria portuguesa las llaman “nacionalistas” (desafortunado nombre a mi modesto entender), y cosa similar ocurre en las Españas americanas, concretamente en Argentina. Nuestros hermanos, y diré correligionarios, argentinos se definen a sí mismos como “nacionalistas católicos”, lo cual resulta en un oxímoron máximo pues la Iglesia Católica ha expresado sus Caveats con respecto al nacionalismo, y mucho más respecto al moderno nacionalismo, inspirado sin duda en el concepto romántico.
Asumamos el uso común de la palabra nacionalismo. Don Leonardo Castellani ya se planteó lo que los nacionalistas tenían, o debían, hacer. Y lo vertió en moldes de tinta en su libro “Cristo ¿vuelve o no vuelve?”. Con ese texto de este autor tan querido para A Casa de Sarto quisiéramos continuar esa reflexión acerca de la naturaleza de la acción política nacionalista mucho más allá de la disputa académica entre la distinción entre patriotismo y nacionalismo.
El verdadero nacionalista portugués ha de ser católico o, por lo menos, respetuosísimo con la tradición católica de Portugal. Porque Portugal es, por encima de todo, la defensa del catolicismo. La historia de la Patria portuguesa no ofrece dudas al respecto. Quienes odian la religión católica odian Portugal, aunque algunos digan lo contrario. Incluso los agnósticos, pero sensatos, deberán decir al menos que el catolicismo forma parte de la esencia de Portugal.
Lo mismo que se afirma del caso particular de Portugal cabe afirmarlo de las Españas, ora las peninsulares ora las americanas. Nuestra esencia es el catolicismo.
A quienes así piensan les dejo con este texto del insigne Padre Castellani que explica mucho mejor que mis pobres palabras lo que debe ser la columna vertebral de la acción política nacionalista. Mientras no tengamos claro en un orden de principios qué es lo principal y preeminente, no habrá acción política sensata.
Y ahí, sin más preámbulos, va mi apostilla, certificada por el Padre Castellani, acerca de lo que le falta al nacionalismo portugués. Nacionalismo portugués que parece sufrir las mismas carencias que el nacionalismo argentino. ¿Y es que acaso no se estará edificando la casa partiendo del tejado cuando los cimientos de estos nacionalismos son católicos?
Sin Dios, sin Jesucristo, no habrá Patria. Ni nación. Ni Portugal. Ni España. Ni Argentina. Ni nada. Con Cristo, por Cristo y en Cristo está la clave de la resurrección de Portugal, que aún tiene mucho que decir al mundo entero.

«¿Qué tenemos que hacer?

Hay mucha gente desanimada por la política. Andan preguntando: “¿Qué tenemos que hacer?”. Algunos ni siquiera preguntan, sino que resueltamente dicen: “No hay nada que hacer.”
Para un cristiano, la respuesta es muy sencilla: hay que salvar el alma.
— ¿Y la Patria?
— Salvar la Patria también, de ese modo.
— Primero salvar el alma, y ¿después? ...
—No. Las dos cosas juntas. A la vez. Pero la segunda condicionada a la primera. Al mismo tiempo y una en ancas.
—No entiendo —dice el argentino, que le gusta más que el alma la política.
—Es muy sencillo. Ustedes, que se llaman nacionalistas ...
— ¡Alto!
— Perdón; ustedes, los nacionalistas —algunos, digo, no todos—, más bien muchos, exceptuando lo presente ...
— Ahorre salvedades ...
— Muchas veces quieren poner orden afuera, sin tener primero orden adentro. Mucho hablar de disciplina ... para los demás. Mucho clamar por la jerarquía y algunos en la práctica no practican ni respetan ninguna jerarquía. ¡Dios, Patria y Hogar! ... Algunos con el hogar andan cimarrones, y a Dios no lo conocerían si lo encuentran en la calle. ¿Qué van a hacer por la Patria? Nadie da lo que no tiene.
—Vos querés que primero seamos santos y después hagamos política.
—Ningún santo ha hecho política. Santos a estas horas deberían ya serlo, empezando por mí. No. No hay primero ni segundo en este asunto: las dos cosas son la mesma cosa. Para algunos, por vocación de Dios, salvar el alma es lo mismo que salvar la Patria. Cuanto a mí, por vocación también, yo tengo que empezar por el otro lado; pero en finiquito, es lo mismo.
— ¿Y nosotros?
— Ustedes dicen que lo que viene sucediendo es un desastre nacional. Los desastres sirven para purificar. Purificarse. Todo desastre es una prueba. De probar y salir probado. Examen de conciencia: poco echar la culpa al prójimo y mucho mirar por las culpas propias. ¿Negarán ustedes, los que se llaman nacionalistas ...
— ¡Un momento, cura!
— Perdón, ¿negarán ustedes, los nacionalistas, que tienen culpas tremebundas?
— Las reconocemos ante Dios; pero no admitimos discusión.
— No deseo discutirlas.
— En concreto, ¿qué hay que hacer?
— En concreto, hacer todo el bien que uno pueda alrededor suyo, a corta distancia, lo que está a mano, sin embarazarse de grandes planes, de grandes empresas, de grandes proyectos, de grandes revoluciones. Lo que dice la fábula de el ladrón ¡Miren qué mal les fue...!
— Miren qué mal nos fue...
— Perdón. Miren qué mal nos fue con el famoso “castigar a los culpables y recobrar los bienes mal habidos”. Nos castigaron a nosotros; y si nos descuidamos, nos van a quitar hasta los bienes bien habidos.
— ¿Y adónde deja usted el martirio?
— El martirio lo dejo para mí. Eso no es para ustedes. Ustedes son los que se las dan de políticos...
— ¡Basta, cura!
— Perdón; ustedes son políticos. Cuando un político va al martirio, fracasó. El político tiene la obligación de triunfar. Sólo el cura tiene la obligación de fracasar ... porque el cura, cuando fracasa bien, triunfa a su manera. “Mihi vi vere Christus est et mori lucrum.”
— ¿Y cómo es esa acción que usted denomina a corta distancia?
— Les voy a poner primero un ejemplo y después la teoría. Hace poco se constituyó una S. R. L. de ganaderos, unos diez hermanos, primos, hijos y nietos, y labraron un contrato al uso antiguo, de esos en que al principio se nombraba a Dios; y no a cualquier Dios, sino a la Santísima Trinidad y hasta al mismo Jesucristo, si a mano viene. Aquí tienen el preámbulo de contrato. Esto llamo yo acción nacionalista a corta distancia, acción de raíz y no de hojas. Léanlo.

N. N. HERMANOS, S.R.L. Preámbulo
Dios puso alma en el hombre, para que ésta lo guiara hacia su fin verdadero.
Encabezamos los estatutos de nuestra asociación de trabajo con este preámbulo, que contiene los principios cristianos fundamentales que inspiran nuestra acción, para que nos marque el rumbo permanente a seguir.
Por varias generaciones los N. N. han vivido unidos al campo argentino; de la “buena tierra” que trabajaron y trabajan según las leyes de Dios y las costumbres dé los hombres, les ha venido todo lo que tienen.
Hoy, cuando el mundo está revuelto, cuando parece que se ha perdido el rumbo y cuesta encontrar la huella, descendientes de Manuel N. N., en lo más profundo de su sentimiento, han concebido la idea de unirse más todavía, sumando a su misma sangre, a su idéntico concepto cristiano respecto a la existencia humana, a su coincidencia en la apreciación de la vida, iguales intereses en el trabajo.
Padres, hijos y nietos, todos educados en la misma escuela, han aprendido a admirar las mismas virtudes, a cultivar las mismas cualidades; y, por sobre todas las cosas, a querer entrañablemente a la tierra y a su trabajador.
Al morir, el abuelo Manuel dio a sus hijos los consejos del labrador a los suyos.
Ese mandato más que nada es lo que procurarán cumplir; y su fin verdadero, el único, absolutamente el único, es vivir en la tierra como Dios manda y como Cristo enseñó.
Por eso, y como gratitud con el campo, esta reunión de varones de una misma sangre prometen conservar las puras tradiciones de la familia.
Bajo el Signo de la Cruz, símbolo de Quien está por encima de todo, guiará sus afanes la pasión de ser justos, en el más grande sentido de la palabra.
Recíproca comprensión, bondad ilimitada, confianza, fe y caridad, deberán tener sus actos todos. Resumiendo: Unidos trabajarán la tierra, que regarán con sudor; y el fruto que les dé emplearán sólo para subsistir y mejorar conforme a las leyes de Dios.

Provincia de Buenos Aires, enero 17 de 1946

— ¿Lo han leído? ¿Qué les parece?
— Estupendo escrito. ¿Quién lo hizo?
— Un joven capitán del Ejército, que es al mismo tiempo hacendado, y quiere salvar su alma al mismo tiempo que —si es posible— la Patria. No antes ni después. Al mismo tiempo. ¿Quieren ahora la teoría?
— ¡No! Déjenos primero meditar esto.
— Meditar para imitar, imitar para mejorar. Hasta pronto.»

Leonardo Castellani, Cristo ¿vuelve o no vuelve?

(RCS)

sábado, agosto 26, 2006

Manipulación informativa sobre la investigación sobre células madre

Vuelve el tema de la investigación con células pluripotenciales, madre o “stem”, ‘estaminais’ en portugués.
Hasta ahora los mejores resultados se han conseguido con células "stem" de líneas posteriores, a menudo extractadas de cordones umbilicales. Ha habido fracasos sonados, como el tratamiento del Parkinson con células "stem" obtenidas de embriones asesinados.
Como corolario al artículo que aquí enlazamos sólo añadir que lamentablemente la ciencia no es ajena a la interferencia política. Cuando la ciencia no da la razón a las consignas políticas de turno, se la silencia o, al menos, se le pone sordina. La prueba está, por ejemplo, en el desproporcionado número de becas dadas por organismos como el NIH (National Institutes of Health) a cualquier tipo de experimentación frankensteiniana con células madre, especialmente si esto supone el aprovechamiento de fetos asesinados en mataderos (que llaman hipócritamente “clínicas”), la destrucción de embriones congelados o cualquier otro procedimiento criminal.
Es la misma historia con la homosexualidad, o con las consecuencias del aborto, etc. Nadie habla de las evidencias científicas (sí, científicas) del desastre de la sodomía o del aborto. De hecho muchos de estos artículos no son publicados. También aquí se utiliza la tenaza del silencio y la sordina. Lo políticamente correcto como enemigo de la verdad.
Lo impresionante es que apenas las consideraciones éticas y morales juegan ya un papel en esta toma de decisiones acerca de las células pluripotenciales. Mal va la Humanidad por este camino.
Por todo, pero especialmente por la muerte de los inocentes, se paga.

Rafael Castela Santos

quinta-feira, agosto 24, 2006

Separar Igreja do Estado?

Pode-se ler aquí este post, muito recomendável, com um certo olhar sobrenatural. Parabéns e obrigado ao Interregno.

Rafael Castela Santos

terça-feira, agosto 22, 2006

Poema esjatológico y mariano

No es ningún secreto que tanto el autor, JSarto, como el colaborador de este blog –un servidor- somos fervientes admiradores y voraces lectores del Padre Castellani.
Don Leonardo Castellani, no olvidemos: Doctor Sacro Universal, ha sido para mí un fenomenal y maravilloso embajador e introductor a las arenas siempre difíciles del Apokalypsis. Me atrevo a decir que en mi caso la solidez de la Tradición la encontré, precisamente, en el Padre Castellani, luego fortificada y profundizada por ciertas lecturas que tuvieron gran impacto en mí, como las de Michael Davies, el Padre Arintero y Romano Amerio entre otras y las audiciones de las entrevistas del Padre Malachi Martin.
De la lectura y relectura de este Santo Libro del Apokalypsis, el que corona y cierra las Sagradas Escrituras, leídas a la luz del typo y del antitypo (como recomienda San Agustín) del Profeta Daniel fundamentalmente, pero también de Isaías y de ciertos capítulos de San Mateo, a la lectura siempre enriquecedora del Mensaje de Fátima va poco. Fátima es el epítome mariano del Apokalypsis. En tiempos como los que corren el Arca de salvación individual y la Iglesia no es otro que el de la Santísima Virgen. No soy teólogo, pero tengo una íntima convicción de que es poco menos que imposible alcanzar el objetivo sobrenatural de la salvación sin una profunda devoción y piedad a María.
Por otro lado, en mi caso, y por razones más profundas de las que yo pueda entrever, me reconozco rusófilo y lusófilo. Extremos oriental y occidental de Europa respectivamente: Rusia y Portugal. Curiosamente, junto con España, los únicos países mencionados en el Mensaje de Fátima. Rusia es la promesa de una restauración católica sin par. Portugal es la fidelidad en la esperanza de esa restauración católica, la única nación de la cual María, Madre de Dios y Madre nuestra, proclamó que el Dogma de la Fe no desaparecería.
Y también declaro mi admiración por todo lo bueno que Rusia encarna, que es mucho. Por su arte, su folklore, su música –que me resulta mucho más cercana y entrañable que la alemana e italiana, con excepción quizás de JS Bach-, por Dostoievski y Solzhenytsyn, por Tolstoi e Irene Nemirovski, por un pueblo tan mariano como el ruso, por sus iconos …
Algún día esta noble nación, vencido el espectro del comunismo que la atenaza (y sigue atenazando), habiendo liquidado el lastre del cisma, será el portaestandarte de la Cristiandad y la espada de la que Dios se valdrá para ese feliz momento de la Restauración Católica que indefectiblemente ha de llegar.
Declaro pública e irremisiblemente mi amor por la Santísima Virgen y su Inmaculado Corazón, sin cuya protección e intercesión hace tiempo que estaría yo abocado a las tinieblas eternas. Y quiero hacerlo así en este día del Inmaculado Corazón de María, devoción que todos debiéramos tener, pero particularmente portugueses y españoles y todos los demás Portugales y Españas que se esparcen por América, Asia y África.
Y remato con este soneto escatológico mío, que dedico a mi amigo Paulo Cunha Porto, que sé es enormemente benévolo (en exceso, quizás) para con mis “pinitos” poéticos.

Soñé tus bosques, Madre Rusia.
Soñé tus virtudes, Madre María.
Soñé tus templos, Madre Rusia.
Soñé tus pies, Madre María.
A la Bestia sabía derrotarías, Rusia,
Y al Anticristo humillarías, María.
Et ex Slavia lux, Madre Rusia.
Ora semper pro nobis, Madre María.
Cuando la lucha llegue, Madre Rusia,
No nos abandones nunca, Madre María,
Para contigo guerrear, Madre Rusia.
Sin tu dulce protección, Madre María,
Nunca al mal venceríamos, Madre Rusia.
Semper Regina Nostra, Mater María.

Rafael Castela Santos

segunda-feira, agosto 21, 2006

Obrigado, muito obrigado ...

Un post mío que consideré de interés secundario, como las diferencias entre los Misales de 1962 y los anteriores, ha suscitado dos docenas largas de comentarios. A André C. de Araújo, Antimises, Ausiàs, Dominguillo y Thiago les doy a todos ellos las gracias de todo corazón por su extraordinario comportamiento y caballerosidad en líneas generales y por la calidad y calibre de sus comentarios.
Creo poder decir que ha habido muchos, entre los que me incluyo, que hemos aprendido con esta línea de comentarios. Imagino, también, que habrá quedado claro para nuestros lectores que hay una línea divisoria cada vez más nítida entre la Tradición y la “línea media”, incluso aunque ésta sea de tipo más bien conservador. Debates de este tipo merecen la pena. Incluso desde la discrepancia está claro que aquí hay gente que sabe bien de qué se habla.
Insisto, a todos ellos, muito obrigado. E parabéns pelos comentários.

Rafael Castela Santos

domingo, agosto 20, 2006

Nace Carlismo Argentino

Vía una de las entradas en Cruz y Fierro me entero del nacimiento de esta prometedora bitácora en la Patria hermana argentina. Carlismo Argentino es un nuevo brazo que enarbola el estandarte en las Españas americanas de esta doctrina política, sin duda la más acorde a la Tradición de las naciones hispánicas y, sin duda también, portadora de un mensaje universal.
Hace tiempo que una egregia minoría de carlistas se dan cita en varios países hispanoamericanos, lo que no podemos saludar sino con ánimo feliz. Antes que Carlismo Argentino apareciera había ya una página de la Sociedad de Estudios Vázquez de Mella e Hispanidad donde se pueden encontrar excelentes textos, algunos ya enlazados y otros reproducidos desde A Casa de Sarto. En este comienzo de Carlismo Argentino mi única sugerencia es que ellos debían haber enlazado también esta página.
Empieza a notarse un cierto movimiento en Argentina y en el Uruguay en defensa de los principios de la Tradición hispánica, lo que también se empieza a hacer sentir en otras naciones hermanas, como Chile, Paraguay y Perú. Y aunque todo esto sea un movimiento todavía pequeño el Carlismo siempre arrancó así, de unos pocos. Pocos que fueron luego contagiando a muchos de la perennidad y de la justicia y razón de nuestros principios carlistas que no son otros que los de la Tradición.
Porque nuestra Santa Religión Católica es, por encima de todo, una religión encarnada. A una Tradición religiosa le corresponde por ende una tradición política, una tradición social y, hasta si me lo permiten, una tradición cultural. Porque Nuestro Señor Jesucristo es Rey en los Cielos y en la Tierra, y al creador del hombre y de la naturaleza social del hombre le corresponde el Reinado Social de Cristo.
Pues por Él, con Él y en Él gritaré junto a mis hermanos argentinos nuestro grito de batalla, que es el suyo: ¡Viva Cristo Rey!
Y a ellos también me uno en su lucha, que es la mía: ¡Mueran los salvajes e inmundos unitarios!

Rafael Castela Santos

sexta-feira, agosto 18, 2006

Liturgia Oficial de A Casa de Sarto

Valga una nota de humor en medio del estío.
Este extraordinario texto latino está sacado de una de las cajetillas de comentarios de A Casa de Sarto y, vive Dios, que bien pudiera usarse como oración de verdad y hasta como plegaria añadida a la Semana Santa.
Por nuestra parte, esta plegaria queda ya elevada a la categoría oficial de la Liturgia Sartensis, que asume y subsume los ritos bracariense y visigótico, al tiempo que el rito caldeo, el siromalabar y el uniata, todo ello en el espíritu ecumenista de renovación litúrgica e improvisación ritual liderado por el Obispo liberacionista JSarto.

“Oremus et pro perfidis modernistis, liberalibus et aliis sacrae doctrinae et liturgiae destructoribus, ut Dominus Noster auferat stultitiam a mentibus eorum, ut et ipsi agnoscant unicam Ecclesiam Dei cum omnibus traditionibus eius.
Oremus.
Flectamus genua.
Levate.
Deus qui pro peccatis nostris Concilium Vaticanum Secundum permissisti, da nobis Pontificem ad imaginem sanctorum Pii V et Pii X, qui sine timore sacram doctrinam et liturgiam venerabilem patrum nostrorum ad maiorem tuam gloriam cito restauret. Per Dominum ...”

Oración compuesta por el eximio San Chema Ramonetti, Cardenal Patriarca de A Cova da Moura, Requetearzobispo in pectore de Santa Zapatera la Histérica Extramuros do Bairro Alto de las JONS y de los grandes expresos organizados, Archivero General de su puñetera casa, Turiferarius Papabilis, Prefecto de la Sagrada Congregación de los tuercebotas, mangarranas y robaperas, Terror Clerici Mariconiensis et, por encima de todo, Notarius Babinetis.

Nihil Obstat
Rafael Castela Santos, OD (*)

Imprimatur
JSarto, Episcopus da Cidade-Republica do José Alvalade XXI et Inquisidor General de la muy innoble causa do Estádio da Luz

(* OD = Orden de los Desordenados)
(A San Chema Ramonetti se le invoca particularmente para aquellos afectados del grave mal acédico del estreñimiento mental por mor de ideas jansenistas y puritanas que rechazan el vino tinto y cualesquiera otras bebidas alcohólicas, pues este Santo gustaba de que sus feligreses bebieran copiosamente la noche anterior a la confesión haciendo honor al adagio latino “in vino veritas” al tiempo que sufría silenciosa y pacientemente en su confesionario los efluvios y miasmas deletéreos de tales efervescencias de veracidad, sinceridad y santidad antijansenista en tiempos donde las máscaras antigas no estaban disponibles. Hízose famoso en su tiempo por la predicación del milagro de la conversión del agua en vino, que San Chema Ramonetti acostumbraba a predicar en bares, tabernas, pubs, grupos de universitarios en fin de semana y asociaciones de alcohólicos no rehabilitados, con lo que consiguió un sinfín de conversos a la Fe católica.)

sábado, agosto 12, 2006

Los cambios del Misal de Juan XXIII

(Respuesta abierta a Waugh 1)


… “¿En qué consistieron los cambios en el misal que realizó Juan XXIII?. ¿Fue un anticipo de las reformas postconciliares o solamente leves retoques?”

Waugh


Querido Waugh:

Preguntabas en un comentario anterior tuyo cuáles eran los cambios del Misal de Juan XXIII. Ni JSarto ni yo somos liturgistas, pero ayudados de un buen Sacerdote, nuestro “canonista y liturgista de cabecera”, y gran amigo de esta modesta Casa de Sarto, hemos recabado información con la que hemos confeccionado esta entrada.
Para empezar hay que señalar que la reforma de Juan XXIII (acontecida en 1962) es de hecho la reforma de Pío XII, pues la mayoría de estos cambios se habían preparado durante el Pontificado de Pío XII aunque se promulgaran bajo Juan XXIII. Más aún, la aciaga Semana Santa de 1955, bajo Pío XII, contempló cambios que prefiguraban otros después y que ahora pasamos a explicar.
Sin ánimo de ser exhaustivos digamos el que el Calendario Litúrgico sufrió algunas disminuciones de Octavas. De facto lo que acontece es una simplificación, una modificación de las clases de Fiestas. Hay una preponderancia dada al Temporal sobre el Santoral.
En el plano litúrgico más propiamente dicho hay supresión de conmemoraciones que solían ser dos después de la Colecta de la Santa Misa. También merece señalarse que el Sacerdote en la Misa Cantada ya no dice en voz baja ni la Epístola ni el Evangelio, que son cantados por los ministros. Otro cambio que acontece es la supresión del Confiteor-Misereatur-Indulgentiam antes de la Comunión, aunque hay cierta tendencia a no seguir completamente esta modificación en buena parte de las Misas Tridentinas hoy día, que mayoritariamente siguen el Misal de Juan XXIII. Hay, también, una supresión de las oraciones al pie del altar (las de León XIII) en las ocasiones en que hay una función precedente, como una Procesión, por ejemplo. Se trae el tema del mantel al Altar también.
En el plano ornamental hay supresión de las planetas plegadas y una sustitución de las mismas por las dalmáticas. El bonete del Sacerdote ya no es obligatorio, sino sólo aconsejable. En la liturgia del Viernes Santo se suprime el manípulo. También en la Semana Santa se cambia el color litúrgico negro por el morado (el centro vira de la muerte de Nuestro Señor a un eje más penitencial, por tanto más antropocéntrico). También la Procesión del Santísimo cambia, pues ya no es necesario el palio, sino que puede ser hecha con el Santísimo (que con el Misal de Juan XXIII puede ser llevado por el Diácono) precedido de dos velas.
He mencionado los cambios que acontecen en la Liturgia de la Semana Santa a partir de 1955. Entre ellos están la supresión del Asperges el Domingo de Ramos, la bendición de los ramos cara al pueblo en una mesita, la oración del final de la procesión de cara al pueblo en el altar, la supresión del Último Evangelio y la supresión de las oraciones al pie del altar. Durante la Semana Santa las lecturas de la Pasión se vieron recortadas, salvo el Viernes Santo. El Jueves Santo se altera el lavatorio o mandatum durante la Misa y hay una supresión del Último Evangelio. Las modificaciones de la Liturgia durante el Viernes Santo son quizás las más conocidas. Hay una supresión absoluta de la llamada Misa de Presantificados y una sustitución de la misma por un rito extraño a lo anterior, forjado de varias partes que parecen desconectadas entre ellas. Hay incluso un pequeño desquiciamiento en la ejecución porque el celebrante está sentado mientras las lecciones, coro, etc., siguen con su propio tempo. El Padre Nuestro está en el Misal de Juan XXIII dicho por todos. En la Liturgia del Sábado Santo también hay modificaciones importantes en las que no vamos a extendernos por no alargar demasiado esta respuesta.
Quizás el cambio más famoso es la supresión de la oración “pro perfidia Judaeorum”, frase ésta que ha de ser entendida teológicamente.
Sin querer ser exhaustivos empiezan a insinuarse ciertos cambios que aparecen en la Santa Misa, como el hecho de que a partir del Padre Nuestro todo se dice en voz alta.
En realidad las modificaciones en el Misal de Juan XXIII hacen que el rito sea un poquito menos coherente, un poco más “antropocéntrico” en razón de esa mayor participación del pueblo. Son cambios menores, molestos quizás, pero ninguno drástico y que en rigor no se puede decir que en modo alguno alteren la esencia de la Misa. Lo grave es que insinúan ya alguno de los cambios de la Nueva Misa; cambios, en definitiva, que acostumbran a los fieles y al clero a la reforma por venir (cara al pueblo, lectores seglares, lengua vulgar …). Fueron, respondiendo específicamente a su pregunta, leves retoques que anticipaban las reformas conciliares y postconciliares.
Dado que, en rigor, estos cambios no alteran sustancialmente la Santa Misa, y Roma implementó dicho Misal, creo que uno debe aceptarlo. Sería una reforma que no fue buena, pero tampoco fue mala. Con todo ahí están los datos. Y debemos reflexionar que el modernismo se llevaba ya insinuando, incluso en lo litúrgico, mucho antes del Vaticano II, como del mismo modo el ataque desde dentro de la Iglesia es innegable desde la época de Lammenais y el movimiento Le Sillon e incluso existen datos para datarlo, cuando menos, trescientos años atrás.
Puedes encontrar en inglés un cuadro comparativo a dos columnas entre el Misal de San Pío X y el de Juan XXIII que no tiene desperdicio. Existen algunos excelentes artículos en el internet que te recomendamos vivamente, como éste que enlazamos aquí, escrito por Monseñor Gromier, un canonista de los de antes con buena dosis de testosterona, quien fuera el Maestro de Ceremonias del Papa Pío XII. De este excelente trabajo existe también una versión francesa.
Cuando tenga un poco de tiempo más adelante quizás trate de explicar, desde mi punto de vista, por qué la Tradición en España está tan mal organizada, que era tu segunda pregunta.
Te ruego, por favor, que tengas a bien tener en tus oraciones a A Casa de Sarto y a todos quienes de una manera u otra colaboran y cooperan con ella.
Entretanto recibe un cordial saludo en Cristo Rey y María Reina,

Rafael Castela Santos

quinta-feira, agosto 10, 2006

Crónica de la persecución a cristianos 2

¡Fantástico: hay que respetar a todas las religiones! … Menos a la cristiana, claro está. No se puede decir nada ofensivo contra el judaísmo, el islamismo o el hinduísmo, pongamos por caso. Pero contra el cristianismo lo que haga falta. Está de moda. Que la Cristiandad está siendo criminalizada es algo que no debería dejar lugar a dudas. Hay, de hecho, una ofensiva pseudointelectual que llena los anaqueles de las librerías contra Cristo y contra su Iglesia.
Apenas existen países donde no haya persecución a los cristianos, incluso entre aquellos nominalmente “cristianos”. Hoy pasaremos revista a estas persecuciones en estos países oficialmente no anti-cristianos.
En España la visita del Santo Padre se ha saldado con un endurecimiento de la persecución contra los católicos y contra todo lo católico, recrudeciendo la tónica anticatólica de Rodríguez Zapatero. Sin embargo que nadie se engañe: se puede y se debe resistir a este ataque y a veces Dios da la Corona de la Victoria sobre la Corona del Combate.
En el Reino Unido de su Anglicanísima Majestad le pueden meter en la cárcel a uno simplemente por oponerse al aborto, meramente por mostrar fotos que prueban sin lugar a dudas el vil asesinato de inocentes, pecado éste que clama venganza al Cielo. En este mismo país su aerolínea de bandera, British Airways, es sin embargo celosísima del Islam, hasta el punto de prohibir a sus viajeros llevar Crucifijos o Biblias en sus viajes a Arabia Saudita. ¿Controlarán en breve los pensamientos de sus pasajeros en los viajes a tierras musulmanas?
A modo de inciso, y retomando el tema del aborto, la Unión Europea quiere obligar a los médicos a abortar, independientemente de las creencias o de la posible objeción de conciencia que los galenos de la vieja Europa –más vieja y decrépita que nunca- puedan tener.
Sigamos por estos países “de Dios”. De Gran Bretaña a su hija: Canadá. El país tan tolerante y tan magnífico, a decir de alguna ilustre corresponsal lusa residente en Canadá, es capaz de llevar a juicio y sentenciar a defensores de la familia. En esta ocasión, al menos, la historia tiene un final feliz porque la judicatura canadiense (en recurso a un tribunal superior) acaba reconociendo el error.
En la misma Polonia, uno de los pocos países donde todavía el catolicismo tiene una vida pública de cierta entidad, la profanación de símbolos católicos está a la orden del día. Y, lo peor, no hay mucha reacción contra ello.
El caso más curioso es el de la izquierda europea, la española en este caso, defensora del Islam e inicua perseguidora del Cristianismo. El summum de esta incongruencia es Pedro Zerolo, un destacado líder político de los sodomitas españoles. Para él atacar al catolicismo es de suyo deseable, pero se opone completamente a la más mínima broma sobre el Islam. No debiera ignorar Pedro Zerolo que los homosexuales reciben un tratamiento brutal en los países islámicos. Pero la razón por la cual “gays” y feministas caminan de la mano con el Islam en el frente político reconozco excede mi pobre entendimiento a no ser que se tenga en cuenta lo obvio: sólo les une a todos ellos su odio al Cristianismo.
De hecho los Obispos están siendo denunciados, detenidos y encarcelados en distintos países del mundo por defender de palabra la doctrina católica.
Si esto pasa en tierras cristianas lo que pasa en las no cristianas es de horror. De esto último hablaremos en nuestra siguiente crónica de la persecución a cristianos. Sea como fuere es obvio que hay una persecución ya palpable, y física en numerosas ocasiones, contra los cristianos. Prepararse para un posible martirio, de uno u otro tipo, nunca fue una necesidad más acuciante en un mundo cada vez más descristianizado.

Rafael Castela Santos

quarta-feira, agosto 09, 2006

Crisis de unidad, crisis de Fe

«Los espíritus enceguecidos por la dinámica del siglo y por los slogans ideológicos publicitados internacionalmente, pueden consolarse mediante la creencia obtusa y confortable de que un mejor ajuste de los controles nacionales o internacionales bastará para que la técnica, que es instrumento de servidumbre; se transforme en factor de liberación personal y social. A la conciencia cristiana no le está permitido consolarse tan rápidamente y a tan bajo costo.
No se trata ya de un desajuste momentáneo de las sociedades actuales, ni de fallas en la administración de los bienes, ni de otras causas análogas. Lo que está en juego es muy otra cosa; es todo un concepto de la civilización, una doctrina del hombre y de la vida, un “sentido de las cosas” que se ha ido elaborando en el Occidente cristiano a lo largo de los últimos cinco siglos. Esta visión del mundo se ha ido formulando en el descuido primero, luego en la desconfianza y por último, en el desprecio sistemático del Evangelio y de los valores cristianos de vida.
La llamada “civilización moderna” no se ha construido en conformidad al Evangelio sino contra él. Sin negar las adquisiciones y méritos parciales en lo científico y técnico, la Iglesia ha sostenido siempre, sub specie aeternitatis, que el mundo moderno no es cristiano sino anticristiano. La disyuntiva es total y no admite posturas intermedias: o bien la civilización se edifica en el respeto de los derechos de Dios y del hombre, o, por el contrario, se edifica en la negación de tales derechos. La primera es la civilización del Orden Natural y Cristiano, la segunda es la de la Revolución Anticristiana: “Quien no está conmigo, está contra mi; quien no recoge conmigo, desparrama”. Tal es el juicio de Nuestro Señor, tal es el único criterio auténticamente cristiano. Toda tentativa de reconciliación del mundo moderno con la Iglesia que no se funde en una verdadera conversión a la Iglesia, está condenada de antemano y no servirá sino para “hacer el juego” del adversario.
Pese al juicio unánime del Magisterio sobre el carácter inhumano de la cultura moderna, diversos grupos de clérigos y laicos han cedido –sobre todo desde principios del siglo pasado- a la terna tentación del compromiso fácil con el mundo, no ya en lo que éste tiene de valores positivos (actitud legítima) sino también en aquellos otros aspectos y valores anticristianos (actitud ilegítima), que hacen a la esencia del mundo moderno tal como históricamente ha ido evolucionando hasta hoy. La actitud de esos grupos o movimientos fueron –y son- causa de grandes males dentro de la misma Iglesia Católica.
Esto es lo que importa señalar ahora: la quiebra de la unidad, no es –en términos cristianos- sino una crisis de Fe. La razón de ello es simple: la unidad de la iglesia misma es unidad de Fe. Quien no haya comprendido que el fundamento esencial del edificio eclesial reside en la participación en una misma fe, nada podrá comprender de la crisis actual del Cristianismo.»

Carlos Alberto Sacheri. La Iglesia clandestina. Buenos Aires, 1970.

Apostilla:

Este texto se encuentra alojado en la página web de la revista argentina Cabildo. Lo hemos reproducido porque nos parece que a 36 años de su publicación sigue siendo vigente. Empero señalaría dos caveats al mismo.
El primero es su cuando habla de los “valores”. Creo haber expresado ya desde las páginas de esta bitácora que el concepto “valor” se introduce desde la sociología, desde Max Weber. En realidad Weber habla de “das Wert”, pero ese valor es como el valor bursátil, que fluctúa, y como tal lo utiliza el autor de “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”. Una sana filosofía y una no menos sana espiritualidad querrán volver al concepto más prístino de principio o virtud. En estos últimos cincuenta años la penetración, como sustituto, de valor por virtud o principio ha sido exitosa, pero hemos de combatirla porque la lucha del cristiano es por principios eternos y por la práctica de virtudes inmodificables, no por valores fluctuables (con un poco de mala leche se puede señalar que el éxito del concepto “valor” coincide con la expansión de la herejía modernista).
En segundo lugar es el concepto de los derechos del hombre, de rancio sabor revolucionario. La postura del católico es clara. El hombre, per se, no tiene derechos. Todos los derechos del hombre son derivados de ser él hijo de Dios. Y esos derechos, de los cuales los “derechos del hombre” son una adulteración, tiene poco que ver con la interpretación revolucionaria al respecto. El hombre tiene deberes ineludibles hacia Dios pero no derechos. Aunque en el texto es posible que sea la intención del autor el señalar esta distinción al poner los derechos del hombre al lado de los derechos de Dios merece la pena hacer este comentario.
Finalmente el argumento central del artículo debería ser un aviso para navegantes: la Fe no es una materia de opinión. Claro que existen en el campo teológico extensas áreas donde la opinión fundada no sólo es lícita, sino recomendable, como señalaba Pío XII en Divino Afflante Spiritu. Pero en la fundamentación dogmática no hay opiniones posibles, sino la humildad de aceptar una Fe. Fe por otro lado nada irracional porque si hubiera opiniones equivaldría al delito filosófico (que supondría la voladura de cualquier pensamiento lógico y racional) de poner la Verdad al mismo nivel que el error.

Rafael Castela Santos

terça-feira, agosto 08, 2006

A Missa de rito latino-gregoriano comentada por Fulton Sheen



Antes de partir para férias, deixo aqui a todos os meus leitores este notável e histórico documento filmado durante a celebração da Missa da Páscoa do ano de 1941, na Igreja de Nossa Senhora das Dores, em Chicago, nos Estados Unidos, e que possui o grande valor acrescentado de ser comentado pelo então Monsenhor Fulton Sheen.

Ao verem estas imagens, aqueles que já tiveram a felicidade e a graça de assistir a uma Missa oficiada segundo o rito tradicional latino-gregoriano, perceberão toda a perenidade deste rito, e a união que o mesmo estabelece entre todos os católicos, não só no espaço, mas também no tempo; os outros que nunca o fizeram, e quem dedico este filme, compreenderão de imediato toda a sacralidade, elevação espiritual e beleza do rito comum perpétua e irrevogavelmente válido da Igreja do Ocidente.

JSarto

A Missa e a morte


A defesa da Missa tradicional de rito latino-gregoriano é certamente uma das causas mais queridas para os autores deste blogue, no pequeníssimo contributo que ambos dão para o grandíssimo combate em defesa da tradição, que tem na vida e obra de Monsenhor Marcel Lefebvre, autêntico martelo dos hereges progressistas, a sua expressão máxima. Por esta razão, publica-se de seguida o notabilíssimo artigo do grande Garrigou-Lagrange intitulado "A missa e a morte", originalmente editado na revista "La Vie Spirietuelle", nº 194, de Novembro de 1935, cuja versão em português foi retirada com a devida vénia do excelente "Traduções Gratuitas", de Luís de Carvalho:

Podemos aprofundar-nos, de modo abstrato e especulativo, na doutrina cristã e católica do sacrifício da missa; igualmente, podemos fazê-lo de modo concreto e vivido, unindo-se à oblação do Salvador de forma pessoal, e mais particularmente, fazendo por antecipação o sacrifício da própria vida, para obter a graça de uma morte santa.

Mais que ninguém, Maria associa-se ao sacrifício de seu Filho, participando de todos os sofrimentos, na medida de seu amor por Ele.

Os santos – em especial, os estigmatizados – participaram extraordinariamente dos sofrimentos e dos méritos do Salvador, um São Francisco de Assis, uma Catarina de Sena, por exemplo; mas, quão profunda tenha sido tal união, fora contudo pouco em comparação a de Maria. Através de um conhecimento experimental – dos mais íntimos – e da grandeza de seu amor, Maria ao pé da Cruz penetrou nas profundidades do mistério da Redenção, mais que São João, mais que São Pedro, mais que São Paulo. Ela penetrou ali na medida da plenitude da graça que recebera, da sua fé, do seu amor, dos dons de inteligência e sabedoria que possuía em grau proporcionado à sua caridade.

A fim de que penetremos nesse mistério, aprendendo dele lições práticas que nos permitam preparar-nos para uma boa morte, pensemos no sacrifício que devemos fazer durante nossa vida, em união com Maria, ao pé da Cruz.

Freqüentemente, exortamos os moribundos a fazer o sacrifício de suas vidas, para dar um valor de expiação, de mérito e de impetração aos seus sofrimentos derradeiros. Freqüentemente, os Soberanos Pontífices – em particular, [São] Pio X – convidaram os fiéis a oferecer por antecipação os sofrimentos – quiçá atrozes – do último instante, para assim bem se disporem a oferecê-los de melhor grado à hora da morte.

Mas para que se faça, desde agora, o sacrifício de nossa vida, é mister fazê-lo em união com o sacrifício do Salvador perpetuado sacramentalmente no altar, durante a Missa, e em união com o sacrifício de Maria, Medianeira e Co-redentora. E para bem observar tudo o que tal oblação deve conter, convém lembrar-se aqui dos quatro fins do sacrifício: a adoração, a reparação, a suplicação e a ação de graças. Consideramo-las sucessivamente, examinando as lições que trazem.

Adoração

Jesus sobre a Cruz fizera de Sua morte sacrifício de adoração. Fora a mais perfeita realização do preceito do decálogo: “Temerás o Senhor, teu Deus, prestar-lhe-ás o teu culto e só jurarás pelo seu nome” (Dt 6, 13). É por essa palavra divina que Jesus respondera a Satã, que lhe dizia: “Dar-Te-ei todos os reinos do mundo, se Tu te prostrares perante mim para me adorares, si cadens adoraveris me”.

A adoração é devida a Deus somente, por causa de sua excelência soberana de Criador – já que somente Ele é o mesmo Ser, eternamente subsistente, a mesma Sabedoria, o mesmo Amor. A adoração que Lhe é devida há de ser, por sua vez, exterior e interior, inspirada pelo amor; deve ser adoração em espírito e verdade.

Jesus ofereceu a Deus uma adoração de valor infinito, no Getsemani, ao prostrar a face contra a terra, dizendo: “Meu Pai, se é possível, afasta de mim este cálice! Todavia não se faça o que eu quero, mas sim o que tu queres” (Mt 26, 39). Essa adoração reconhece pratica e profundamente a excelência soberana de Deus, mestre da vida e da morte; de Deus Que, por amor ao Salvador, queria se servir da morte – pena do pecado – para a reparação do pecado e nossa salvação. Há, neste decreto eterno de Deus – que contém toda a história do mundo – uma excelência soberana, a qual é reconhecida à adoração no Getsemani.

A adoração do Salvador continua sobre a Cruz – com Maria se Lhe associando, na medida da plenitude da graça que recebera e que não cessara de aumentar. Ao momento da crucificação de seu Filho, ela adorara os decretos de Deus, autor da vida, Que fizera da morte de seu Filho inocente reparação do pecado, para o bem eterno das almas.

Adoremos Deus, em união com Nosso Senhor e sua Santa Mãe, e digamos de todo coração, como nos insta S. S. [São] Pio X: “Senhor, meu Deus, a partir de hoje, de coração tranqüilo e submisso, aceito de vossa mão o gênero de morte que Vos agradará enviar-me, com todas as suas angústias, todas as suas penas e todas as suas dores”.

Todo aquele que, uma vez na vida e no dia de sua escolha, tiver recitado esse ato de resignação após a confissão e comunhão ganhará uma indulgência plenária que se lhe aplicará à hora da morte, seguida da pureza de consciência. Mas seria recomendável repetir a cada dia esse sacrifício, para assim nos prepararmos a fazer de nossa morte – o instante derradeiro, em união com o sacrifício do Cristo continuado em substância sobre o altar – um sacrifício de adoração, considerando o domínio soberano de Deus, Sua majestade e a bondade Daquele “que conduz a profundos abismos e deles tira – Dominus mortificat et vivificar, deducit ad inferos et reducit” (Dt 32, 39; Tb 13, 2; Sb 14,13). Essa adoração de Deus, mestre da vida e da morte, se pode fazer de modos bem diferentes, conforme as almas sejam mais ou menos esclarecidas: não é realmente melhor unir-se desta feita, a cada dia, ao sacrifício de adoração do Salvador?

Sejamos desde agora adoradores em espírito e verdade; que a adoração seja tão sincera e profunda que se reflita realmente em nossa vida e nos disponha àquela que devemos possuir ao instante final.

Reparação

Outro fim do sacrifício é a reparação da ofensa feita a Deus pelo pecado, e a expiação da pena devida ao pecado. Devemos fazer de nossa morte um sacrifício propiciatório: a adoração dever ser, a bem dizer, reparadora.

Nosso Senhor expiou superabundantemente nossas faltas, porque – diz Santo Tomás (IIIª q. 48, a. 2) – ao oferecer Sua vida por nós, fizera um ato de amor que agradava mais a Deus do que O aborrecia todos os nossos pecados reunidos. Sua caridade foi muito maior que a malícia dos algozes; possuía um valor infinito tirado da personalidade do Verbo.

Ele as expiou por nós, que somos os membros de Seu Corpo Místico. Mas como a causa primeira não torna inúteis as causas segundas, o sacrifício do Salvador não torna inútil o nosso, mas o suscita e dá-lhe o valor. Maria dera-nos o exemplo, ao unir-se aos sofrimentos de seu Filho; desta feita, expiara por nós, a ponto de merecer o título de Co-redentora.

Ela aceitou o martírio de seu Filho – Que, além de amado, era legitimamente adorado – que ela amava com coração afetuosíssimo, desde que O concebera virginalmente.

Mais heróica que o patriarca Abraão, o qual pronto a imolar seu filho Isaac, Maria, ao oferecer seu Filho por nossa salvação, viu-O morrer realmente entre atrocíssimos sofrimentos físicos e morais. Não veio nenhum anjo para impedir a imolação e dizer a Maria, tal como ao patriarca, em o nome do Senhor: “agora Eu sei que temes a Deus, pois não Me recusaste teu próprio filho, teu filho único”. (Gn 22, 12); Maria viu realizar-se efetiva e plenamente o sacrifício reparador de Jesus, e em face ao qual o de Isaac era senão a figura em preâmbulo. Ela sofrera do pecado na proporção de seu amor por Deus – a Quem o pecado ofende; por seu Filho – a Quem o pecado crucificara; por nossas almas – a quem o pecado corrompe e mata. A caridade da Virgem ultrapassava incomensuravelmente a do patriarca; e nela, ainda mais que nele, realizaram-se as palavras que este escutara: “pois que fizeste isto, e não Me recusaste teu filho, teu filho único, Eu te abençoarei. Multiplicarei a tua posteridade como as estrelas do céu” (Gn, 22, 16-17).

Ora, como o sacrifício de Jesus e de Maria foi sacrifício de propiciação ou reparação pelo pecado, de expiação da pena devida ao pecado, façamos do sacrifício de nossa vida – em união com eles – uma reparação de todas as nossas faltas; peçamos desde agora a graça de fazer tal sacrifício com grande amor, o que lhe aumentará ao dobro o valor. Sejamos contentes de pagar essa dívida à justiça divina para que a ordem seja-nos plenamente restabelecida. E se, com tal espírito, unimo-nos intimamente às missas que se celebram todos os dias, à oblação sempre pulsante do Coração do Cristo – oblação que é a essência dessas missas – então alcançaremos a graça de fazermo-nos acompanhar dela, mesmo ao último momento. Se essa união de amor a Cristo Jesus é a cada dia mais íntima, a expiação do Purgatório será notoriamente abreviada para todos; poderia acontecer de recebermos a graça de passar nosso Purgatório totalmente por sobre a terra, aumentando no amor e merecendo-o, em vez de fazê-lo após a morte, sem merecê-lo.

Suplicação

O moribundo não deve fazer tão-somente da morte um sacrifício de adoração e reparação, mas também um sacrifício impetratório ou de suplicação, em união com Nosso Senhor e Maria.

São Paulo escreve aos Hebreus (5, 7): “Nos dias de sua vida mortal, dirigiu preces e súplicas, entre clamores e lágrimas (...),e foi atendido pela sua piedade (... )tornou-se autor da salvação eterna para todos os que Lhe obedecem”. Recordemo-nos da prece sacerdotal do Cristo após a Ceia e antes do sacrifício da Cruz: Jesus aqui rezou por Seus apóstolos e por nós... “porque vive sempre para interceder em seu favor” (Hb 7, 25). Particularmente, [o Cristo reza] durante o sacrifício da missa, onde Ele é o principal sacerdote.

Jesus, que rogara por seus algozes, roga pelos moribundos que se recomendam a Ele. A Virgem Maria intercede junto a Ele, ao recordar o que nós muitas vezes dizemos: “Santa Maria, Mãe de Deus, rogai por nós pecadores, agora e na hora de nossa morte”.

O moribundo deve associar-se às missas que se celebram longe ou perto dele; deve solicitar através delas, através da grande oração do Cristo, que nelas se prolonga, a graça da boa morte ou da perseverança final – a graça das graças, a dos eleitos. Convém que se suplique não apenas para si, mas para todos os que morrem àquele momento.

Para nos dispormos desde agora a fazer esse ato suplicatório de última hora, oremos com freqüência, ao assistir à Santa Missa, por aqueles que vão morrer no correr do dia. Conforme a recomendação de S. S. Bento XV, façamos celebrar uma missa quando em vez para obter, através desse sacrifício suplicatório de valor infinito, a graça da boa morte ou o aproveitamento dos méritos do Salvador. Façamos também celebrar algumas missas por alguns de nossos parentes e amigos que nos causaram inquietação acerca de sua salvação, para lhes obter a graça derradeira, e por aqueles que teríamos escandalizado e talvez distanciado do caminho de Deus.

A ação de graças

Enfim, cada qual deveria fazer de sua morte – em união com Nosso Senhor e a Virgem Maria – um sacrifício de ação de graças, por todos os benefícios recebidos desde o batismo, rememorando quantas absolvições e comunhões nos remiram ou guardaram no caminho da salvação.

Jesus fizera de Sua morte um sacrifício de ação de graças, ao dizer: “Consummatum est – Está consumado” (Jo 19, 30); Maria disse o “Consummatum est” junto com Ele. Tal forma de oração – que permanece na missa – não acabará, ainda que à última missa a ser dita, ao fim do mundo. Quando não houver mais sacrifício propriamente dito, haverá sua consumação, e nela haverá sempre a adoração e a ação de graças dos eleitos que, unidos ao Salvador e a Maria, entoarão o Sanctus ao lado dos anjos e glorificarão a Deus, louvando-O.

Essa ação de graças é admiravelmente expressa pelas palavras do ritual que o padre prolata à cabeceira dos moribundos, após dar-lhes a derradeira absolvição e o santo viático: “Proficiscere, anima christiana, de hoc mundo...: Saí deste mundo, alma cristã, em o nome de Deus Todo-poderoso, Que vos criou; em o nome de Jesus Cristo, Filho de Deus vivo, Que sofreu por vós; em o nome da gloriosa e santa Mãe de Deus, a Virgem Maria; em o nome do bem-aventurado José, seu esposo predestinado; em o nome dos Anjos e Arcanjos; em o nome dos Patriarcas, dos Profetas, dos Apóstolos, dos Mártires; em o nome de todos os Santos e Santas de Deus. Que ainda hoje vossa habitação seja na paz, e vossa morada na Jerusalém celeste, por Jesus Cristo Senhor Nosso”.

Concluindo: repitamos freqüentemente – a fim de rebrilhar-lhe o valor – o ato recomendado por S. S. [São] Pio X, e roguemos a Maria a graça de fazer de nossa morte um sacrifício de adoração, de reparação, de suplicação e de ação de graças. Quando assistirmos os moribundos, exortemo-los ao sacrifício, a associar-se às missas que então se celebrem. E desde agora, por antecipação, façamo-lo nós mesmos, renovemo-lo com insistência a cada dia, como se fosse o último; desta feita, dispor-nos-emos a fazê-lo habilmente ao momento supremo: então saberemos que “Deus conduz a profundos abismos e deles tira”; nossa morte será como que transfigurada; apelaremos ao Salvador e a Sua Santa Mãe para que nos venha levar, concedendo-nos a graça derradeira, que nos assegurará definitivamente a salvação, através de um último ato de fé, de confiança e de amor.

JSarto

A causa da doença da Igreja em Espanha


Através do "Chiesa", de Sandro Magister, acabo de tomar conhecimento do teor da notável instrução pastoral do episcopado espanhol "Teología y Secularización en España", onde os bispos do País vizinho, num corajoso "mea culpa", apontam como principal causa do declínio da Igreja em Espanha a influência nociva que sobre esta, desde há quatro décadas, tem exercido a teologia de matriz progressista mais o seu imenso rol de erros de fé e moral contrários à doutrina católica, e que os mesmos bispos não hesitam em denunciar, escalpelizar e demolir num documento que constitui uma autêntica ruptura, se não com o Vaticano II, pelo menos com boa parte das falácias progressistas saídas directamente do malfadado "espírito do Concílio".

Pela minha parte aqui n'"A Casa de Sarto", faço votos de que os bispos portugueses tão urgentemente quanto possível sigam o exemplo dos seus pares espanhóis, pois matéria de facto também não lhes falta, dado o nível de contaminação progressista que a Igreja atingiu igualmente em Portugal.

JSarto

segunda-feira, agosto 07, 2006

Fraternidade de São Pio X em português


Suprindo uma lacuna que há muito se fazia sentir, a partir do Brasil, ainda a limar arestas, acaba de surgir o primeiro sítio oficial da Fraternidade de São Pio X inteiramente em português, e que deverá doravante passar a constituir uma importante fonte de informações e pesquisa para todos os católicos de língua portuguesa defensores da tradição.

Aproveitamos a ocasião para desejar que em breve também a Fraternidade de São Pio X - Portugal passe a ter a sua página oficial na rede: é um velho sonho que gostaríamos de ver concretizado, e que seguramente muito ajudaria à expansão da tradição no nosso País, que dela bem necessitado está!

JSarto

Rádio Convicción


Desde Santiago do Chile, escreve-nos o nosso amigo Jorge Marcich Colina, solicitando a divulgação da Rádio Convicción, de que é director, junto dos católicos tradicionais portugueses e brasileiros, informando-nos de que a mesma brevemente passará a emitir também em português, através do programa "A Tradição Católica para Brasil e Portugal", o qual será certamente merecedor da nossa melhor atenção.

JSarto

domingo, agosto 06, 2006

Desmistificando sofismas progressistas


Encontrei este magnífico artigo intitulado "The Seat of Heresy… Pittsburgh???", cuja leitura recomendo vivamente, no blogue "Shouts in the Piazza", de um sacerdote católico de tendência tradicional (o que até se depreende pelo simples facto de possuir um brasão de armas eclesiástico), ainda que nenhuma relação tenha com a Fraternidade de São Pio X, e a minha vontade era transcrever tal artigo na íntegra, já que nele se derruba bom número de sofismas dos pseudo-católicos progressistas, os quais supõem com grave erro poder ser a Igreja governada a toque de sondagens sectárias publicadas nos meios de propaganda política anticristã comummente denominados de órgãos de comunicação social de referência. Aqui fica um trecho especialmente saboroso do artigo em causa:

"A majority of Catholic respondents to an Associated Press- Ipsos poll taken just after the death of Pope John Paul II last year said they favored ordination of women."

So? If you polled some Catholics they'd tell you that we should use beer and pretzels at Eucharist, or that we should never have to go to Confession or that attendance at mass is optional or that (as one recent NY Times-CBS poll found out) three quarters of American Catholics think that Holy Communion is just a "symbolic representation" of Jesus at mass but not His real presence. So, since three quarters of Catholics polled by the NY Times responded with a complete lack of understanding about the central mystery of our faith I think we can draw some conclusions. The first is that polling information can be manipulated any way you'd like. Ask any politician about that. Polling utilizes only samples and then extrapolates from that. In other words polls don't prove anything conclusively. The second thing is that the information gathered shows how ignorant of what their own Church teaches and believes many people really are. If you are so opposed to the idea of an all-males priesthood in the Catholic Church then DON'T BE A ROMAN CATHOLIC ANYMORE!

The other point that the U.S. media glosses over all the time is that you can take as many polls as you want but that really doesn't mean much because the Church is not a democracy. Authority in the Church does not derive from the people. Those sitting in the pews are not the constituents of those in leadership...they are their flock. The sheep don't tell the shepherd where to lead the flock. Rather, they follow him. So, take polls until the cows come home but it won't make a bit of difference in what is true and what isn't.

Here's another interesting part of the article:

"We need to claim for women their equal right with men to be ordained. And we need to do this 'contra legem,' to break an unjust law and yet to remain firmly within the church," Patricia Fresen said last year at a Philadelphia conference on women in the church."

This woman needs not only a copy of the Catechism in which she will discover that breaking some of the laws of the Church automatically places you outside of it. She also needs to re-read the Letter to the Hebrews in which she will be reminded that "no one may take this office upon themselves". Too bad their lust for power has blinded these women to things like charity, service and self-emptying...you know, the building blocks of good ministry in the Church?

(...)

It's amazing how on one end of Pennsylvania there exists a bastion of traditional and conservative Catholicism and on the other side of the same state this lunacy is taking place. If women in the world desire to exercise a ministry like Roman Catholic priests then they can happily find a home ministering in the Episcopal Church. Heck, they can even become bishops there! So if that's what they feel called to then go. Please by all means GO!

JSarto

P.S. Para os leitores que não saibam, a Irmã Chittister acima caricaturizada é uma religiosa beneditina progressista radical, de nacionalidade norte-americana, que continua a defender da ordenação sacerdotal de mulheres, apesar de tal hipótese haver sido definitiva e irreversivelmente afastada pelo Papa João Paulo II, na "Ordinatio Sacerdotalis".

A democracia pervertida ou a conspiração anticristã

Numa linha herdeira do melhor estilo de Monsenhor Henri Delassus, um artigo conciso, preciso e certeiro - "The Orwellian Transmogrification" - de autoria do religioso franciscano tradicional Alexis Bugnolo, publicado no blogue "Ut Regnet Christus Iesus" de que é responsável, e no qual se dá conta da cada vez mais visível degradação cívica e perversão política que as democracias contemporâneas vêm sofrendo por força da influência deletéria dos grupos de pressão e das sociedades discretas que nelas operam a partir da penumbra, e que as estão transformando a passadas largas em autênticas tiranias do relativismo ético-moral, verdadeiras antecâmaras da república universal anticristã a que também chamam nova ordem mundial…

JSarto

sábado, agosto 05, 2006

Para escutar em dias de muito calor - 2






Concerto de Aranjuez - Narciso Yepes interpreta Joaquín Rodrigo, ou porque no verdadeiramente belo é sempre possível vislumbrar a presença de Deus.

JSarto

Para escutar em dias de muito calor - 1


Joaquín Rodrigo - "Por los campos de España", com Gérard Abiton,à guitarra.

JSarto

O caso Mel Gibson


Diz São João que quem afirma não ter pecados é um mentiroso: como é evidente, esta regra não excepciona os católicos tradicionais. Aliás, porque estes se reconhecem pecadores é que são católicos e defensores da tradição, porque sabedores da sua natureza humana decaída em resultado do pecado original, e porque necessitados da graça santificadora dos sacramentos da Igreja para serem um pouco menos imperfeitos no seu quotidiano.

Ora, à luz do que acima expus é que me parece que há-de ser encarado o recente caso envolvendo Mel Gibson, interceptado pela polícia californiana a conduzir em excesso de velocidade numa auto-estrada - 140 Km/h - e com uma taxa de álcool correspondente ao dobro da legalmente admitida, o que não deixa de ser censurável, mesmo que na Califórnia o limite de velocidade nas auto-estradas varie entre 90 Km/h e 110 km/h, e a taxa de álcool tenha o apertadíssimo limite de 0,08 g/l, o que outrossim serve para reduzir às suas devidas proporções o sucedido, e descobrir a mesquinhez daqueles que empolaram e criticaram impiedosamente Gibson pelo seu comportamento, afinal uma mal disfarçada forma de o atingir e punir indirectamente pelas suas convicções religiosas mais profundas de católico tradicional.

Efectivamente, os fariseus anticristãos que pensam mandar no mundo, arrogantes e soberbos como são, supondo-se intocáveis e acima de qualquer observação, reparo, crítica ou censura, não esquecem, nem perdoam a Mel Gibson a imensa humilhação que o mesmo lhes infligiu no ano de 2004, com o esmagador sucesso que o filme por ele realizado "A Paixão de Cristo" obteve no mundo inteiro, filme esse que representa precisamente o que tais fariseus mais odeiam - a verdade de Cristo! E daí o linchamento mediático de Mel Gibson!

Sobre este assunto, sugiro ainda a leitura das interessantes reflexões no "Athanasius Contra Mundum".

JSarto

Da origem e evolução dos paramentos



"Da Origem e Evolução dos Paramentos", eis um interessante artigo em duas partes (Parte I e Parte II), que tem por objecto o desenvolvimento das vestes litúrgicas e da simbologia inerente às mesmas, publicado no cada vez melhor "The New Liturgical Movement".

Sobre a questão específica do formato das casulas nele abordada, por mim opto indubitavelmente pelas belíssimas casulas romanas (ver segunda imagem), que contribuem profundamente para o acentuar da beleza do culto litúrgico, sem contudo repudiar as casulas de corte gótico (ver terceira imagem) - as preferidas de dois grandes liturgistas e tradicionalistas como o foram Dom Prosper Gueranguer e o Padre Adrian Fortescue -, na condição de estas últimas se mostrarem sóbrias e decoradas com motivos próprios da iconografia tradicional católica, o que não sucede as mais das vezes com os feios paramentos pós-conciliares, utilizados pelos modernistas e progressistas com o fito inconfessado de desprover a acção litúrgica da reverência e dignidade que lhe são devidas.

JSarto

quinta-feira, agosto 03, 2006

Nova entrevista de Monsenhor Malcolm Ranjith


Monsenhor Malcolm Ranjith, que já apresentamos aos leitores d'"A Casa de Sarto", concedeu uma nova entrevista, desta vez à Agência Apic, onde uma vez mais profere interessantes afirmações sobre o problema da reforma da reforma litúrgica, de que destacamos os seguintes pontos:

Q.: Vous avez récemment affirmé dans le quotidien catholique français La Croix que la réforme liturgique du Concile Vatican II n’avait “jamais décollé“. Ces mots ont surpris de nombreuses personnes…

R.: Je suis surpris, car je ne l’ai pas dit ainsi et ce n’est pas vrai. Je voulais dire que la réforme conciliaire - avec le renouveau spirituel attendu, avec les catéchèses profondes qui devaient relancer l’Eglise face au contexte séculariste - avait donné des résultats qui ne sont pas si positifs que cela. La réforme a bien décollé. Ainsi, l’utilisation de la langue vernaculaire est une chose positive, car tout le monde peut comprendre ce qui se passe à l’autel ou lors des lectures. De même, pour le sens de communion qui s’est développé. Mais ces éléments ont parfois été un peu trop accentués en abandonnant certains aspects positifs de la tradition de l’Eglise. Le cardinal Ratzinger lui-même, dans la préface du livre Tournés vers le Seigneur - l’orientation de la prière liturgique du père Uwe Michael Lang, a rappel é que l’abandon du latin et l’orientation du célébrant vers le peuple ne faisaient pas partie des conclusions du Concile. [destaques nossos]

Q.: Pour certains, qui ont fidèlement suivi le Concile, vos propos surprennent…

R.: Il ne s’agit pas d’abandonner le Concile, car il a déjà beaucoup influencé l’Eglise, comme dans son ouverture au monde. Mais, dans le même temps, il aurait fallu approfondir ce que nous possédions déjà. Il aurait fallu, comme dit le Concile, un changement ‘organique', sans brusquerie, sans abandonner le passé. L’Encyclique Ecclesia de Eucharistia de Jean Paul II (publiée en avril 2003, ndlr), et l’Instruction Redemptoris Sacramentum (avril 2004) qu’il avait demandée à la Congrégation, indiquent bien que quelque chose n’allait pas. Le pape parlait alors avec une certaine amertume de ce qui se passait. Ainsi, on ne peut pas dire que tout s’est bien passé, mais on ne peut pas dire non plus que tout s’est mal passé. Les réformes du Concile, par la façon dont elles ont été traduites et mises en place, n’ont pas porté les fruits espérés. [destaques nossos]

Q.: Concrètement, que faut-il faire?

R.: Il y a deux extrêmes à éviter: permettre à chaque prêtre ou évêque de faire ce qu’il veut, ce qui crée la confusion, ou, au contraire, abandonner complètement une vision adaptée au contexte moderne et s’enfermer dans le passé. Aujourd’hui, ces deux extrêmes continuent de croître. Quel est le juste milieu ?… Il convient de réfléchir un moment, de célébrer sérieusement et d’améliorer ce que nous faisons actuellement.

Q.: Doit-on attendre un document pontifical ou de votre Congrégation à ce sujet?

R.: Dans son livre L’esprit de la liturgie (publié en allemand en 2000, puis en français en 2001, ndlr), le cardinal Ratzinger avait présenté un cadre très complet de la question. Je crois que le pape est très conscient de ce qui se passe, qu’il étudie la question et qu’il faut faire quelque chose pour aller de l’avant. Il va prendre des mesures pour nous indiquer avec quel sérieux nous devons célébrer la liturgie. Il a la responsabilité que la liturgie devienne un signe d’édification de la foi et non un signe de scandale. Car, si la liturgie n’est pas capable de changer les chrétiens et de les faire devenir des témoins héroïques de l’Evangile, alors elle ne réalise pas sont but véritable. Celui qui a participé à la messe doit sortir de l’église convaincu que son engagement social, moral, politique et économique, est un engagement chrétien. [destaques nossos]

Q.: Les abus liturgiques sont-ils réellement si nombreux?

R.: Chaque jour, nous recevons tellement de lettres, signées, où les gens se lamentent des nombreux abus : des prêtres qui font ce qu’ils veulent, des évêques qui ferment les yeux ou, même, justifient ce que font leurs prêtres au nom du ‘renouveau’… Nous ne pouvons pas nous taire. Il est de notre responsabilité d’être vigilants. Car, à la fin, les gens vont assister à la messe tridentine et nos églises se vident. La messe tridentine n’appartient pas aux Lefebvristes. C’est le moment de cesser les affrontements et de voir si nous avons été fidèles aux instructions de la Constitution conciliaire Sacrosanctum Concilium . C’est pourquoi il faut de la discipline pour ce que nous faisons sur l’autel. Les règles sont bien indiquées dans le Missel romain et les documents de l’Eglise.

(…)

JSarto

A Fraternidade de São Pio X e Roma - 13


A ler, a carta aos fiéis de Monsenhor Bernard Fellay, bem como a declaração anexa do Capítulo Geral da Fraternidade de São Pio X, aqui, ambas publicadas na Dici.

JSarto

quarta-feira, agosto 02, 2006

Do direito de guerrear e da guerra justa


Gostei muito desta história. E poderíamos recuar mais trinta e um anos no tempo até 1917, a fim de nos apercebermos de qual foi a promessa feita pelos britânicos aos árabes como contrapartida do auxílio prestado por estes últimos no combate contra os turcos no Próximo Oriente - a criação de um Estado árabe unificado nos territórios dessa região ao tempo sob domínio otomano, garantida pelo Alto Comissário Britânico no Egipto ao então Xerife de Meca, bisavô do actual Rei da Jordânia -, e de como a referida promessa foi desonrada, não só por força da Declaração Balfour, datada de Novembro de 1917, e através da qual o Império Britânico se comprometeu contraditoriamente a patrocinar o aparecimento de um Estado judaico na Palestina ainda sob tutela otomana - compromisso esse assumido por Lord Balfour, Ministros dos Negócios Estrangeiros britânico, perante Lord Rothschild, representante "de facto" da nação judaica -, mas também pela divisão dos despojos do Próximo Oriente que entre si fizeram França e Império Britânica no final da I Guerra Mundial, à primeira cabendo o Líbano e a Síria, e ao segundo os territórios correspondentes à Palestina, Jordânia e Iraque. Ora, não é despiciendo o ressentimento que estas atitudes provocaram e continuam a provocar nos árabes, as quais são justamente por eles sentidas como traições às suas legítimas aspirações, e que ainda hoje explicam muito do que sucede na região, apesar de todo o tempo já decorrido.

Sem prejuízo, sobraço a opinião de Francisco Múrias: decorridos quase sessenta anos desde a fundação de Israel, não tem qualquer sentido propugnar a destruição deste Estado, tal como o continuam a exigir vários grupos radicais árabes islâmicos, pois tal factualidade geraria novos e mais graves males do que aqueles que a aparição do mesmo Estado já implicou, e que não foram poucos, nem insignificantes. Aqui a minha postura é bem diferente da assumida por uma certa intelectualidade radical judaica, quando em condições similares à que Israel actualmente vive, estavam ou estão em causa os interesses de terceiros "gentios", mormente de origem europeia, e de que o meu amigo FSantos ainda recentemente deu um exemplo

Outrossim, também concordo com o Corcunda, quando sem quaisquer facciosismos sustenta que "Israel tem todo o direito a defender-se; não tem é, por certo, o direito à maldade". E, porque esta afirmação traz à colação a questão muito debatida por estes dias da proporcionalidade e desproporcionalidade na guerra, aqui deixo o ensino de São Tomás de Aquino sobre a natureza da guerra justa (questão 40, da II - II, da Suma Teológica):

Artigo 1

Guerrear é sempre um pecado?

Quanto ao primeiro artigo, assim se procede: parece que guerrear é sempre um pecado.

1. Com efeito, não se aplica uma pena a não ser para um pecado. Ora, no Evangelho de Mateus, o Senhor notifica com uma pena aos que fazem a guerra: "Todos os que tomam a espada, pela espada perecerão". Logo, a guerra é sempre ilícita.

2. Além disso, tudo o que é contrário a um preceito divino é pecado. Ora, guerrear é contrário a um preceito divino, pois no Evangelho de Mateus se diz: "Eu vos digo: não resistais ao mal", e na Carta aos Romanos: "Não vos defendais, meus amados; mas dai lugar à ira". Logo, é sempre um pecado fazer a guerra.

3. Ademais, somente o pecado se opõe a um acto de virtude. Ora, a guerra se opõe à paz. Logo, a guerra é sempre um pecado.

4. Ademais, todo o exercício em vista de uma coisa lícita é lícita; é o caso dos exercícios intelectuais. Ora, os exercícios guerreiros como os torneios, são proibidos pela Igreja, e os que morrem nos exercícios desse género são privados de sepultura eclesiástica. Logo, a guerra parece ser absolutamente um pecado.

Em sentido contrário, Agostinho escreve: "Se a moral cristã julgasse que a guerra é sempre culpável, quando no Evangelho soldados pedem um conselho para a sua salvação, dever-se-ia responder-lhes que jogassem fora as armas e abandonassem completamente o exército. Ora, apenas se lhes diz. "Não molesteis a ninguém, contentai-vos com vosso soldo". Prescrever-lhes que se contentem com o seu soldo não os proíbe de combater".

Respondo. Para que uma guerra seja justa, são requeridas três condições: 1ª A autoridade do príncipe, sob cuja ordem deve-se fazer a guerra. Não compete a uma pessoa privada declarar uma guerra, pois pode fazer valer seu direito no tribunal de seu superior; também porque, convocar a multidão necessária para a guerra não compete a uma pessoa privada. Já que o cuidado dos negócios públicos foi confiado aos príncipes, a eles compete velar pelo bem público da cidade, do reino ou da província submetidos à sua autoridade. Assim como o defendem licitamente pela espada contra os perturbadores internos quando punem os malfeitores, segundo esta palavra do Apóstolo: "Não é em vão que carrega a espada; é ministro de Deus para fazer a justiça e castigar aquele que faz o mal"; assim também compete-lhes defender o bem público pela espada da guerra contra os inimigos do exterior. É por isso que se diz aos príncipes no Salmo: "Sustentai o pobre e livrai os infelizes da mão dos pecadores", e que Agostinho escreve: "A ordem natural, aplicada à paz dos mortais, pede que a autoridade e o conselho para deflagrar a guerra caibam aos príncipes".

2º Uma causa justa: requer-se que o inimigo seja atacado em razão de alguma culpa. Por isso Agostinho escreve: "Costumamos definir como guerra justas aquelas que punem as injustiças, por exemplo, castigar um povo ou uma cidade que foi negligente na punição de um mal cometido pelos seus, ou restituir o que foi tirado por violência".

3º Uma recta intenção naqueles que fazem a guerra: que se pretenda promover o bem ou evitar o mal. Por isso Agostinho escreve: "Entre os verdadeiros adoradores de Deus até mesmo as guerras são pacíficas, pois não são feitas por cobiça ou crueldade, mas numa preocupação de paz, para reprimir os maus e socorrer os bons". Com efeito, mesmo se for legítima a autoridade daquele que declara a guerra e justa a sua causa, pode acontecer, contudo, que a guerra se torne ilícita por causa de uma intenção má. Escreve Agostinho a propósito: "O desejo de prejudicar, a crueldade na vingança, a violência e a inflexibilidade do espírito, a selvajaria no combate, a paixão de dominar e outras coisas semelhantes, são estas as coisas que nas guerras são julgadas culpáveis pelo direito".

Quanto ao 1º, portanto, deve-se dizer que segundo Agostinho: "Empunha a espada aquele que, sem autoridade superior ou legítima que o comande ou permita, se arma para derramar o sangue de alguém". Aquele, porém, que pela autoridade do príncipe ou do juiz, se for uma pessoa pública, empunha uma espada, não toma da espada por si mesmo, mas empunha a espada que um outro lhe confiou. Não incorre, pois, em pena.- Contudo, aqueles que se servem pecaminosamente da espada nem sempre caem sob a espada, mas sempre perecem pela própria espada, pois são eternamente punidos por terem pecado sob a espada, excepto se se arrependerem.

Quanto ao 2º, deve-se dizer que tais preceitos, segundo Agostinho, devem sempre ser observados com o ânimo preparado, isto é, deve-se sempre estar preparado a não resistir ou a não se defender, mesmo sendo preciso. Por vezes, porém, é preciso agir de outra forma para o bem daqueles que estão sendo combatidos. É por isso que Agostinho escreve: "É preciso agir fortemente, mesmo com aqueles que resistem, a fim de dobrá-los por uma certa dureza benevolente. Aquele que é privado do poder de fazer o mal sofre uma proveitosa derrota. De facto, nada é mais infeliz do que o feliz sucesso dos pecadores, pois a impunidade, é alimentada, e a sua má vontade, como um inimigo interior, é fortificada".

Quanto ao 3º, deve-se dizer que os que fazem guerras justas procuram a paz. Consequentemente não se opõem à paz, a não ser à paz má que o Senhor "não veio trazer à terra", segundo o Evangelho de Mateus. Por isso escreve Agostinho: "Não se procura a paz para fazer a guerra, mas faz-se a guerra para se obter a paz. Sê, pois, pacífico ao combater para que com a vitória leves o benefício da paz àqueles que combates".

Quanto ao 4º, deve-se dizer os exercícios bélicos não são universalmente proibidos. Proibidos são os exercícios desordenados e perigosos que ocasionam matanças e depredações. Os antigos praticavam exercícios ordenados à guerra que não tinham nenhum desses perigos. Por isso eram chamados de "exercícios de armas" ou "guerras não sangrentas", como se vê numa das cartas de Jerónimo.

JSarto